Ambas nos quedamos cerca de la mesa, esperando a que Skandar y Jason terminen de darse indicaciones. Los dos decidieron salir un rato de la cocina, lo más probable es que no quieren que los escuchemos.
—Si no vuelvo a aparecer Nataly — suelta Claire de repente, viendo hacía el vacío —, quiero que llames a mis padres y les digas que los amo.
—Estás exagerando...
—No lo hago — me dice paranoica —, nos vamos a separar y no sé si te vuelva a ver.
—Apuesto a que ustedes saldrán antes que nosotros — está vez no intento contradecirla —, en todo caso yo debería ser la más asustada.
—Deberíamos escapar... — me dice convencida —, sí, yo pediría ayuda y entonces podríamos ir por... no ese par de psicópatas nos encontrarían en menos de lo que pensamos.
—Al contrario, son capaces de dejarnos ir y entonces nos toparíamos con peores psicópatas.
—¿Acaso estás sugiriendo que estamos mejor con ellos? — pregunta con los ojos muy abiertos.
—Es obvio Claire, Vissoni te ayudo hace rato — le recuerdo.
—¡Claro que no! — exclamó ofendida —, Sanderson tú no sabes lo horrible que fue eso.
—¿Qué fue lo que pasó? — con el ritmo de la conversación había olvidado por completo preguntarle sobre la evacuación.
—Estaba poniendo mis cosas en orden, cuando de la nada el ruido de un explosivo sonó sobre mi cabeza — empieza a relatar sin dejar de ver la puerta —. Deje todo como estaba con la intención de buscarte, pero un grupo de hombres vestidos de negro y enmascarados entraron a toda velocidad por los pasillos.
—¿Qué? — Lo que me dice me deja sorprendida. — ¿Ellos te dijeron algo?
—Por suerte no, me ignoraron. Además, estaba entrando en pánico, apenas y pude caminar después de eso — agrega con la voz temblorosa —. Pero eso no se comparó con el terror que sentí cuando se fueron. Salí al pasillo a buscarte y de repente las luces se tornaron rojas, a excepción de mi puerta, todas las demás estaban cerradas. ¡Eso jamás había sucedido!
—¿Qué fue lo que te hizo huir?
—Estaba por buscar a Evi, imagínate mi susto cuando empecé a escuchar pasos y que luego un tipo me grité, Ey que haces aquí — engrosa la voz para imitar a Jason —. Hice lo que cualquier persona haría, correr por mi patética vida.
—¿Así terminaste desmayada? — Necesito contrastar su historia con la de Jason.
—Por supuesto que lo hice, el chico empujó la puerta cuál loco y al reconocerlo mi corazón se detuvo. Tenía al mejor amigo del desalmado a pocos centímetros de mí. ¿Cómo querías que reaccionara?
El sonido de unas llaves nos alerta. Ambas nos acercamos y esperamos que los chicos entren.
—Señoritas ha llegado el momento de partir — dice Jason de primero —. Espero que seas veloz, porque vamos a tener que correr — vuelve a hablar, esta vez mirando a Claire. Noto que mi amiga le quiere responder, pero por alguna razón no dice nada, lo único que hace es apretar mi brazo con su mano.
—Dijeron que era seguro — digo yo, en su lugar —, si la situación va a ser así, pienso que deberíamos llamar a la policía.
—No es recomendable — me responde Skandar.
—La policía no es recomendable — repito intentando entender sus palabras.
—Por la exposición — me aclara paciente —, cuando está la policía también están las cámaras. Si no quieres que se enteren de que te metiste aquí o que te metieron — voltea por un segundo hacia Claire —, vas a tener que conformarte.
Bien, el idiota tiene razón, pero no pienso decírselo.
—¿Ya estás lista? — Pregunta inclinando un poco la cabeza —, porque no tenemos tiempo para otra ronda de preguntas.
—Ya estoy lista — le digo fingiendo una sonrisa.
¿Qué si fue difícil sacarme a Claire de encima? Decir que si, se queda corto. La chica se quedó prendada a mi brazo que temí por perderlo. Jason le tuvo que explicar con lujo de detalle el camino y ni así la vi segura. Se tuvo que conformar con eso, aunque estoy segura de que no ha parado de rezar el padre nuestro.
Los cuatro salimos juntos, pero nos separamos en un cruce, ellos siguieron en línea recta. Tengo que abrir bien los ojos para ubicarme mejor porque la linterna de Skandar no es de mucha ayuda.
—¿En dónde vamos a salir? — Pregunto rompiendo el hielo.
—A unas calles de la escuela — responde viendo hacia el frente.
—¿Correremos peligro? — Vuelo a preguntar, necesito estar segura de que estamos a salvo —, no quiero tener que lidiar con esos delincuentes.
—No lo creo Sanderson — responde de nuevo cortante.
—¿Y nos encontraremos con ellos? — Sigo insistente a pesar de sus cortas respuestas —, porque no me gustaría saber de su paradero, Claire se encuentra...
—¿De casualidad hay algún momento en el que pares de hacer preguntas? — Me interrumpe —, a veces pienso que hablas dormida.
Me quedo en silencio pensando qué responder. Aunque no creo que esté buscando una respuesta, me dejó claro lo que piensa con su sarcástica pregunta.
—Eres un poco paranoica — esta vez él retoma la conversación —, tienes muchas ideas en la cabeza, deberías tomarte un descanso.
No sé si lo dice como consejo o una orden, en todo caso no pretendo responder. Si quiere silencio de mi parte, eso tendrá.
Lo oigo suspirar.
—Ahora no quieres hablar, que conveniente — cuando lo veo, noto que está intentando ocultar una sonrisa.
¿Qué te divierte tanto? Idiota.
—Espero que no estés molesta, porque te tengo una buena noticia. — Me dice después de un rato, ambos cruzamos hacia un graderío —, por fin vamos a subir.
Una parte de mí se inquieta al verlo tan complacido. Pero no es su inusual humor el que me alerta tanto como sus acciones. Me está cediendo el paso...
¿Cuál es la necesidad que yo sea la primera? De repente recuerdo sus intenciones, lo que me dijo en la cocina.
—¿Nataly qué te sucede? — Me pregunta Skandar cruzado de brazos.
Empiezo a negar, intento decirle que no me sucede nada, pero las palabras no salen.