Michelle Cooper y la marca de la luna.

(capitulo 27) S.E.F.C

El reloj marcaba las ocho y cuarenta minutos. Michelle decidió usar un vestido rojo hasta las rodillas, tacones del mismo color y cabello recogido para la gran cita que le esperaba con Axel, era una gran cita, no por su pareja si no por lo que estaba a punto de descubrir  sobre la elemental que la llevaría más cerca de su madre. De una pequeña caja tomó unos aretes y se los colocó, voltio a ver la hora y justamente eran las nueve de la noche. Sus pequeños pasos se acercaron a la venta y justamente en una esquina de la avenida se encontraba Axel parado. Le echo un último vistazo al espejo para salir de casa pero antes tomó su pequeña cartera de brazo.

—Eres puntual —fue lo único que logró decir cuando ya estuvo frente de él.

—Te dije que lo era —le sonrió—. Estas muy guapa ¿te arreglaste así para mí?

Michelle rodó los ojos y Axel rió por su gesto.

—Estacione mi auto en la otra calle, aun no tenemos edad ni conocimiento para trasportarnos así que nos tocará ir en coche.

Por un minuto Michelle se detuvo a pensar lo que había dicho Axel, “no tenían edad ni conocimiento para trasportarse” Jack lo había hecho muy bien y sin ningún problema cuando entraron y salieron del cuarto prohibido… sin lugar a dudas Axel no era ni la cuarta parte de lo que es el idiota de Jack.

El viaje en auto fue tranquilo y silencioso, ninguno dijo ni una palabra hasta que el auto se detuvo frente un restaurante.

—Hemos llegado —anunció Axel.

Michelle se bajó del auto de la misma manera como se subió, sin decir una palabra y tratando de ignorar lo mayor posible al sujeto que la acompañaba.

—Hey, hey… si al menos vas a disimular  ser mi cita hazlo como se debe —sentencio, la tomo del brazo y se adentraron al restaurante.

Aquel lugar era extremadamente elegante. Diseñado precisamente para aquellas personas adineradas y con el ego altísimo. Algo si daba la impresión de que el lugar tenía un toque mágico cosa que ya no fue una duda cuando todos alrededor pronunciaban hechizos para solicitar el menú, llamar a los meseros y dejar su pago.

—Nuestra mesa está por acá —Axel jaló a Michelle por el brazo como si fuera una muñeca de trapo y si no fue por una silla que se le atravesó fuera pegado la frente a la mesa.

—Oye ten cuidado —vocifero enojada.

—Disculpa, es que ya estoy ansioso por cenar contigo, siempre soñé con este momento desde que te conocí. —sonrió divertido.

Recibió una mirada amenazante de parte de Michelle que le alertó que un conjuro podría chocar con su cara.

—Ok, cuéntame todo lo que sabes —Soltó con desdén, una vez que estuvieron sentados.

—Aguarda —Axel froto sus manos al frete de Michelle—. Primero comamos algo. ¿Qué quiere cenar?.

—Nada, ya cene, lo único que quiero de ti es que me cuentes todo lo que sabes de la elemental.

—Eres increíble sabes, yo te traigo a uno de los mejores restaurantes mágico de la región y tú no lo valoras. Estas con el temita de la elemental que no tengo ni la menor idea que tiene que ver esa mujer en estos momentos.

—Ya te he dicho que ese tema no te incumbe. Tu cumples con decírmelo yo cumplo con ser tu novia Fin.

Axel la observó con indiferencia y acepto la realidad de sus palabras, se inclinó de bajo de la mesa y saco una cinta azul con las iniciales S.E.F.C impregnada en el centro.

—¿Qué es eso?.

—Una simple cinta, que nos asegurará que tú mantendrás tu palabra después de que yo te cuente lo que quieres saber.

—Esa cosa no hace falta. Cumpliré con mi palabra.

—Tu palabra no basta, digamos que esto viene de familia y es fundamental que si vas a prometerme algo te tienes que someter a la cinta.

Michelle rodo los ojos y le dedico una mirada de fastidio.

—Como sea, no le demos más vuelta al tema, haz lo que tengas que hacer para que comiences a decirme lo de la dichosa elemental

—Porque tanto apuro cielo —Axel sonrió por lo bajo, tomó la mano derecha de Michelle enredo la cinta desde su codo hasta la punta de sus dedos y continuo enredando su mano izquierda también de la misma forma.

Coloco ambas manos enredadas con la cita sobre la mesa y sonrió para luego decir:

—ya está casi, solo tienes que decir: me someto a la cinta Crusoe y listo.

Michelle dudo por un segundo, no estaba segura de hacer lo que Axel le ordenaba pero no tenía otra opción si quería saber todo sobre la elemental. Y esa fue la razón por la que decidió avanzar con el plan.

—Me someto a la cinta Crusoe —su voz fue firme y rápida, Axel entrelazó las manos amarradas por la cinta y las elevo, ambos se sostuvieron con los codos sobre la mesa.

—Acepto someterte —sonrió perversamente—. Ahora confiesa lo que vas a prometer.

—Prometo ser tu novia por quince días en cambio si tú prometes contarme todo lo que sabes de la elemental más fuerte en este preciso momento.

Mientas hablaba la cinta se tornó roja, pudo jurar que el calor del fuego roció su piel.

—Promesa aceptada —susurro.

Michelle sintió y observó como la cinta que ya había dejado de ser azul
se desenredaba del brazo de Axel por completo, creyó que en su brazo iba a suceder lo mismo pero no fue así, la cinta subió desde su codo hasta envolverse en su hombro extendiéndose hasta la punta de sus dedos. Trato de quitársela pero fue tarde, como por arte de magia la cinta se introdujo en su piel y desapareció sin antes parpadear en su brazo.

Seguía enrollada pero ya no era visible.

—¿Que has hecho? —soltó Michelle alterada.

—No te alarmes, es un pequeño truco de la familia. Solo durara quince días en tu cuerpo, apenas acabe tu promesa la cinta caerá sola. Pero eso sí, no trates de romper lo que prometiste porque no te lo permitirá, durante estos quince días serás de mi propiedad.

 

MoysesEV.

 



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En el texto hay: engano, secreto, amor romance mentira

Editado: 04.10.2020

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