El día que el juez leyó mi sentencia de muerte, supe que era el fin, y en parte lo agradecí. Tras un largo y engorroso proceso, que todo terminara, aún si era de aquella manera, suponía una liberación.
Sin embargo, el juez todavía tenía algo que agregar:
—El día de la ejecución, así como el método a utilizar, serán comunicados con una semana de antelación.
Y aquí estoy, tres años después, consumido por los nervios a causa de la larga espera.
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fantasmas y presencias, demonios y dolor, muertes; leyendas; suspenso; terror.
Editado: 02.12.2023