Voy entrando a la oficina, llegué un poco temprano por lo visto ya que sólo había un socio. Este era un Joven de unos 27 años como máximo, rubio y sonrisa encantadora que yo gustosa devolví. Un simple empresario más.
El estaba sentado en un sillón de cuero negro esperando a los otros socios y yo me quedé parada a una esquina de la mesa en forma de U.
—Ven, no muerdo.—dijo divertido mientras golpeaba con la palma de su mano a su lado en el sillón.
No me daba muy buena espina pero aun así me senté a su lado.
—¿Eres muda o te comió la lengua el gato?—pregunto divertido y yo solté una risita nerviosa.—¿Cómo te llamas?—me preguntó curioso.
— Florencia¿Y tú?-le pregunté.
—Alacrán.—iba a preguntar el porqué de su nombre pero quede en shock cuando unas pequeñas escamas de color doradas en las puntas y azules en los comienzos se empezaron a formar es sus pómulos y manos. Sus dientes pasaron de ser dientes comunes a colmillos y cuando sacó la lengua parecía cortada en la punta.
Intenté correr hacía la puerta pero al darme vuelta el empresario ya no estaba, en cambio había una enorme pitón dorada.
Al llegar a la puerta que desgraciadamente era de madera el se enredo a mi alrededor como un espiral aficciandome.
Naranja, rojo y amarillo. Así se veian sus ojos, como el fuego.
"Florencia ¿Y tú?" Fue mi última frase antes de que esta bestia me matara...
F.S