Christian:
Ojos verdes.
Dos bellas esmeraldas plasmadas en un rostro perfecto.
Piel blanca y delicada como la nieve.
Cabello negro, tan oscuro como la noche y tan brillante como las estrellas.
Ella era un cielo perfecto mientras yo un oscuro infierno.
Un cielo al que temo hacerle daño.
Convertirse en Alfa no es fácil, sobre todo cuando tienes cambios de humor repentinos y tu manada te presiona.
Siempre me presionan.
Sobretodo Taylor.
Sé que el ama a Alice demasiado, pero ella no es su Mate, es la mía, y a veces me pregunto, ¿Por qué no siente atracción hacia mí?
Ella lo sentía al punto de acosarme y perseguirme creyendo que no me daba cuenta.
Ella no sabía cómo manejar ese sentimiento.
Taylor se metió y ella se alejó.
Realmente la quiero.
Tal vez no tanto como Taylor, pero la necesito no solo para convertirme completamente en el líder, sino para aclarar todo.
Yo di la orden de matar a sus padres, pero aun no puedo comprender por qué lo hice.
Nunca quise marcarla a la fuerza, son instintos que no puedo controlar y me odie por haberlo hecho. Taylor aprovecho el momento para hacerse el héroe sabiendo lo que me ocurría.
Dos jodidos meses intentando rastrearla.
Era una niña muy traviesa e inteligente, pero su jueguito de escape no durara tanto como ella espera.
Taylor la traerá y le guste o no estará conmigo.
Sé que esta no es la mejor manera o lo más rematico, pero no había de otra.
Tiene el poder de la gema de luna, y si no aprende a controlarlo va a matarla.
Sé que va a odiarme, yo la quiero pero tampoco voy a obligarla a que sienta lo mismo por mí.
Solo deberá estar a mi lado.
Poco a poco sentí que mi sangre comenzó a hervir de enojo.
Aquí vamos con otro cambio de humor repentino.
¿Por qué mierda Alice no me ama?, ¡Lo haría si Taylor no se metiera!
Si Taylor…No estuviera.
-Chris ya llegaron- Informo mi hermana Cristal.
Asentí.
Salí de la cabaña y me dirijo al centro del campamento.
-Ali, que lindo verte- Dije intentando controlar la molestia que sentía porque estaba con Taylor.
-Créeme, quisiera decir lo mismo- Dijo con sarcasmo.
No ayudas con mi enojo bonita, nunca lo haces.
-Ahora, te pedí que antes de medio dia estuvieran aquí, ¿Qué paso?- Reclame a Taylor.
-Fuimos a ver un árbol, es todo- Se metió Alice.
Rodé los ojos.
Que estúpido que se hayan conocido de niños.
Sabia de que árbol hablaba, cuando Alice era niña jugaba en un estúpido tronco con hojas al que le decía “Arbolito”
-Taylor, lárgate- Ordene.
-¿Y si no lo hago?- Dijo él con tono desafiante.
¿Se supone que debería agradarme este idiota?, que seamos primos me vale una mierda.
-Tay, hazlo- Dijo Alice.
-Escúchala, ella sabe lo que te conviene- Dije con tono burlón.
El chico se fue con molestia.
-¿Por qué no puedes dejarme en paz?- Dijo Alice.
Reí.
-¿Por qué no puedes seguir simples ordenes?- Dije con su mismo tono.
La chica abrió su boca para hablar, pero nada salió.
-Ven- Dije haciéndole una señal con la cabeza.
Escuche los suaves pasos de ella detrás de mí.
Entre a mi cabaña seguido de Alice.
Cerré lentamente.
-¿Qué ocurre?- Dijo con algo de nervios.
Estaba solo conmigo, podía marcarla.
No, no, contrólate Christian.
Puedo hacerlo, está demasiado vulnerable ahora.
Christian no lo hagas.
Si lo hago, al fin será mía, solo mía.
No Christian.
Una guerra mental comenzó dentro de mi cabeza.
Sentía que iba a explotar.
Mi cabeza comenzó a doler demasiado.
Mierda.
-¿Estas bien?- Pregunto Alice ladeando la cabeza.
-S-Si- Dije presionando los costados de mi cabeza con fuerza.
Tome una bocanada de aire.
-Lo lamento- Dije bajando la mirada.
Respira y contrólate Christian.
Mi cuerpo comenzó calentarse.
-Te necesito- Dije tomándola desprevenida de la cintura y pegándola a mí.
Su rostro se transformó en uno de miedo y confusión.
-No quiero que me temas o pienses siempre que soy el malo aquí, lo que hago es porque no quiero que algo malo te pase, y ahora, ambos estamos en peligro- Hable lentamente.
-¿En peligro?- Dijo ella- ¿Por qué?
-El collar que usaste tenia poder, ese poder lo quieren manadas más fuertes que la nuestra tanto en magia como en lobos- Explique.
La chica abrió su boca lentamente.
-¿Y qué vamos a hacer?- Dijo con firmeza.
Así me gusta.
-Iremos con Umer, él debe saber que hacer, si no podemos quitarte el poder, tendrás que aprender a manejarlo, para que no te destruya- Le comente.
-¿Por qué me destruiría?- Pregunto frunciendo el ceño.
-Es demasiado poder para una humana normal- Dije encogiéndome de hombros.
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Alice se veía hermosa durmiendo.
Tan tranquila.
Logro convencer a Taylor de que no me moleste y obedezca.
Y se quedó conmigo esta noche.
Al fin y al cabo, no importa cuánto se esfuerce, Alice es mi Mate.
Por eso le tenía un trato.
La chica abrió los ojos lentamente.
-Te tengo una propuesta- Dije en voz baja.
-¿Qué?- Dijo perezosa.
-Borra la memoria de Taylor, desde que se conocieron de niños hasta ahora, de esa forma lo salvaras- Le dije.
Ali se levantó de golpe.
-No hare eso- Dijo negando.
-Si no lo haces, Taylor morirá- Amenace.
-¿Q-Que?- Dijo con miedo.
Su piel se puso algo pálida.
-Taylor se arriesga mucho metiéndose con la Mate del casi Alfa, podría decirse, estoy perdiendo la paciencia.- Dije entre dientes.