Teo
Es el primer día de clases y los pasillos de este lugar están repletos de chicos y chicas en su mayoría bastante guapos, mientras evaluaba mi entorno vi muchas personas felices, pero algunos chicos tienen miradas débiles y ropas desgastadas, los que dan sonrisas a sus compañeros son tímidas y sin brillo, son de razas distintas pero con un aura magia débil y es notable como los demás los evitaban, eso me trajo memorias de la escuela en la que estaba, había un grupo de marginados a los cuales nadie se les acercaba porque el hacerlo era morir socialmente y por eso yo también los evitaba, mientras me movía entre pasillos escuchaba murmullos de que había un ala nueva en la escuela y se preguntaban quien se encontraba ahí.
—Al parecer están interesados en nosotros y ni nos conocen— tocaron la puerta —Voy— dije poniéndome de pie —Gracias por la vista espejo— coloqué mi espejo de mano sobre la mesa de noche, había sido un regalo de mi guardián cuando aprendí a dominar mis poderes demoniacos.
—Buenos días— al abrir la puerta me encontré con la sonrisa de Marco.
—Buenos días— sonreí de vuelta y me permití admirar lo hermoso que estaba esta mañana, realmente me encanta, no sé si es mi pareja destinada, pero sería divertido averiguarlo.
—Tengo algo en la cara— levanto una ceja aun sonriendo.
—No, ¿Por qué? —
—Porque estas embelesado mirándome con esos ojos profundos que tienes—
Sentí mis mejillas tibiarse —Si no te conociera, diría que estas coqueteando conmigo lobito— dije paseando mi dedo desde el centro de su pecho hasta sus firmes abdominales.
—Ya quisieras pequeño—
—Oye que seas más fornido y alto que yo no me hace pequeño—
—Realmente si lo hace— soltó Manuel cruzando por nuestro lado, antes que pudiera contestarle siguió hablando —Vamos, no querrán llegar tarde el primer día— tire un bufido, tome mi mochila, cerré mi habitación y me fui con los chicos ya todos estaban en la sala común, Trina estaba con su cara de molestia que es su expresión natural y Amunckra estaba como que ayer no había pasado nada desayunando con Amelia, Kira, Ezequiel y Louis.
—Bien chicos, recuerden que somos solo unos estudiantes que vienen de una extensión de Unix en uno de los distritos y que fuimos todos trasladados aquí—
—¿Te dijeron de que distrito fuimos trasladados? —
—Sí, Anastasia me envió la información esta mañana— busco en su teléfono —La extensión estaba en Auratrea, tierra donde se ubica el gobierno de Adernon y reino de las hadas, se seleccionó este distrito porque estaba relativamente cerca de Aliseum— todos asentimos.
Todos nos preocupamos por usar la ropa más a la moda posible para llamar la atención y que la primera impresión sobre nosotros fuera favorable, salimos de nuestra ala privada y tan solo pasar por la puerta principal todos voltearon a vernos.
—Esto es tan raro— dijo Marco a mi oído y pasando su mano por mi cintura, eso me tomo por sorpresa.
—Estas posesivo lobito— dije en tono seductor
Él sonrió e hizo que muchos de los que nos miraban suspiraran y extrañamente eso me incomodo un poco —Es protegiéndote de todos los que te miran con lujuria—
Comencé a pasar mi mirada por mis compañeros legionarios y todos tenían un semblante firme, superior y hermoso e irónicamente por primera vez en toda mi vida, yo me sentía de esa forma.
—Bienvenidos chicos, un placer tenerlos por aquí— dijo la familiar voz de Anastasia.
—El placer es todo nuestro directora— dijo Jasper tomando la delantera y apretando la mano de la mujer.
—Muchas gracias por la hospitalidad, nos encantaron nuestros dormitorios— le siguió Amunckra, esos dos sin duda tenían madera para ser líderes y a la vez compartir el mando.
—¡Que chicos tan educados! Síganme por favor, es el momento del discurso de bienvenida—
Comenzamos a seguirla por el largo pasillo y sentía muchas miradas sobre nosotros
—No les resulta un poco incómodo que todos nos estén mirando tanto—
—Tranquila Kira, es normal porque somos los nuevos— respondió Philiph
—Así es, y ya estoy sintiendo algunas auras deseosas de probar nuestra fuerza— dijo Arístides —Esos pobres infelices no sabrán que los golpeo—
—Bueno, quizás ya sea hora de entrenar un poco, tengo varios días sin pelear con alguien— dijo Ezequiel sonriendo.
—No busquen los problemas, es más inteligente que ellos vengan a buscarnos a nosotros ya que eso demostrara nuestra superioridad al ser retados en vez de ser los retadores—
Yojan rio —Amor, a ti te persiguen los problemas— le dio un beso en la cabeza y ella sonrió.
—Por algo estoy contigo— todos reímos.
Entramos al enorme salón, la decoración en dorado y negro demostraba elegancia y son los colores de Unix, me mantuve erguido a pesar de notar que había muchísimos ojos mirando a los nuevos que iban detrás de la directora y dirigente del consejo mágico.
Nos ubicamos en los veintisiete asientos vacíos que había en la parte del frente —Buenos Días chicos— dijo Anastasia con voz potente y todos guardaron silencio —Sean todos bienvenidos al inicio del año escolar en la escuela Unix para seres mágicos, esperamos este año iguales o mejores resultados que los del año pasado— todos aplaudieron —Como ya pudieron darse cuenta, tenemos nuevos estudiantes como cada año, con la diferencia que veintisiete de estos van un curso casi de término de la escuela—