Sigo sumergido en mis pensamientos y tanto metido estoy que me choco sin querer con Marcelo.
- Mira por dónde vas Marco – me dice mientras se ríe – Y deja de darle vueltas a la cabeza con eso que estás pensando – vuelve a decirme a la vez que una de sus manos van a dar a mi cabeza.
- Lo siento Marcelo – me disculpo.
Intento decirle algo más pero en ese momento Zidane, nuestro entrenador, nos convoca a todos al centro del campo. Mientras llego observo a mi alrededor y me doy cuenta de que han venido la novias y mujeres de algunos de los jugadores, e incluso los niños.
Qué envidia me dan a veces. Me encantaría tener aquí a mi madre, incluso a mi padre o a mi hermano. Hasta alguna chica, una chica por la cual estar perdidamente enamorado como lo están mis compañeros con sus respectivas chicas.
Comenzamos el entrenamiento con un rondo, por un lado los españoles y por otro los extranjeros. Después pasamos a realizar carreras alrededor del campo y finalmente realizamos un partidillo.
Al terminar nos ponemos en disposición de estirar para evitar futuras lesiones cuando oímos unos gritos.
- ¡Dani! ¡Dani! – se oye gritar a una niña.
Dani se gira, bueno él y todos los de la plantilla. Veo a Dani sorprendido pero no duda ni un momento en abrir sus brazos y en alzarla al aire en cuanto llega a sus brazos a la niña que viene corriendo. La verdad es que es una escena un poco graciosa, teniendo en cuenta que Dani es un patoso… A ver si se le va a caer la niña al suelo.
Dani aparta la mirada y veo que busca a alguien, hasta que sus ojos se posan sobre una chica que anda en dirección a nosotros. La sonríe y veo como deja a la niña en el suelo y se acerca casi corriendo hasta ella. La chica también corre hacia él y salta a sus brazos y finalmente se funde en un gran abrazo.
- ¿Qué haces aquí? –pregunta Dani mientras la deja en suelo.
- ¡Sorpresa! – le contesta ella sonriendo.
- Y tanto, me alegro de verte pequeña – le vuelve a decir mientras le da un beso en la mejilla.
- Necesitaba salir de casa y aquí nos ves. Además tenía ganas de ver a mi primo favorito – sigue diciendo ella mientras busca con la mirada el paradero de la niña.
De repente se gira y empieza a observar todo y a todos, creo que se acaba de dar cuenta de que todo el mundo la está mirando. ¡Y cómo para no hacerlo! Es absolutamente preciosa. Morena, de ojos castaños y con una sonrisa preciosa.
- Chicos esta es mi prima María – nos dice Dani al equipo – y la peque es Natt.
- María, estos son los chicos – dice mientras nos presenta Dani.
Uno a uno se van presentando, Sergio, Marcelo, Cristiano, Kross, Llorente, Isco… En definitiva a todos y a cada uno de ellos. Hasta que llega mi turno y da la casualidad de que soy el último.
Nuestras miradas se encontraron y nos fuimos acercando poco a poco, sin que nuestras miradas dejaran de estar conectadas. La doy dos besos y cuando nos rozamos siento como un millón de chispas que salen de nuestra piel, como de repente se conectan. Y es una sensación tan agradable…
Hacía mucho tiempo que no me sentía así, que nadie me hacía sentir así, como si tuviera mariposas revoloteando por mi estómago.
En ese momento no me di cuenta, pero en el mismo instante en que nuestras miradas conectaron, mi vida comenzó a dar un giro de 300º.
- Hola, mi nombre es Marco – me presento después de darla dos besos y dedicarle una sonrisa sincera.
Y nunca, nunca se me va a borrar de la memoria en el mismo instante en que ella me devolvió la sonrisa. Esa sonrisa que me atrapó y me enamoró. Porque nadie nos había dicho, nadie nos había preparado para la montaña rusas de emociones y sentimientos que íbamos a vivir y sentir.
Sin quererlo, sin pretenderlo, solo con una mirada, me basto para darme cuenta de que ella, ella iba a ser todo lo que yo necesitaba para ser feliz.