Opening:
En la universidad nos atrapaban siempre,
las cagadas nunca nos faltaban,
nos copiábamos sin pautas,
y director siempre nos congelaba.
¡Vamos! ¡Juntos!
¡Nos volveremos más tontos!
¿Listos? ¡Let’s go! ¡Yugioh-gx! ¡Ah, ese no es!
¡Enciende! ¡Enciende! ¡Tus cosmos al máximo!
¡Enciende! ¡Enciende! ¡Las pocas neuronas que tienes!
[Instrumental fachera]
¡Por fin me copiaré!
¡Yugioh-Gx! ¡Oh no, otra vez!
¡Enciende! ¡Enciende! ¡Tus cosmos al máximo!
¡En la nueva temporada de Milo y Kanon X te tienes que encender!
Narrador: En el anterior capítulo de Milo y Kanon X… ¡Nuestros héroes tuvieron que hacer frente al problema de que su profesor estuviera inconsciente, pero no tuvieron tiempo de pensar más en ello y esto quedó enseguida en un segundo plano, cuando llegó Seiya a advertirles sobre la escuela rival que venía por ellos! ¡La situación rápidamente escaló a los hechos, y Shiryu fue derrotado junto a los demás caballeros de bronce que lo acompañaban, dejando el resto en las manos de Pegaso, quien se encontraba ahora vestido con un tutu y a punto de enfrentarlos con las figus del mundial de su compañero caído! Por lo pronto, viendo lo peliagudo que se había tornado todo, y con la desaparición de Mu, Kanon y Milo se vieron obligados a actuar, así que se adentraron en la recamara secreta, en busca de algo que les sirviera, hasta que por fin ésta les escupió un paquete de figuritas por no querer aguantárselos más. ¿Podrán ahora nuestros héroes hacerle frente al grupo de Radamanthys y sus otros espectros? ¿Tendrá la posibilidad de recobrar la consciencia el profe? ¿Se habrá salvado de la feroz caída que tuvo Dohko de ese acantilado? ¡Todo esto y más en el capítulo de hoy!
Los chicos retomaron la trama, y aunque ahora Milo andaba parcheado por el cómo le habían lanzado las figus al ojo, eso no le impidió seguir siendo protagonista de esta saga, por lo tanto, ambos bajaron al patio de la escuela, donde se encontraron con los culpables de todas las desgracias declaradas, y ahora… como era de suponerse, ahí andaba Seiya tirado en el suelo todo hecho bosta por los espectros, quienes se expropiaron las cartas de todos los derrotados.
—¡Ninguno de estos giles tienen la carta de Messi! —declaró Aiacos molesto.
—¿Y esto que es entonces? —levantó una figu donde le habían pintado la cara de Messi muy para el ojete, a lo que Radamanthys le dio un manotazo y le dijo.
—¿No tenés ojos? ¿No ves que es solo un garabato? Seguro que el que hizo esto no tenía nada de autoestima con las figus —declaró.
—¡Hey! ¡Gil! —los llamó Kanon, y entonces todos se voltearon hacia ellos.
—Nosotros tenemos las figus que tanto están buscando —entre Milo y Kanon mostraron lo que eran las cartas de Yugioh; los pobres no sabían la diferencia de lo uno de lo otro.
—Para, me retracto, estos son más boludos que vos, Minos —aseguró Radamanthys.
—Anda a cagar —le respondió éste.
—¡Esa sala nos engañó! —se quejó Kanon mirando una de las cartas.
—Bueno, al menos podemos decir que esta no está errada —anunció Milo, a lo que Kanon lo miró para el ojete.
—Ya que no tienen figuritas de la selección, esto da por sentado que han perdido —afirmó Radamanthys.
—¡No tan rápido! —con una música muy fachera, aparece caminando Mu hacia ellos, y una vez estuvo en una distancia aceptable, abrió la chaqueta de su uniforme, revelando sus fuerte pectorales y las figuritas del mundial más rebuscadas de toda la selección argentina.
—¡No me lo puedo creer! —expresó Aiacos.
—No puede ser… —comentó sin aliento Radamanthys.
—¡Este man está más marcado que yo! ¡Por qué! ¿Cómo puede ser? —Minos estaba completamente frustrado, hasta que Radamanthys le dio un zape por la pendejada que dijo.
—No estamos aquí para saber los secretos sobre los pectorales del Ariano —informó—. Pero sí me gustaría saber cómo es que conseguiste todas esas figus tan impresionantes.
—A mí en realidad me gustaría saber cómo es que anda sin camisa debajo de la chaqueta; debe de ser re incómodo, igual es re practico a la hora de sacarse la ropa —habló Afrodita, quien había bajado de ante mano junto a los demás, los cuales lo miraron con una gota en sus cabezas por lo dicho.
—Es un secreto que me llevaré a la tumba —aseguró sombrío, refiriéndose, claro, sobre las figus.
—¡Che! ¡Dejen de robar cámara y decí para qué viniste acá! ¡Si es para presumir te me las tomas! —le reclamó molesto Kanon a Mu.
—Ah, sí, perdón —se disculpó Mu acariciándose la cabeza y cerró su chaqueta—. Quería prestarles las figus que conseguí para que pudieran darle una putiza a esta gente.
—¿Pero vos no eras uno de los matones de la uni? ¿Qué haces ayudándonos? —le consultó Milo lamiendo una piruleta.
—Que tenga el papel de matón, no significa que lo voy a seguir como está planeado en el guion; tengo vida propia y aparte… no me pagan desde hace 4 temporadas —dio a entender, lo que entristeció a todos.