CAPÍTULO 1: Un Nuevo Comienzo.
La emoción se percibía en el ambiente mientras cargábamos nuestras pertenencias en el camión de mudanza. Anna y yo habíamos dado un gran paso en nuestras vidas gracias a mi reciente ascenso en el trabajo. Ahora teníamos la oportunidad de brindarle a nuestra adorada Julieta, nuestra hija de 12 años, una vida mejor en un vecindario próspero.
Julieta siempre ha sido una niña especial, su alegría y amabilidad son contagiosas, y su pasión por el arte simplemente me maravilla. Es una talentosa pintora y siempre estamos ansiosos por ver sus nuevas obras. No importa cuán ocupados estemos, Anna y yo siempre encontramos tiempo para ser sus mayores seguidores y respaldarla en su trayectoria artística.
La nueva casa que habíamos adquirido superaba ampliamente todas nuestras expectativas. Era espaciosa, elegante y con una decoración impecable. El jardín era un auténtico paraíso y me imaginaba a Julieta jugando y riendo bajo el cálido sol de la tarde. Era un lugar donde podíamos crear hermosos recuerdos en familia.
La comunidad en la que ahora residíamos también era extraordinaria. Vecinos amigables y cordiales se acercaban a nuestra puerta para recibirnos y ofrecer su ayuda en lo que necesitáramos. Parecía el lugar perfecto para que Julieta creciera rodeada de personas positivas y amigables.
Estaba impaciente por ver a Julieta explorar su nuevo entorno. Habíamos matriculado a nuestra pequeña en una nueva escuela, llena de oportunidades y un ambiente inspirador. Estaba seguro de que encontraría amigos con intereses similares y se abriría a un mundo aún más amplio de posibilidades artísticas. En medio del bullicio de la mudanza, me detuve por un momento y contemplé a mi familia. Anna, con su radiante sonrisa y su apoyo inquebrantable, y Julieta, rebosante de entusiasmo y energía, lista para abrazar esta nueva aventura. Mi corazón se llenó de gratitud y determinación para ofrecerles una vida plena y feliz en nuestro nuevo hogar.
Este era solo el inicio de nuestra historia en el vecindario próspero. Estaba seguro de que, juntos, crearíamos recuerdos memorables y afrontaríamos cualquier desafío que surgiera en nuestro camino. La felicidad y el amor impregnaban el ambiente, y estaba emocionado por ver qué nos deparaba el futuro en nuestro nuevo hogar.