Capítulo Dos
Renata Ramírez
Dos semanas después
Viernes - Julio
El domingo y el resto de la siguiente semana hasta hoy viernes me la pasé en mi cuarto. Apenas desayune 3 días y en estos 6 días solo eh comido un sandiwch de queso en el almuerzo, ni si quiera los 6 días, comí 4 días eso. Osea que tenía dos días sin comer nada, solo tomaba agua y agua y agua. Mi rutina se convirtio en: De la cocina a mi cuarto de mi cuarto al baño, del baño al cuarto y así durante estos días.
Alguien llamó a mi puerta y entró, era mi papá, tenia una bolsa de las hambuerguesas Inka que estabán a 6 minutos de la casa. miré la bolsa y lo miré a el que tenía una sonrisa triste, yo estaba que daba pena, solo me bañe dos veces.
- Creí que te gustaría comer algo rico y que te gusta- me dijo entrando al cuarto y sentandose en la cama, yo estaba acostada sin ganas de vivir.
- Dime por favor que esto es una broma, que todo va a seguir como antes, que vamos a vivir los 5 aquí hasta que mis hermanas consigan su vida, por favor dime eso- le digo y mi papá solo puede darme un beso en la frente.
- Quisiera decirte eso pero no quiero mentirte, cariño, anda bañate y cambiate, debemmos ir a arreglar lo del divorcio- dice mi papá y me entierro en las cobijas.
- Yo no quiero ir- le digo
- Escucha Renata, se que esto es complicado, tus hermanas también están sufriendo pero no hay nada que se pueda hacer, pasé lo que pase tu eres mi hija, eres una Ramírez y tu jamás te rindes por que nosotros nunca nos rendimos- me dice animándome.
- Si voy dejarás de entrar a mi cuarto y decirme frases cursis- le digo y el se ríe.
- Lo prometó- me dice - Anda, arriba, debemos irnos- hablá y se va, dejándome la bolsa. La abró y mi papá trajo la hamburguesa que nos encanta a los dos, me la como ya que me muero de habre, como las papás y la bebida. después me dirigo al baño para bañarme y lavarme los dientes.
Mi mamá ya no vivia con nosotros, se arrendó un ridículo departamento para ella y la verdad no podía importarme menos lo que hiciera esa mujer, traiciono a mi padre, nos traiciono a nosotras, a nuestra familia así que ya no me interesaba lo que hiciese o lo que dejara de hacer, siempre y cuando no me involucre.
- Tenemos que verla- le dije a Gaby mientra me peinaba.
- Por desgracia- dice Vicky que apareció de la nada.
- Les diría que se apuren pero tanto ustedes como yo, no queremos ir a ese lugar pero no podemos eviatarlo mucho más, las espero en el carro niñas- dice mi papá y tiene razón, toda la jodida y maldita semana nos la hemos pasado escapando de esa oficina de mierda, solo para intentar recuperar a lo que era nuestra Familia.
- Maldita sea mi vida- dije cuando entre a mi cuarto para ponerme mis botas. Al menos ya estabá decente.
Subimos al auto y nos fuimos al mismísimo infierno.
Desearía no haber cumplido 14
¡¡Maldita Adolescencia!!
No me ha causado más que problemas desde que inicio.
Desde que eh cumplido los catorce la desgracia no a parado de seguirme a donde sea que valla.
***
Estabamos en una oficina, todos. Mis hermanas estaban decaidas, mi madre estaba algo inpaciente, como si esperaba poder hacer esto e irse de una maldita vez, mi papá estaba triste muy triste y yo tenía cara de Molestame y te llevare a la tumba.
Un señor con un traje muy elegante entro y nos saludo, nosotros lo saludamos también.
- Bueno, ¿A qué han venido?- pregunta el hombre. Mi madre ni siquiera lo duda.
- Vengo a solicitar el divoricio- dice muy calmada. Mi papá se restriega la cara.
Miro a mi madre, la persona que me educó, que me dijo que siempre debo estár preparada para todo, la mujer que más amaba ahora la miraba con odio y con un odio muy profundo. Mi Vida "Perfecta" ya no iba a ser lo mismo. Este era el inicio de los problemas.
Y valla que iba a haber muchos problemas, así tenga que causarlos yo.
Ay mamá, si crees que me harás esto y luego vivirás una vida de unicornios con tu amante te aseguró que no va a ser así, voy a volver tu vida un puto infierno así como tu volviste la mía, no voy a dejar de causar problemas solo para que te enojes conmigo, por que eso es lo que voy a hacer, voy a hacer tu vida miserable pensé mientras mi mamá no hacía más que hablar con el abogado.
- Ok, esto no creo que tarde mucho, al fin y al cabo, sus hijas mayores ya tienen más de 18 años así que lo único que tendremos que discutir sería el reparto de bienes y la custodía de la niña menor ¿Que edad tiene?- pregunto el hombre.
- Tengo 14 años, los cumpli hace dos semanas- le digo con cara de querer largarme de una puta vez.
- Ah ya toda una adolescente ¿No?- me dice con una ¿Sonrisa? Que hijo de puta.
- Por desgracia- le digo fria.
Después de un tramite inmenso les dijierón que mañana tendrían que ir a ver lo de mi custodia y eso. Llegamos a casa y no lo dude ni un segundo, llene la botella de agua y la dejé en la cocina, subi al cuarto que era de mis papás y arranque todas las cartas que le hize a mi mamá de la pared, agarre un poco más de cartas que tenía en su velador y las lleve abajo. Puse a hervir agua y con la llama agarre una vela de las que sobraron de mi cumpleaños, amontoné las carta, prendí una vela y quemé todas esas cartas. Vi como todos esos años en los que le regalaba a mi mamá esas cartas y ella las apreciabá se convertian en cenizas.
- Renata, mis cartas...- dijo mi madre que tuvo que venir con nosotras.
- Son malos recuerdo y una perdida de tiempo que ya se están borando- dije, con el agua de mi botella las regue para que queden negras y mojadas, por último las saque afuera al patio, las arruge y las meti en la basura.
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adolesencia y preadolesencia, problemas famiiares, insultos malas palabras
Editado: 25.07.2022