—¿Te gusta la comida mi amor? Es tu favorita.
—Sí, está sabrosa. ¿Ya te amistaste con mi madre? No me gusta que peleen.
—Sí mi amor, no te preocupes. Ya no se va a volver a entrometer en nuestra vida.
—¿Dónde está? No la he visto desde que llegué de trabajar.
—La enterré en el jardín. Te dije el día de nuestro matrimonio que, algún día terminaría matándola.