Mi único verdadero amor

Capítulo 6

 

 

Callie y Lucy caminaban por el parque. Se habían juntado en casa de Callie para estudiar. Pero Lucy estaba tan desconcentrada que Callie propuso que salieran a caminar un rato, y de paso le contara que le pasaba.

 

—¿Y bien?

 

—¿Qué?—  inquirió Lucy—. No tengo nada que contar Callie, en serio.

 

—No me mientas. Sé que te pasa algo. Me doy cuenta.

 

—Ya te dije. Anoche no dormí bien. 

 

En parte era cierto. Al llegar de la fiesta sé quedó dando vueltas en la cama por horas.

 

Callie hizo una mueca.

 

—¿Por qué será que no te creo?

 

Lucy se encogió de hombros.

 

—No lo sé. Pero yo te estoy diciendo la verdad.

 

—¿Qué pasa Lucy? Antes siempre nos contábamos todo. Incluso después de…

 

—Lo sé, y  no es que no quiera contarte, es sólo qué… 

 

Callie dio una palmada.

 

—¿Lo ves? Entonces sí pasa algo.

 

Lucy puso los ojos en blanco. No quería contar nada, pero necesitaba hablarlo con alguien.

 

—¿Alguna vez besaste a alguien?— le preguntó Lucy a Callie.

 

Callie dudó unos segundos, y vacilando contestó.

 

—No…—La miro con Cautela— ¿Tú sí?

 

Lucy asintió con la cabeza, y miró a Callie con cara de culpa.

 

—¿A quién?— preguntó Callie interesada en saber.

 

—¿Recuerdas el chico que fue a la universidad? ¿El del auto bonito?

 

—¡Oh por dios! ¿¡Besaste a ese bombón!?— gritó Callie— ¿Y cómo fue?

 

—Fue…—Lucy recordó el beso—. Fue hermoso.

 

—Pero… ¿Él no estaba enamorado de tu prima Esme?

 

—Esa es una larga historia.

 

Callie se cruzó de brazos.

 

—Pues quiero escucharla.

 

Lucy suspiró, pero se rindió y  le contó todo; desde el accidente hasta el día de la fiesta, cuando la había besado.

 

—Pero Esme no puede enterarse que nos besamos. Xavier y yo no volveremos a vernos. Creo que es lo mejor. Sí Esme se entera que lo besé, y que él me besó y que nos besamos…  va a odiarme.

 

—Entiendo. Tú prima esta como obsesionada con él.  

 

—Así es. Y yo no quiero pelearme con ella. No quiero que me odie.

 

Callie se quedó callada unos segundos hasta que dijo:

 

—Tienes un imán para enamorarte de los chicos que ya tienen a alguien en su vida.

 

Lucy parpadeó sorprendida, la miró y ella sonrío.

 

—Oye no me veas así. Es una broma—Le dijo Callie sonriendo.

 

Broma o no, en su voz percibió rencor. Duró solo unos segundos, pero estuvo ahí. Callie enlazó su brazo con el de Lucy.

 

—Olvida lo que dije ¿Sí? El pasado es eso, pasado.

 

“Sí, el pasado es pasado” repitió Lucy para sus adentros. Pero después de todo Callie tenía razón. Siempre se había enamorado de los equivocados, de los que ya tenían a alguien en su vida. Y solo una vez su amor había dado destellos de ser correspondido, y lo poco que duró, fue suficiente para herir a una persona. No quería que le pasara lo mismo. No quería que por su culpa Esme saliera lastimada, no quería que Esme la considerara una rival en el amor. Porque no lo era, no lo era para nadie. No quería que nunca nadie más vuelva a considerarla una rival en el amor. Mucho menos su prima. Por eso, se alejaría de Xavier. Lo haría por Esme, y por ella misma.

 

 

 

 

 

—Las cosas sucedieron muy deprisa. De repente Xavier se había aparecido en mi vida, y estaba metido en mi mente sin que pudiera dejar de pensar en él. Jamás se me pasó por la cabeza la idea de volver a cruzarmelo. Si bien sentí un flash cuando lo vi por primera vez, siempre creí que no lo volvería a ver. Pero… Luego resultó ser el enamorado de prima.

 

Lucy dio un suspiro y miró al psicólogo.

 

—¿No crees que si Xavier te besó es por algo? Tal vez estas privándote de tener algo con él por nada.

 

—No sería por nada. Seria por Esme, ella lo quiere.

 

—Pero él no la quiere a ella.

 

Lucy se mordió él labio inferior.

 

—Tal vez él te quiere a ti. Y sí tú lo quieres a él, no tienes por qué obligarte a olvidarlo. Solo tienes que saber manejar las cosas.

 

—No es fácil— protestó ella—. Saber manejar las cosas podría terminar por dañar a Esme.

 

—¿No pensaste que tal vez ella no está tan enamorada como dice?

 

—Claro que lo pensé. Pero ella cree que está enamorada. Y cuando algo se le mete en la cabeza, no hay quien la contradice.

 

El doctor Muñoz decía que Lucy debía ir con la verdad. Pero a Lucy la idea de contarle a Esme lo que le pasaba, o lo que sentía por Xavier la aterraba. Estaba más que segura que Esme se enfadaría.

 

—No, no puedo ir a decirle que me gusta Xavier. Mucho menos que nos besamos.

 

Y siguieron así un largo rato. Debatiendo entre lo que era mejor. El doctor Muñoz debía de ayudarle a sobrellevar su vida. Pero Lucy no creía que lo que él sugería sea lo mejor. Así que cuando salió del consultorio se seguía sintiendo tan confundida como cuando había entrado.

 

Caminó por las calles pensando en Xavier, parecía imposible pensar en algo más. Estando despierta, estando dormida. Siempre pensaba en él. Desde el sábado en el que se habían besado, parecía que respiraba solo para pensar él. Odiaba con el alma que sea así.

 

De pronto, perdida en sus pensamientos, le pareció verlo. Miró para otro lado tratando de calmar los latidos de su corazón. Comenzó a caminar rápido sin volver la vista atrás. Miraba de reojo hacia atrás donde Xavier se encontraba a punto de subir a su auto. Tal vez haya sido su desesperación, o tal vez el destino que por algo los hacia cruzarse. No lo sabía. Pero imposible que él no reparara en ella cuando se chocó con un puesto de pulseras y collares. Todo cayó al piso causando gran estrepito, y Lucy se había caído en medio de la vereda enredada con sus propios pies. Se sintió más que avergonzada cuando sus ojos se toparon con los de Xavier. Él, que había visto toda la escena, se acercó a ella.




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