Mi vocalista es un seductor demonio

Capítulo 11: Acuerdo.

— ¿Te molesta si yo…? — El chico de cabellos oscuros consultó, una vez arriba de la moto y con el casco del acompañante sobre su cabeza.

Markus no tardó en deducir que él trataba de preguntar si podía usar su cintura como punto de equilibrio.

— Adelante— Le quitó importancia.

Entonces sintió los delgados brazos rodear su abdomen. El toque de Keid era suave y cálido, totalmente diferente a la imagen homicida que se había formado de él en el almacén.

— Gracias— El demonio susurró, apoyando su cabeza en la espalda del contrario, tomándose algunas libertades.

Aquello no era parte de su pregunta, pero Markus no protestó, y encendió el motor de su motocicleta sin alterarse.

En el camino no tardaron en entablar una conversación.

— ¿Cómo conociste a Dante? — El chico interrogó.

La situación actual de su mejor amigo era lo que más le importaba en aquel momento, incluso más prioritario de que Keid fuera un demonio. 

— No tengo su alma si es lo que realmente quieres preguntar y tampoco pienso llevármela.

— Evades la pregunta— Él destacó.

— Solo protejo la información de mis clientes— Él se desentendió.

— Entonces ¿Dante es tu cliente?

— Sí y no, es algo complicado. Deberías preguntarle a él, aunque claro deberás revelarle tu naturaleza primero— Keid fue más perspicaz.

— Solo quiero saber tus intenciones con él. Es todo.

— Asumo entonces que no le dirás— El demonio comprendió.

— Eso lo pondría en peligro.

— Convive con un demonio y sus dos mejores amigos son ángeles, creo que él atrae el peligro, y además sin darse cuenta— Keid expuso su punto. 

— Es complicado.

— Eso dicen todos, pero quédate tranquilo, mis intenciones no son malévolas. Sería inconveniente para mí si algo le pasara a Dante. Es mi guía y el baterista de la banda.

— ¿La banda? ¿Es eso lo que te preocupa? — Markus bajó la velocidad.

— Es por lo que estoy aquí, sí, estaba cansado de mi antiguo empleo, ahora, sin embargo, componiendo música me siento libre— El chico confesó sincero, mientras observaba el paisaje nocturno de aquella carretera. No tenía sentido ocultarlo.

— Por eso me salvaste entonces…

— Ya te dije que fue un accidente, tú me involucraste en tus tonterías, yo solo quería extorsionarte.

— Puede ser, pero detuviste la mano de aquel tipo antes de que me apuñalara con la daga.

— Detalles. Además, sería una molestia buscar a un nuevo guitarrista— El demonio le quitó importancia.

Markus decidió no presionar, era obvio que no le sacaría una respuesta profunda, al menos por ahora.

— ¿Desde cuándo sabes que soy un ángel?

— Desde que llegaste a aquel ensayo empapado en sangre demoníaca.

— Por eso corriste al baño, enfermo— Markus conectó los puntos.

— Reflejó natural— Keid se excusó.

— Sin embargo, ahora no parecías horrorizado cuando asesine a los tuyos.

— En primer lugar, no me compares con ellos, existen diferentes clases de demonios, y ellos son escoria, los negocios en los que se involucran… se merecen su final. Segundo, ya dije que fue un reflejó, me tomaste por sorpresa.

— Entonces ¿No me odias por lo que hago?

— Tienes un trabajo, no puedo odiarte por llevar a cabo órdenes que escapan de tu control. Conozco su jerarquía y sé que cuando un ángel desobedece es tratado como un traidor. Tu raza es una milicia autoritaria.

— No me agrada lo que hago— Markus confesó ante esto. Extrañamente Keid, la criatura que se suponía era el enemigo, era el primer ser en comprenderle— Pero si desobedezco, perderé todo lo que he construido. Mi vida en Terra, la inocencia de Diana, e incluso mi amistad con Dante. Todo se irá a la basura.

— Los ideales de tu raza son un asco— El demonio resopló— Pero entiendo.

No tenía motivos para no creerle a Markus, aunque debía admitir que al principio solo sintió repulsión al oler la sangre demoníaca aquel día en sus prendas, un reflejó biológico bastante natural ante el peligro, sin embargo, él era demasiado listo para dejarse llevar solo por el instinto y el odio primario entre sus especies. Hizo sus investigaciones, y el ángel no parecía feliz realizando sus “encargos”, aquello le otorgó algunos puntos. Lo mantendrían a su lado por ahora, mientras fuera útil.

— ¿Qué es lo que realmente quieres Keid? — Entonces Markus fue directo, deteniendo la motocicleta unas calles antes de llegar a sus casas— Te importa la banda ¿Pero es todo?

Ambos se quitaron los cascos para poder verse de frente, sin impedimentos.

— Lo pondré en palabras fáciles, este es mi pequeño paraíso y no deseo perderlo. Puede que suene egoísta, pero estoy dispuesto a hacer la vista a un lado, si eso significa que la banda siga unida— Él admitió.

— Somos enemigos naturales… deberíamos separarnos— El chico no estaba muy convencido ante la idea— Si mis superiores llegan a enterarse de que interactuó con un demonio, todo se acabara.

— ¿Tienes miedo, angelito? — Keid se burló— Como ya dije, no planeo dañar a nadie, sino todo lo contrario, estoy dispuesto a proteger lo que he conseguido. Y eso para mí desgracia y la tuya, te incluye.

— ¿Qué propones?

— Como dije, haré la vista a un lado, tú harás lo mismo. El secreto de nuestra verdadera naturaleza quedará entre nosotros, ni siquiera Dante o Diana pueden enterarse.  Solo así la banda podrá seguir su curso, y nuestras vidas se mantendrán intactas.

— Si llegaras a ser mi objetivo…

— Entonces tendríamos que enfrentarnos. Sería interesante ver quien ganaría. Aunque por ahora evitemos aquel final trabajando juntos, claro, si no me odias lo suficiente para hacerlo— Él agregó.

— No te odio— Markus fue sincero— Pero aún no confió plenamente en ti. Eres un demonio después de todo.

— Y tú un ángel. Estoy consciente de lo descabellada que es esta alianza, pero si unos delincuentes y estafadores pudieron dejar de lado sus diferencias y cooperar en destruirnos ¿Por qué nosotros no?




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