Sueños y un primo demoníaco.
─Hola Familia.
Ambos me observaban como si frente a ellos estuviera un fantasma y no su hija, pero pensándolo quizás para ellos era eso, un fantasma, me fui de una manera brusca, no obtuvieron contacto o noticias de mi en cien años y ahora aparecía así tan de repente, era obvio que no creyeran que mi aparición fuera algo real, debieron creer que estaba muerta, tan poca fé me tenían.
─¡Alice! ─exclamaron ambos al unísono con notable sorpresa y confusión.
─Hija, que…estas aquí ─preguntó mientras me sofocaba en un abrazo, a la par pude sentir lágrimas bajar por mi rostro.
Los había extrañado mucho, me había aislado demasiado tiempo de mi familia, de lo único que tenía y más amaba, me torturé durante años pensando en si tomé o no una buena decisión y llegué a la conclusión de que cometí un error, uno muy estúpido, no pensé con claridad, me arrepentía mucho y no lo había querido aceptar hasta ahora, ellos tenían razón no sobreviviría sola siendo una niña, sobreviví físicamente pero no en alma, la soledad y la culpa me consumieron, fui una estúpida.
─Si mamá estoy aquí…
─A que se debe tu tan inesperada visita ─preguntó mi padre enarcando una ceja.
─Hunter que te pasa ─le gritó mi madre.
─Al irse nos dejó muy en claro a todos que nunca más volvería, renegó de su raza, nos reclamó e insultó por cosas estúpidas y sin sentido de niña malcriada e inmadura, nos abandonó en tiempos difíciles.
Algo dentro de mí dolía al oír a mi padre expresar así su decepción.
» Quieres que ignore el hecho de que cada día durante un siglo entero nos moríamos de preocupación por no saber siquiera si estaba viva o muerta, de que cada día estamos en más peligro que el día anterior y ella estaba sola en algún lugar desconocido de este mundo, de que sus abuelos murieron de una manera brutal y desgarradora y ella…ella no estuvo aquí «
Sentí el crak de mi corazón al romperse ante sus palabras. Respiré unas cuantas veces antes de volver a hablar.
─No ha pasado un día en que no me arrepienta de ese error, durante cien años me atormentaba por una mala decisión que tome en un mal momento ─sollocé─. Pero entiéndanme me sentía presionada por todo y todos estaba cansada de huir por ser algo que yo no pedí ser.
De reojo pude ver a mi hermano suspirar.
─Pero eso ya pasó ─anunció observando a mi padre─. Olvidemos lo que paso hace tantos años y recomencemos de nuevo, estamos abiertos a escucharte hija, queremos entenderte no solo a ti, a tu hermano también que aunque no lo dice sé que esta vida no es fácil para nadie.
Mi padre bufó con sorna.
─Pues yo no lo creo, aun seguimos vivos ─cuestionó─. Esto es lo que somos y seremos por toda la eternidad y punto, no quiero volver a escuchar del tema.
Subió escaleras arriba y se encerró en lo que supongo es su estudio de trabajo.
Esperaba algo peor, esperaba gritos o que me sacara a patadas de la casa pero en cambio solo se enojo y se encerró, eso era bueno por una parte me podría quedar con ellos pero por la otra parte quería que mi padre fuera capaz de entenderme a mí y a mis razones.
─Tranquila hija ya lo entenderá ─me regaló una cálida sonrisa─. Iré a hablar con él.
─Li vamos a tu habitación ─llamó mi atención.
¿Tengo una habitación?
Debió de notar mi confusión por lo que rodó los ojos y agregó.
─Claro que tienes una habitación.
─Entonces muéstrame el camino ─ambos sonreímos.
Subimos al segundo nivel de la casa y entramos a lo que sería mi habitación. Pasamos frente al estudio de mi padre donde se podía oír la discusión de mis padres, trate de ignorarlo y continuar el camino hacia la habitación.
Pude ver que mi hermano imitó mi acción, era lo mejor.
─Sorpresa ─gritó eufóricamente. De solo oírlo me dolieron las cuerdas vocales no puedo imaginar a él.
No lo podía creer era como si nunca me hubiera ido, como si hubiera vivido aquí desde siempre, la habitación estaba pintada de lila claro el cual era mi color favorito, las cortinas y muebles eran de negro y en la pared estaban pegados todos los posters de mis cantantes y bandas mortales favoritas, Nirvana, Imagine Dragons, Hippie Sabotage, Pinky Floyd, madre mía ¡BTS! ─insertar gritos y brinquitos de loca aquí ─todo estaba tan ordenado y limpio que temía desordenar algo.
Era muy parecida a la habitación que tenía en Dallas antes de marcharme, ninguna me hacía sentir verdaderamente como en casa, pero esta era especial me habían estado esperando y eso era bueno, muy bueno. Y eso me hacía sentir de maravilla.
No podía ver el rostro de mi hermano ya que estaba de espaldas pero sabía que estaba sonriendo.
Lo sentía.
¡Ah!
Habían conservado a mi gata Storm.
─Hola hermosa, te extrañé ─ella solo me maúlla y se sube a mi nueva cama.
Es tan tierna.
─Que te parece ─preguntó.
─Es… muy lindo, gracias ─lo abracé y sentí sus fuertes brazos pasar por mi cintura y acercarme más a él.
No sabía hasta ahora cuanta falta me hizo un abrazo como este.
─En realidad a quien debes agradecer es a Klaus─ dijo aún sin apartarme de él─. Cuando nos mudamos papá pensó en transformar esta habitación en un gimnasio, pero Klaus no se lo permitió, dijo que esta era tu habitación por derecho ya que tu volverías─ una pequeña sonrisa se asomó en su rostro, lo observé más a detalle quería grabar para siempre el rostro de una de las personas que más amo en mi vida, mi hermano─ mi padre no tomó en serio que tu volverías pero no refutó porque tal vez en el fondo anhelaba que tu volvieras.
Con mucho esfuerzo retuve las lágrimas, no podía derrumbarme ahora, no ahora que todo iba por buen camino, debía ser fuerte. Pero las emociones eran muy fuertes e incontrolables, tal vez la relación entre mi padre y yo tenía reparos.
─Y donde están Klaus y mis tíos ─me aparté de él y me acomodé en mi cama.