Mine || 4#

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~ ELETTRA ~

 

Teníamos al mar a unos escasos metros, el olor salado del mar me hacía sentir tan tranquila, pero al regresar la mirada hasta Marc con el ceño fruncido me hacía regresar a ese lugar tenso donde seguramente terminaríamos peleando. Me costó abrir la boca para hablar, tenía que organizar mis ideas de la cabeza, las manos me temblaban y sentía que podía vomitar en cualquier momento, aunque estuviéramos lejos, podía ver a mi familia desde donde estábamos, no solo era explicarle a Marc lo que había pasado, sino que también a los demás.

 

—¿Vas a hablar? —Soltó captando mi atención nuevamente, ¿qué podría decirle ahora? Había sido una cobarde, sí, me dejé llevar por los celos, sí. ¿Qué excusa podría poner para que el dejara de mirarme de esa forma? —. Ok, parece que no quieres hablar… Comenzaré a hablar yo… —Él se enderezó en su silla echándose hacia delante, no sabía cómo explicarle nada, pero dejaría que el hablara y luego seguiría con mi parte—. Haces una entrevista hace poco más de un mes, anunciando tu embarazo, tienes 7 meses ahora… ¿Crees que no sé contar? ¿Cuándo planeabas decirme?

 

—No tenía planeado hacerlo —dije por lo bajo, sin saber realmente que me había ocurrido, no entendía como habíamos llegado hasta ese punto. Él se veía enojado y yo demasiado sumisa frente a él, no me gustaba sentirme de esa forma, pero fue mi culpa por no hablar con él desde un primer momento—. Pensé que lo mejor que podría pasar es que no estuvieras involucrado…

 

—¿Es mío? ¿Realmente es mío? —Bajé la mirada, no sabía cómo responder esa pregunta cuándo ni yo sabía realmente que había pasado—. ¿Estuviste con alguien más?

 

—Sí, con Zane —respondí con vergüenza, no quería más regaños, ya había recibimos muchos de mis hermanos, así que escucharlo a él.

 

—¿Te protegiste? —Asentí, quería omitir el hecho de que, según Zane, se había roto el condón, yo no lo había visto, no podía estar segura de que era verdad, pero a este punto no es como que me podía poner a preguntarle—. ¿Él lo sabe al menos?

 

—No, Marc, mi plan era no decirle a ninguno, yo iba a tener a mi bebé para mí y no le diría a nadie quien era el padre —Me animé a soltar con algo de fuerza, me había cansado de las preguntas, no éramos un par de adolescentes como para preocuparnos demasiado por lo que haríamos en el futuro—. Mira, yo estoy segura de que es tuyo, pero no te obligaré a hacerte cargo, no quiero que estemos peleando el resto de nuestras vidas…

 

—¿Y qué esperas que haga? ¿Qué deje a mi hijo? Estás equivocada Elettra, tuviste que decirme, te habría acompañado, apoyado… No sé qué clase de hombre crees que soy, pero no soy un idiota, el que no haya querido tener una relación, no quiere decir que no te quiera… —Eso me había calado dentro, muy dentro de mí, no podía decir si me había dolido o me gustaba la idea de que realmente me quiera.

 

—No sé qué decirte… —Susurré bajando la mirada, quedaba poco menos de 3 meses para que el bebé naciera y él estaba a tiempo para hacerse cargo—. No necesito de tu dinero, no necesito que estés conmigo, no quiero más problemas con nadie…

 

—No quiero darte problemas Elettra, tendrás a mi hijo… —Él se levantó para arrodillarse a mi lado, tomar mis manos, quitándolas de mi vientre, suspiró mirando mis ojos y luego bajó la mirada hasta mi barriga—. Nuestro… —Colocó una de sus manos sobre mi vientre haciéndole erizas, acarició esa zona con ternura y dentro de mi pude sentir algo que jamás había sentido, vi su sonrisa de ilusión, ahora si mi corazón estaba completamente derretido y cualquier enojo que tuviera se había esfumado. No podía seguir siendo una egoísta con él. Cuando había reaccionado de esa forma—. No me importa como hayamos terminado, yo quiero estar presente en la vida de mi hijo…

 

—¿Sabes lo complicado que será? Tú vives en Suiza y yo en Italia, no creo que tengas el dinero suficiente como para viajar a cada rato a Roma… No es un lugar económico como para estar viajando a cada rato —No quería arruinar el momento, pero teníamos que ser realistas—. Yo no te puedo obligar a dejar tu vida en Berna y a tu hija, por mi… No, no puedo… —Me levanté dejándolo ahí, pero él fue rápido como para tomarme de la mano y detenerme—. Marc, no lo hagas más difícil, más de lo que ya lo es…

 

—Elettra, no entiendes, yo soy capaz de irme a Roma, aprender el idioma, no me importa si tengo que vivir debajo de un puente, pero quiero estar cerca de mi hijo y de ti, no me importa —Acunó mi rostro con sus manos, yo había comenzado a llorar, no podía creer las cosas que me estaba diciendo, parecía ser un sueño que solo había estado en mi cabeza, pero había escuchado a alguien decirme eso—. Me siento como un tonto, no debí dejarte ir, tenía miedo a mis sentimientos, pensé que no nos iría bien, pensé que era muy mayor para ti, pensé muchas cosas Elettra… Perdóname…

 

—Marc —Susurré cerrando mis ojos, había soltado un par de lágrimas y mi mente estaba divagando entre la idea de irme, ser firme en mi decisión e irme lejos, o simplemente aceptar que él quería hacer el esfuerzo por estar conmigo—. ¿Dejarías tu vida? ¿Estás seguro de lo que quieres hacer?




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