Ha pasado exactamente un mes de aquella reveladora cena, donde cometí uno de los más grande errores a lo largo de mi vida y justo ahora lo tenía frente a mis ojos, escaneandome con su helada mirada.
—Te ves... —Comenzó a decir Darian pero antes lo interrumpí.
—Hermosa —termine por él con una sonrisa. Sabia que me diría eso, todos los días me lo recuerda, cada noche que hablamos por celular me recuerda a treves de la línea y cada vez que tiene un ataque de celos me lo gritaba.
Estoy saliendo con Darían desde hace ub mes, somos una especie de novios. Esa noche en aquel restaurante tome la decicion más egoísta de todas, decidí dejar de pensar en lo que sentirían los demás y lo mucho que le llegara a afectar esto a Darian asegurandome de estar con él aunque no lo quisusera ni un poco.
Lo de Darían no era amor, no lo amaba, mi corazón era exclusivo para alguien que se negaba a aceptarlo, sin embargo Darian tenia esa forma de quererme, ese brillo en sus ojos, me sentía querida por primera vez, querida de verdad, jamas había visto una mirada tan tierna. Vi como el hielo de sus ojos se convirtieron en refrescante olas de mar, me sentía querida y no deseada, él no me a utilizado en este tiempo como los demás suelen hacerlo él me ha querido, me ha llenado de cariños y se sentía tan bien sentirse de ese modo, aunque no podia regresarle el mismo amor y cariño que él me brindaba, ni siquiera podria regalarles palabras tiernas como él lo hace conmigo, en este caso yo me sentia la idiota que solo lo buscaba para utilizarso y luego dejarlo. Dejando de lado la culpa claro, Darian no me merecía, no compartía el mismo amor y adoración, era tan estúpido todo aquello que a veces quisiera soltar todo que tengo acumulado en la garganta y cada ves es peor.
Tal vez si pase más tiempo yo pueda amarlo de la misma forma que él lo hace, sin duda no podía negar que él seria el hombre perfecto para mi, solo tendria que aprender a quererlo.
—Iba a decir espléndida, pero ya entiendes —Se acerco más a mi cortando cualquiera distancia unido nuestro labios en un casto beso, en el que él sentia todo y yo no sentia nada.
Sus labios eran dulce olía a ese fresco perfume que suele emanar de su piel, profundizó más el beso unidiendonos en una batallas de lenguas la cual fue interrumpida por un carraspeo de parte de Devon. Mi hermana venia junto a él con un hermoso vestido color verde que resaltaba a la perfección sus ojos.
Las cosas entre ella y Devon al fin volvieron a la normalidad después de días de llanto y desesperación de parte de mi hermana, me sentía muy mal por ella en aquel tiempo, hasta que Devon llego borracho a la casa tirándoselas de romeo en lo que fracaso monumentalmente, claro a Diana le pareció algo dulce y romántico así que volvió con él cargando el peso de la culpa, a querido decirle todo lo que paso, sin embargo yo he estado ahí para evitarlo es mejor dejar las cosas como están, actuar como si nada ha pasado, claro no es fácil decirlo y actuarlo pero creo que la he convencido y que ella podra lograrlo.
Ella y Devon son perfectos juntos y por un solo error no le veo la lógica de acabar algo tan real.
—Mamá y papá vienen y no creo que le agrade ver la lengua de Darían en tu boca.
Apenas pronunció aquello una sonrisa de satisfacción cruzo sus labios, eso era venganza por toda las veces que le he hecho pasar vergüenza con su novio. Cree que puede hacerme pasar vergüenza, por favor ella debe saber que eso no pasará tan fácil. Tantos año de auto humillación ya ne habian hecho inmune.
—Pues gracias hermana a la próxima busco un lugar más privado para poder estar con la lengua de mi novio en mi boca más cómoda —espete sin quitar la sonrisa de mi rostro, habian triunfado una ves mas y ella lo sabia.
Había ganado era obvio de eso. Ella quería protestar pero sus palabra quedaron atrapadas, al ver a nuestros padres bajar por las escalera riendo y tomados de la manos como si de unos adolescente se tratara, se veian hasta mas enamorado que Darian y yo, aunque pensandolo bien cualquiera se veia mas enamorado que nosotros.
Amaba a mis padres y adoraba su relación, a pesar de todos los obstáculos ellos se aman incondicionalmente. Se les nota en la mirada.
Mamá llevaba un vestido color rojo escarlata que llega hasta el suelo y por lo que puede notar el vestido va a juego con la corbata de mi padre también del mismo color.
—Chicas se ven hermosas —Pronuncio mi madre al pie de las escalares escaneandonos de arriba abajo.
—Tú también mamá —elogio ganandome una sonrisa de su parte.
—Mis chicas son preciosas —siguió mi padre rodeando la cintura de sus esposa.
Sonreí complacida y le agradecí.
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Editado: 03.02.2022