Mi último primer beso

Capítulo 29

Como si la molesta conversación con Kyle no hubiese sido suficiente, me encontraba en un tenso ambiente con James. Ambos concentrados en la carta, a pesar de que no había mucha variedad de platos.

Entre Kyle y James me tenían con los nervios de punta. Hasta las ganas de comer se me había quitado así que pedí una insípida ensalada césar junto a un jugo de frutilla. James, por su parte, pidió un jugoso trozo de filete con ensalada y esa asquerosa limonada con jengibre que de solo verla me daban ganas de vomitar.

Me encargué de observar el lugar porque sinceramente no sabía que decir y esperaba a que James hablara.

_ Lamento todo lo que dije. –Y siento que esto es tan repetitivo-

_ Ese es el problema… que no deberías lamentar nada porque simplemente no deberíamos discutir de esta forma.

_ Lo sé y te prometo que si me perdonas intentaré controlar mis celos, intentaré cambiar.

_ No se trata de eso James –Tomo su mano- Tú no tienes que cambiar tu forma de ser y yo tampoco…

_ ¿Vas a terminar conmigo? –Pregunta de inmediato. Su ansiedad es completamente clara-

_ Creo que ambos necesitamos un tiempo.

_ ¿Ya no me amas?

_ No se trata de eso –Suspiro frustrada- El amor no se va de un día para otro, pero creo que no nos conocemos. Pienso que nos sumimos en una rutina y nos dejamos llevar en esta extraña comodidad. Sin discusiones reales… Mira James, te amo. Pero es momento de que nos separemos. Necesitamos ver qué es lo que realmente queremos, que aprendamos a estar sin el otro y a compartir con los demás.

_ ¿Es por ese tal Kyle, cierto? Lo vi esta mañana cuando se iba de tu consulta.

_ ¡¿No escuchas nada de lo que te digo?! –Exclamo molesta- Lo que está pasado es culpa de ambos, no hay terceros en esto… Tú no pareces conocerme y yo a ti tampoco. Estoy confundida y simplemente necesito tiempo.

_ Entonces se trata de Blake… -Dice James y eso es lo último que puedo escuchar-

_ Lo primero en tu lista debería ser aprender a escuchar, espero que recapacites… hasta que no lo hagas yo prefiero estar sola.

Me levanto dispuesta a salir de ese lugar que cada vez me parece más pequeño. Pero antes de irme corriendo tomo el anillo que descansa en mi dedo anular. Me giro hacia James y lo dejo justo frente a él.

Salgo del restaurante y mi celular vibra. Es un mensaje del doctor Adams pidiéndome que me pase por su oficina.

Decido ir de inmediato, necesitaba enfocar mi mente en otras cosas que no fueran problemas con ex novios o ex prometidos.

En pocos minutos me encuentro tocando la puerta de mi ex profesor y recibo un “adelante” del otro lado. Así que entro y, tras un saludo, me siento frente a él.

_ ¿Cómo va el trabajo? –Pregunta con una sonrisa-

_ Excelente –Lamentablemente mis palabras son contrarias a lo que estoy sintiendo y lo que, sé, expresan mis ojos-

_ Puedes ser sincera conmigo Julieta… -Puede que esto me cueste mi trabajo, pero debo decirlo-

_ No es como lo imaginaba.

_ ¿A qué te refieres?

_ No me mal entienda… la paga es buena, las condiciones son excelentes y tengo tiempo para mí, pero… -No sé cómo decirlo-

_ No te satisface. –Completa por mí- Creo que te entiendo. Te conozco hace años y sé que en gran parte estudiaste medicina porque quería ayudar a los más vulnerables y en un lugar como este no se ve ese tipo de personas.

_ Exacto –Estoy de acuerdo con él- En el hospital trabajaba muchas horas, pero no hay mejor sensación que ver el agradecimiento en esa madres que estaban tan preocupadas. Por loco que suene… el hospital es uno de mis lugares favoritos.

_ Lo entiendo muy bien. –Hace una pausa- Mira, estoy seguro de que sigues aquí porque te sientes en deuda, pero no quiero retenerte. Sé que tienes mucho potencial y sería un desperdicio de tu talento mantenerte aquí cuando puedes hacer mucho más en el hospital… No creo que puedas recuperar tu trabajo de inmediato, pero puedo avisarte cuando haya una vacante.

_ Muchas gracias doctor, gracias por todas las oportunidades.

_ Te mereces esto y mucho más Julieta. No sé si quieres dejar las actividades de inmediato o esperar un poco.

_ Pero no hay nadie que me reemplace.

Para cuando salí de la oficina del doctor Adams me sentía mucho más tranquila. Había un alumno a punto de recibir su título que ocuparía mi lugar. Así que esta era mi última semana en ese lugar, para mostrarle al nuevo cómo funcionaba todo y poder terminar de buena forma mi ciclo.




Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.