Narra Emma.
Cuando entramos a la mansión, tenía un gran estanque en el patio, eso me sorprendió mucho ¿Quién tiene un estanque en su patio? Yoongi me miraba de reojo lo sabía, no soy tonta… soy mujer, me doy cuenta de todo, está en mis neuronas. Pasamos la cocina que no parecía una cocina sino como una sala de conferencia muy grande, cuando subíamos las escaleras la barandilla era de color plateada, mientras la acariciaba mire por las ventanas y tenía una piscina en un costado de la casa, juraría que era una piscina olímpica, me quede un rato viéndola cuando Yoongi ya estaba dejándome atrás.
–¿Cómo es que tienes esta casa tan grande? – Corrí para estar a su lado y preguntarle, la casa tenía muchas ventanas grandes… podría ver casi toda la ciudad.
– ¿En serio? ¿preguntas eso? – sentí su mirada en mí, volteé a verle rápidamente y suspiré –perdón. Lo siento, lo olvide–
Narra SUGA.
¿Cómo pudo haber olvidado que yo era un criminal? bueno parece que esta niña es tonta –Sabes... Dormiré contigo ya que me asusta que alguien derribe la puerta y yo esté en peligro así que te utilizare como sacrificio humano ¿okey? –
Reí por su comentario.
–Yo creo que el sacrificio humano será otro– Dije con una sonrisa victoriosa –No olvides con quien te estas metiendo, niña–
Dijo abriendo los ojos sorprendida queriendo decir algo, pero inflo sus mejillas y desvió la mirada –eso ya lo veremos– fue un susurro, pero pude escucharla, esta chica tiene carácter.
–Acá es mi habitación– Abrí la puerta, Ella entro y miro arriba, abajo y a todos lados con la boca abierta – ¡Esto... es muy bonito!... ¿en serio no te sientes solo en esta casa? – se acercó a mi rápidamente, puse mis manos en mis bolsillos nuevamente, dando una vuelta hacia la izquierda donde estaba la cama, para recostarme en ella.
–Esta casa no la uso, excepto cuando intento esconderme de la policía. Tengo varias mansiones, terrenos etc.– explique sacando mi teléfono de mi bolsillo, a pesar de que sea mi celular personal, se les hace difícil a los policías encontrarme ya que también tengo hackers en mi equipo, nadie se resistiría a trabajar conmigo.
– ¿Estas presumiendo? – Dijo con el ceño fruncido mirándome –No me gustan los presumidos– se alejó de mi para ver mi gran ventana que estaba al lado de televisor, haciendo ver una hermosa vista al patio, con gran diversidad de flores, adoro mi casa.
Carcajeé al escuchar esas palabras –Como si me importara– para al final mirarla sin interés. En serio, lo que diga me vale un simple pepino, está loca la verdad. La mire de reojo y ella todavía miraba la ventana. Baje mi mirada a mi teléfono de nuevo y… la verdad solo estaba mirando el fondo de pantalla, suspiré y simplemente baje el teléfono y mire al techo.
– ¿Dónde está el baño? – pregunto ella acercándose a mi casi corriendo, le señalé mi derecha –la puerta que está al lado del armario– me senté en la orilla de la cama –Gracias, ¿me prestas una toalla? – pregunto mirando para abajo algo avergonzada.
–Haces muchas preguntas solo dilas– Junte mis manos y repose mis codillos en mis piernas casi encorvando mi espalda mirándola, ella me miro y suspiro.
– ¿Me prestas una toalla? ¿puedo bañarme? ¿puedo dormir en el sillón? –
–Me arrepiento– Fui directo al armario que estaba al lado de la puerta de la entrada del baño y saqué una toalla color roja para ella, puse mis manos en sus hombros la empuje suavemente para el baño y cerré la puerta rápidamente –usa lo que quieras... no me importa– di media vuelta de nuevo y me acosté en la cama.
– ¡Gracias! – Me grito desde el otro lado de la puerta.
¿Cómo puedo protegerla...así de esa manera? Ella parece que me odia... y demasiado... pero… ¿Por qué no lo demuestra? Las personas que me odian me demuestran que me quieren en el infierno, tratan de matarme de la peor forma posible, pero esta chica no lo hace tal vez porque es débil y no puede demostrar que me odia o la forma lógica de pensarlo sería decir que…no me odia y no suena bien.
Claro... además yo también me odiaría a mí mismo...
Empecé a jugar con una pelota lanzándola hacia arriba y atrayéndola hacia mí, luego puse a cargar mi celular encima de la mesita de noche ya que se me había apagado y eso es mala señal. Pues muchos negocios... ahora en adelante... muchos amigos... bueno soy muy importante y no es por presumir, pero... soy perfecto. Sí, lo sé… soy muy narcisista, pero… ¿Qué mas da?
Luego Emma salió del baño con una toalla alrededor de su pecho mirándome, se le veía un pequeño sonrojo en las mejillas. La verdad se veía mejor que las chicas que salen de mi baño.
– ¿Te doy ropa? – Pregunté rápidamente al verla de arriba abajo, con una sonrisa algo notable.
– ¿Tienes ropa? –Ella evito mi mirada volteando su cabeza hacia la derecha mirando la puerta de entrada del cuarto.
–Si– Respondí secamente, sentí que la ponía incomoda, bajé mi mirada hacia la pelota –En… el armario hay–
–Para niña, no para una zorra–
– ¿Eres una niña? – Fingí sorpresa y la miré de nuevo rápidamente, reí y ella me miro girando su cabeza para verme –Una señorita– respondió frunciendo su ceño.
–Está bien... no tengo– me senté en la cama y me levanté para abrir las puertas del armario quedando al lado de ella lo cual hizo que se alejara de mi unos cuantos pasos.
–Entonces…– murmuro mirando la ventana.
– ¿Dormirás así? – pregunté cerrando el armario sacando una camisa, algo grande para ella, pero se le verá grandiosa.
– ¡¡Claro que no!! – grito mirándome de nuevo, sosteniendo su toalla con su zurda y dándome un golpe con su puño derecho en mi pecho y… fue patético, pero me dio ternura.
–Está bien– le di la camisa y salí de la habitación cerrando la puerta, cuando al cerré… sentí que una sonrisa salía de mis labios al recordar esta pequeña escena. –Me resultas interesante… Emma Wilson…