Abrí los ojos lentamente sintiendo mis parpados pesados y mi boca seca.
Trague saliva mientras mis ojos recorrían el lugar.
Estaba amarrada, en aparentemente una cabaña.
-¡Camila!- Grite con enojo.
Nada se escuchó, solo mi respiración agitada.
-¡Mierda Camila!- Seguí.
Estaba segura de algo, en este momento no tenía miedo, solo ira.
Intente soltarme de la gruesa soga que rodeaba mis muñecas.
-¡Camila!- Continúe mientras seguía tratando.
Gracias a un milagro logre soltar una de mis manos, pero cuando pensaba hacerlo por completo, alguien detrás de mi volvió a hacer el nudo apretándolo con demasiada fuerza.
Solté un quejido.
Eso me había dolido.
Sentía como el tacto de la cuerda ardía contra mi piel, quemándola.
-No te quejes humana estúpida- Escuche la voz de un chico detrás de mí.
-¿Dónde está Camila?- Pregunte seria.
-Ya viene- Dijo riendo- Te vamos a torturar más de lo que piensas.
No me deje intimidar.
Por alguna razón siento que no me harán nada.
O tal vez me niego a pensar que mi amiga quiera dañarme.
Luego de un rato pude ver a Camila sentarse frente a mí.
-Si nos das el collar, no te haremos nada- Dijo ella.
Fruncí el ceño.
-¿De qué collar hablas?- Dije confundida.
Ella soltó un suspiro mirándome con cara de “no seas estúpida Alice”
-Antes de que te enteraras de que los hombres lobos existían, Christian te envió un collar- Dijo fastidiada.
No recuerdo.
Baje la mirada intentando recordar.
-¿El collar de luna, el que tiene una joya morada?- Pregunte dudosa.
Asintió.
Tome la caja para ver de quién era, pero no decía.
Metí mi mano a esta y comencé a buscar la dirección de la que venía.
Solo un collar que no había visto, tenía la forma de medialuna, y una piedra morada muy rara.
Pero igual era hermoso.
Me lo puse y realmente me gusto más.
¿Quién lo habrá enviado?, ¿Por qué?
¿Por qué soy tan curiosa siempre? - Pensé.
El rápido recuerdo pasó por mi memoria.
-No sé qué paso con ese collar realmente, solo recuerdo haberlo guardado en la mesita de noche de mi habitación pero no lo volví a encontrar y tampoco lo busque más- Le explique.
-No mientas Alice- Dijo Camila levantándose algo enojada.
Sé que está perdiendo la paciencia.
-Si no me crees no me interesa, yo solo digo la verdad, además, ¡¿Para qué es tan importante un collar?!- Dije en su mismo tono.
-El motivo por el que lo necesito no te interesa Alice, solo dime donde esta y podrás irte.
Apreté los puños.
-¡¿Acaso no entiendes Camila?! No lo sé, no sé, no lo recuerdo- Dije con algo de molestia.
Camila me vio directamente a los ojos y yo a ella, era como un duelo de miradas, solíamos hacerlo antes, de esa forma ella se daba cuenta si decía la verdad.
-Es cierto, no lo sabes, ¡Mierda!- Dijo frustrada.
Rodé los ojos.
-Necesito que lo recuperes y no lo traigas antes de que termine el mes o serás le primera presa de nuestra casería- Amenazo Camila.
El mes termina en… ¡solo 10 días!
-No voy a traer nada si no me explicas para que lo quieres- Le dije.
Camila soltó un gruñido bastante fuerte de lobo.
-¡Bien!, ese collar, o bueno, esa piedra morada que traía es mágica, ¿lo entiendes de ese modo?, tiene un gran poder y lo necesitamos- Dijo rápido.
-Oh- Me limite a decir- ¿Para qué lo necesitan?
Ella me vio mal.
-Eso no te lo diré.
Me encogí de hombros.
-U-Un momento- Dijo preocupada- ¿Alice alguna vez usaste ese collar?
-Si- Dije asintiendo.
-¡Mierda!, esto es peor de lo que pensé.
-¿Eh?
Ella me vio fijamente.
-Ahora lo entiendo todo, Christian te lo envió para que lo usaras y extrajeras su poder- Dijo poniendo sus manos en su nuca.
-¿A qué te refieres con extraer su poder?- Dije nerviosa.
-¡Alice tú tienes el poder del collar! ¡Lo extrajiste y ahora está en ti!
Sentí palidecer un poco.
-T-tus estas en peligro al igual que Christian.- Dijo con voz algo temblorosa.
-¿En peligro?, no he hecho nada malo- Dije intentando hacérmelo creer a mí misma.
-No es cosa de lo que hayas hecho o no, sino de lo que no hiciste Alice.
¿Por qué todo siempre tiene que ser tan confuso?
Mejor me evito preguntar, no quiero otro dolor de cabeza peor.
-¿Qué debo hacer para salvarme?- Dije tragando saliva.
Ella suspiro.
-No lo sé y no me interesa, tienes que hablar con Christian de eso, deben resolverlo antes de condenarnos a todos- Dijo con algo de enojo.
-¿Condenarlos a todos?- Pregunte.
-Sí, ese collar fue robado de una de las manadas más poderosas que existen, y si se enteran que una simple humana tiene su poder, nos van a destruir.- Explico fastidiada.
¿Destruir a todos?
-¿Por qué a todos?- Le dije.
-La manada de Christian y la mía era una sola antes, pero se separaron, y mis padres eran los segundos más poderosos, por eso, seré la siguiente Alfa quitando los estereotipos de que solo un hombre lo puede hacer por ser más fuerte.
Mordí mi labio inferior.
Cada vez se revelan más secretos.
-¿Alguna otra cosa que quieras decirme?, ¡No lo sé!, ¡¿Los vampiros son reales?!- Dije con ironía.
Ella rio con sarcasmo.
-Si lo son, pero no muy amigables que digamos- Dijo con una falsa sonrisa.
¡¿Enserio?!
-¿Los zombies también?- Dije con algo de curiosidad.
Negó.
Oh que alivio.
-¿Vas a dejarme ir?- Dije débilmente.