Lo veía directamente a los ojos infernales, dichos ojos despedían una luz tan roja como dos carbones hirviendo, era como si estaba siendo poseído por una fuerza demoniaca, Mike estático, sudaba sin parar al ver con su cara pálida la anterior monstruosidad, su corazón palpitante y lleno de miedo no lo dejaba pensar, no sabía si gritar, correr, o seguir viendo los dos ojos fulgurantes del espantapájaros, el cual fue vestido con las ropas que dejó un recién difunto de la familia, el cual siempre se sospechó que era practicante del ocultismo, Mike quien desde lejos a altas horas de la noche había visto unas luces rojas, mientras los perros amedrentados corrían ladrando por toda la granja, tomó su linterna y entró en el maizal, en ese momento descubrió que los ojos del espantapájaros despedían una luz cada vez más roja y calurosa, el joven Mike cuando comprendió que estaba ante un encuentro paranormal, sintió que su cabeza crecía demasiado, tuvo fuertes mareos y se desmayó minutos después.
Al pasar los minutos Mike despertó, se asustó al ver humo y mucha gente corriendo con unos baldes, su mamá lo abrazó al ver que había despertado, ella le dijo que lo rescató cuando el maizal justo comenzaba a incendiarse.