—¿Cuánto tiempo pasó? —preguntó Cooper.
—Demasiado —Phemphit rió y empezó a revisar en los gabinetes unos platos—, se nota que estabas cansado.
—Vale —Cooper la vio teniendo problemas en buscar los platos y la tomó por los hombros para apartarla, al parecer esto la sobresaltó un poco. Cooper la apartó y tomó 3 platos del estante de arriba.
—Gracias —Phemphit agachaba la cabeza para evitar verlo, Cooper decidió apartarse un poco, parecía incómoda.
—Gracias a ti por el desayuno, casi almuerzo.
Phemphit rió un poco.
—Estaba pensando en Shixed y yo —Phemphit llevó los dos platos a la mesa, Cooper tomó asiento. Ella se dirigió a traer el tercer plato—, en qué podíamos hacer ahora que, ya sabes, somos libres.
—¿Sí?
Cooper observaba la comida, trataba de mantener su cara de póquer, pero era complicado cuando intentaba descifrar si esto era arroz o pasta hecha puré, o ¿era puré de papas? No sabía si lo que tenía encima era aceite de motor o una salsa hecha por ella.
—Lo primero que pensé fue en conseguir un empleo, ya tendremos que buscar nuevas identidades, ya sabes, como tú y Blue Velvet.
—Entiendo, solo que tenemos un problema, Phem —Cooper comenzó a escarbar con el tenedor una vez que los 3 platos estaban en la mesa. No sabía donde estaba Shixed, pero debía de estar durmiendo—, acaban de salir de prisión, no tenemos las cosas apresuradas.
—Pero, ¿Cómo comeremos? No queremos depender de ti todo el tiempo. Me daría mucha pena.
Phemphit fue la primera en darle una probada a la comida. Su rostro se iluminó al comerlo, estaba delicioso. Cooper vio que la comía de manera enérgica, así que se atrevió a darle una probada. Lamentablemente, no sabía nada bien a como Phemphit lo hacía ver. Tomó una servilleta y de manera disimulada botó la comida.
—Eso lo sabremos después, Phem —Cooper apartó la comida, el olor ya estaba repugnando—. Solo llevan… 8 horas fuera de la cárcel, y no de manera legal.
—Está bien. Después veremos qué hacemos.
—A este punto, me sorprende que el mundo esté tan tranquilo… Espera, ¿Has visto las noticias? —preguntó Cooper un poco alarmado.
—No —Cooper se levantó a tomar su teléfono, por un lado, estaba feliz de tener excusa para no comer, y, por otro lado, preocupado por lo que podría ver—, no quería despertarte, así que no he hecho nada.
—Agradecido por eso, tenía tiempo que no dormía tanto tiempo —dijo mientras continuaba scrolleando en su teléfono por las noticias.
Por lo menos, lo que había visto de Pestrom estaba tranquilo dentro de lo que cabe. Solo algunos robos, y asesinatos, pero nada que fuera más alarmante.
Buscó algo de Acrisea y encontró las noticias del edificio de ConAbe siendo destruido por Blue Velvet, sin embargo, no había fotos ni cámaras que hablaran de eso. Los comentarios fueron alarmantes y de opiniones divididas. Unos hablando de lo merecido que tenían esto, y otros diciendo que los Aberrantes eran unos monstruos. Nada que ver aquí.
Continuó bajando, sin embargo, se detuvo al ver un video capturado por una cámara de vigilancia. Conocía el lugar, obviamente conocía las caras. Era el momento cuando habían salido de ConAbe, cuando Shixed hizo volar los coches.
Respiró profundo.
Siguió buscando y encontró las fotos de ambas. Phemphit y Shixed estaban siendo buscadas por ConAbe. De nuevo, los comentarios eran innecesarios, diciendo como Shixed era hermosa, y como ellos podían cambiarla, luego más comentarios negativos acerca de los Aberrantes.
Cooper lanzó el teléfono al otro lado del sofá, y se frotó los ojos con sus dedos tratando de relajarse. Eran unos prófugos. Su rostro no estaba por ningún lado, pero eso no le restaba importancia al asunto. Se suponía que no debían atraer la atención, fueron las claras instrucciones de Jeff.
Jeff.
Ya se estaba imaginando su cara de decepción. Era su primera misión en solitario y la cagó. Carajo.
—¿Todo está bien? —preguntó Phemphit aún en la mesa.
—No —respondió Cooper, aún encorvado—, necesito café.
—Está bien, pero aún tienes comida en la…
—Tranquila —Cooper se levantó en dirección a la cocina—, no tengo hambre, se me fue el apetito, solo quiero café para despertar por completo, y ver qué haremos ahora.
—Entiendo —Phemphit retiró el plato de Cooper y el vacío para llevarlo al fregadero—. Igual quedó delicioso. No sabes de lo que te perdiste.
—Sí —dijo Cooper con una sonrisa desfigurada—, tranquila. No te preocupes, es toda tuya si quieres.
—¿En serio? —La sonrisa de Phemphit se engrandeció.
—Claro.
—¡Gracias!
—Y… ¿Quién te enseñó a cocinar? —preguntó Cooper mientras agregaba granos de café a la cafetera.
—Mi mamá —respondió mientras comía de pie para seguir la conversación con Cooper—. Ella hacía el mejor arroz con carne molida del mundo.
—¿Era arroz con carne molida?
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Editado: 19.11.2024