Cuando se terminó la escuela, Taylor me llevo a casa.
Y yo estoy lista para mis explicaciones.
Estábamos sentados en la sala, uno frente al otro.
-Bueno, ¿Y qué quieres saber? - Me pregunto.
- ¿A qué te referías con que me conoces de hace años? - Le dije.
Eso es lo primero que quería aclarar.
Él soltó un suspiro.
-Necesito que lo que te voy a decir te lo tomes con calma, ¿Bien?, y no me interrumpas hasta que te termine de contar- Dijo nervioso.
Asentí.
-Cuando tenías 5 años, yo…me mude a la casa del lado- Comenzó a explicar- Eh…nos fuimos conociendo cada vez más y…bueno, creo que te enamoraste de mí.
Mis ojos se abrieron como platos.
No lo recuerdo.
-El punto es que yo también, y bueno, antes de todo este lio, en nuestra manada estaba prohibido enamorarse de humanos, por eso, yo…te confesé y mostré que era un hombre lobo- Se veía demasiado nervioso.
¿Qué le pasa?
-Luego de eso, por decisión de todos, menos mía y tuya, incluso de tus padres, te borraron la memoria con hierbas especiales, y…me prohibieron acercarme a ti, hasta ahora- Dijo cerrando los ojos.
Sentí una punzada en mi pecho.
- ¿M-Me borraron la memoria? - Dije asustada.
Asintió sin decir nada.
- ¿Qué tanto borraron? - Le pregunte.
Soltó un suspiro.
-Eso no es preciso, pero si lo suficiente como para haberte hecho olvidar lo que ellos querían- Dijo en un tono mezclado de enojo y tristeza.
Asentí.
-Dime cosas que solíamos hacer- Dije sentándome a su lado.
Él río.
-Bueno, pues éramos muy pequeños…a ti te gustaba ponerle moños a mi cabello- Dijo sonriendo al final.
Sonreí.
-Oh, y pues cosas de niños pequeños, ya sabes, jugar, cantar, bailar, eso- Dijo encogiéndose de hombros.
Asentí.
Con me gustaría tener esos recuerdos.
-Me enojaría por no recordar eso, pero esto no es lo más extraño o malo que me ha pasado- Dije bajando la mirada.
Me decepcionaba mucho no tener un mínimo recuerdo.
Al menos algo pequeño.
¿Por qué no me lo dijeron antes?
¿Todo fue plan de Christian?
-Ali…yo te prometo que nunca más voy a separarme de ti o alejarme- Dijo regalándome una cálida sonrisa. - No otra vez.
-Quiero mis recuerdos- Dije seria.
Me vio confundido.
- ¿Cómo? - Dijo él sin entender.
-Taylor quiero recordar, quiero saber que paso…quiero recuperar eso, porque realmente se oye muy bien- Dije asintiendo.
Rasco su nuca.
-No sé si es posible, pero luego lo averiguaremos- Dijo pasando su mano por su cabello despeinándolo.
Asentí.
Mis manos empezaron a sudar un poco por los nervios de estar tan cerca de él y hasta ahora caer en cuenta.
- ¿Por qué antes no se permitían enamorarse de humanos? - Pregunte con curiosidad. - ¿O al menos estar cerca?
Él sonrió.
-Tenían miedo de ser traicionados o descubiertos- Dijo encogiéndose de hombros. - Ya sabes que en los humanos es realmente difícil de confiar, porque traicionan demasiado, diciendo que aman cuando no es así, siendo infieles, mintiéndose a sí mismos.
Asentí.
- ¿Y ahora por qué todo cambio? - Le pregunte.
Río.
-Se puede decir que luche mucho para conseguir la aprobación de ellos, bueno…luche fue por ti. - Dijo ensanchando su sonrisa.
Sonreí.
-Con razón me das tan buena vibra- Dije bromeando.
Él río.
-Bueno, aunque sea una buena vibra me conformo- Dijo guiñándome el ojo- Por ahora.
Mordí el interior de mi mejilla.
-Sean como hubieran sido las cosas…soy la Mate de Christian- Dije un poco triste.
Su rostro se tensó.
-Sí, pero te prometo, que voy a hacer lo que este a mi alcance para impedir que te marque- Dijo asintiendo.
Solté un suspiro.
- ¿En tu manada como se puede cortar un lazo de alma gemela? - Dije sin rodeos.
Lo pensó.
Espero que sepa que hacer.
-Tendrías que hablar con Umer, él tal vez de ayude- Dijo poniéndose más nervioso.
- ¿Tal vez? - Dije frunciendo el ceño.
-Sí, no sé si lo hará, Christian es un hijo para él, y no haría nada en su contra.
Eso significa que estoy peor de lo que pensé.
Y no solo estoy mal, estoy muy jodida.
Pase mis manos por mi cara frustrada.
-Tranquila, si él no nos ayuda seguiremos buscando la forma de romper ese lazo- Dijo intentando animarme.
- ¿Quién es tu Mate? - Le pregunte.
Bajo la mirada.
No respondió.
- ¿Taylor? - Insistí.
-N-No importa, debo irme- Dijo sin más, levantándose.
¿Por qué no me quiso decir?
¿Qué más cosas me ocultan?
-Taylor- Tome su mano para detenerlo.
-Ali, no quiero decirte- Dijo un poco serio.
-¿Por qué no?- Le pregunte.
Soltó un suspiro.
-Es complicado- Dijo rascando su nuca.
-No, no es complicado- Dije cruzándome de brazos.
-Para mí lo es- Dijo enojado.
Si, tiendo a ser muy molesta e insistente.
-¡¿Pero por qué no Taylor?!, ¡¿Qué ocultas?!- Dije molesta.
-¡Deja de insistir Alice!- Dijo fastidiado.
-¡¿Qué mierda pasa?!, ¡¿Por qué nunca me dicen las cosas?!- Dije negando.
Él me dio la espalda y fue hacia la puerta.
-¡Taylor!- Lo llame yendo tras él.
No entiendo, ¿Qué le cuesta decirme?
¿Por qué siempre me deben ocultar cosas guardar secretos?
La verdad no es tan difícil de decir, solo de asimilar.
-Taylor- Lo llame cuando él puso su mano en la perilla.- ¡Joder Taylor!, ¿Por qué no lo dices?
-¡¿Quieres saber el por qué?!- Su tono fue extraño- ¡Porque te amo Alice!, ¡Porque me jodía que siempre estuvieras detrás del idiota de Christian a pesar de que te tratara como un puto objeto!, ¡Porque me duele que te hayan borrado la memoria y no recuerdes nada sobre mí y siempre te estuviera protegiendo aunque no te dieras cuenta!