— No necesito ayuda, gracias. – hablé, notando que Travis se acercaba para ayudarme con los libros y libretas que llevaba en mis brazos.
— Lo sé, sólo quería tocar tus manos. – sonrió de manera inocente y yo rodé los ojos cómo si aquel acto me provocara indiferencia, pero en realidad, me había provocado algo de ternura. – además, tengo que quedar bien con la amiga del líder de la banda en la que seré el guitarrista.
— Púdrete, Travis. – respondí, chasqueando la lengua como si estuviera enfada, aunque no era así, él me guiñó un ojo, antes de sacudir mi cabello. – le contaré a Will que eres mala persona porque quieres manipularme con tus encantos para que él te acepte como guitarrista.
— No necesito manipularte con mis encantos, tú ya has caído por mí. – respondió, en el mismo momento que entrábamos en la biblioteca y yo dejaba la pila de libros encima de una de las mesas, la más apartada posible, lo que menos quería era que me molestaran mientras intentaba estudiar para todos los exámenes que tenía.
— Já. Creo que es al revés. – respondí, antes de acorralarle entre mi cuerpo y la mesa, apoyando mis manos a los lados de su cuerpo y pegándome lo más posible al cuerpo de Travis. – creo que el que ha caído por mí eres tú. ¿o me equivoco? – pasé mi dedo índice por su labio inferior, notando que entre-abría su boca y sonreí de manera coqueta.
— ¿qué puedo decirte? Eres irresistible. – mordí mi labio inferior.
— No podré mantenerme controlada si me provocas. – susurré en su oído, mientras comenzaba a pasar mi mano por su abdomen, notando sus músculos por encima de la camiseta.
— Tal vez eso es lo que quiero. – susurró de vuelta, yo mordí mi labio inferior
— No creo. Podríamos terminar en algo más que un beso. – le guiñé un ojo, separándome para sentarme y comenzar a acomodar mis libros, abriendo una de las libretas y tomando los libros que eran de historia.
— Destiny... — oí su murmullo, cómo si no pudiera lidiar conmigo. Sonreí, me encantaba tener ese tipo de efecto en Travis, en mi caliente vecino Travis.
Horas despues.
Me senté en mi cama, mientras mensajeaba con Grace y Kendra, aunque la segunda no estaba muy presente desde que ella y el profesor de matemáticas se habían acostado, siempre estaba en las nubes o hablando de lo bueno que era en la cama. Y a Grace y a mí, eso no nos importaba. Bueno, más a mí, que era una chica que estaba fuera de relación, y con un jugueteo mutuo con su vecino.
Hablando de vecinos, me levanté de la cama y miré por la ventana que daba a la de Travis, encontrándome con algo que era demasiado fuerte para mí. demasiado, tanto para mí cómo para mis hormonas y cualquier chica heterosexual.
Travis Hunter, haciendo abdominales y flexiones en su habitación, sin camiseta y con el cabello mojado por lo que, supongo, es sudor. Mordí mi labio inferior, decidiendo por quedarme observando, esperando a que me viera y así poder coquetearle. Y cómo tenía previsto, Travis alzó la vista y me vio, alzó las cejas, antes de colocarse una camiseta que estaba por allí en su habitación, abrió la ventana e hice lo mismo.
— ¿disfrutando de las vistas? – preguntó, mientras yo tomaba mi teléfono y fingía colocar la cámara.
— Vamos soldado, veinte flexiones y treinta abdominales más, por favor. – sonreí de manera coqueta, guiñándole un ojo. Travis rodó los ojos.
— ¿por qué no vienes aquí y podrás verlo todo de cerca? – noté su tono juguetón y mordí mi labio inferior.
— ¿y por qué no vienes tú aquí y me das un show? ¿eh? – alcé las cejas, Travis asintió con la cabeza, cómo si estuviera rendido.
— Ya basta de jugueteos Destiny, ya deja de grabarme, sé que soy hermoso. – rodé los ojos.
— Eres un engreído.
- Y eso te encanta.
No podía creer que estuviéramos teniendo esa conversación casi gritando, y que nuestros padres podrían oír todo, pero en realidad, siendo totalmente sincera, era lo que menos me preocupaba. Estaba coqueteando con mi vecino y él me devolvía el coqueteo, déjenme ser una adolescente hormonada y feliz.
Noté que me llamaban por teléfono y era Will.
— Estoy frente a tu casa, escuchando tus coqueteos con el vecino y ahora entiendo porque te dijo preciosura Williams. ¿tienes algo que ver con que se una a la banda? – reí, ante la pregunta de él.
— No lo sé, puedes preguntárselo. – Travis me miró, esperando que le dijera quién había interrumpido nuestros coqueteos, señalé a Will con el dedo, antes de que él hiciera una mueca y bajara rápidamente. Sonreí de manera victoriosa, lanzándome nuevamente en la cama y tapándome con una manta.
Luego de unos minutos, estaba dispuesta a dormir, pero me llegó un mensaje.
— Tengo que agradecerle a tu amigo por pasarme tu número de teléfono, preciosura Williams. Ahora no tendremos que estar gritando nuestros coqueteos, los podemos decir por aquí.
Quería besar y golpear a Will al mismo tiempo, sonreí cómo una estúpida antes de teclear.
— Lástima. Me gustaba la adrenalina de que tu chica del momento pudiera descubrirte entre coqueteos con la vecina.
Mordí mi labio inferior, presionando el botón para enviar el mensaje, esperando ansiosamente su respuesta. No tardó ni siquiera un minuto.
— ¿chica del momento? Para la única persona que tengo ojos ahora es para Destiiny Williams, sus lindos ojos, labios y uff, qué hablar de sus piernas.
— Baboso. – murmuré, antes de enviarle un emoji que enviaba un beso de manera sarcástica, volviendo a dejar mi teléfono y disponiéndome a dormir.