Mirada Cruel

Capítulo 66

3 DÍAS PARA LA ASAMBLEA

La tarjeta dorada que tiene mi hermano en sus manos se roba mi curiosidad en cuanto entró a la sala. Sin pensarlo se la arrebató antes de darse cuenta de que estoy aquí.

—¡Oye! — lo escuchó alegar, pero ya tengo las manos alzadas para que no la pueda atrapar —. Nataly, dame eso.

—Déjame leerlo — le pido antes que intente subirse a mi espalda y atraparlo. Empiezo a leer en voz alta —. Estás totalmente invitado al concurso de talentos este miércoles, lleva tu mejor actitud, te esperamos. En cuanto terminó de leer mi hermano me arrebata la tarjeta de nuevo —. ¿Y desde cuándo te interesas por el arte? — le pregunto mientras se vuelve a sentar en el sofá.

—No lo estoy, ahí donde lo ves esa invitación no es más que un intento de manipulación — me dice sonando decepcionado.

—Manipulación — repito entrecerrando los ojos —. ¿Joseph de qué estás hablando?

—Es un concurso obligatorio, se supone que tenemos que presentarnos en esa tontería del sábado — me dice refiriéndose a la asamblea —, para mostrarnos participativos con la comunidad.

—Oh, pero que bonito — le digo intentando animarlo, me siento a su lado —. ¿Qué vas a hacer? Podrías bailar o cantar — le propongo, pero recibo solo malas caras como respuesta.

—No y jamás — me dice —, pasaré con mis amigos a hacer un show de luces — me dice subiendo su tono.

—Show de luces...

—Sí, será majestuoso — me dice más feliz —, solo necesitamos un poco de gasolina y un...

—Espera ahí jovencito — lo paro en seco —. ¿Eso no es peligroso?

—No lo es — me aclara con rapidez.

Acerco mi cara un poco, aun sin creerle.

—¡Te lo juro! — me promete juntando las manos —, lo hemos practicado, y hemos hecho muchas pruebas, te va a fascinar — me dice desesperado —, te lo dedicaré todo a ti.

—Bueno, en ese caso — sonrió de lado —, quizás lo considere.

—Sí y aún no has visto nada — empieza antes de darse cuenta de que una niña con moños rosa entra alegre —, te cuento más tarde, ya nos vinieron a invadir.

Kalia lo mira molesta.

—Solo vengo a darle alegría a este lugar — responde ofendida, luego me sonríe —. Hola Naty, ¿cómo estás?

—De maravilla — le respondo echando un vistazo —. ¿A dónde vas tan guapa? Que no deberías estar uniformada.

—Hoy tenemos ensayo las It girls— me dice emocionada.

—¿It girls? — frunzo el ceño.

—Sí, de idiotas temperamentales — comenta mi hermano por lo bajo. En respuesta le doy un golpe en el brazo.

— No seas grosero — le recrimino.

—No te preocupes Nat, ya está en su naturaleza neandertal — me dice fingiendo que no le molesto —, con mis amigas haremos una excelente coreografía, en cambio Joseph encenderá unas tontas luces que van a incendiar el lugar y todo se vaya a la mier...

—¡Kalia ese vocabulario! — le digo indignada —. ¿Desde cuándo dices esas palabras?

—Es que tu hermano me enoja — se excusó avergonzada, eso hasta que escucha la risa de Joseph y su rostro se transforma —, no te rías pedazo de tonto.

—Y tú no me metas en tus problemas, yo no tengo nada que ver en esto — le respondió Joseph de la misma manera, aunque no está tan exaltado como Kalia.

—Tú te entrometes solo para molestarme, eso no es justo.

—¿Sabes lo que no es justo? Tu horrible voz, debería ser ilegal escucharte.

Y así comienza otra vez el show de siempre. Los gritos insoportables. Me quedo viéndolos por lo que parece una eternidad hasta que recuerdo algo que sucedió hace poco.

—¡Ya basta! — grito demandante, para darle más intensidad me pongo de pie —. Acaso ustedes dos no tenían una penitencia. ¿Qué no recuerdan el castigo de Alfonso?

Ambos me miran asustados. Bien, esta vez sí tengo su atención.

—Ahora que lo pienso han roto ese trato muchas veces — me cruzo de brazos —, y no han pagado por eso. ¿Alguno de los dos me explicará la razón?

Silencio.

Claro, ambos se muestran avergonzados y lo hubiera dejado pasar. De no ser por esa mirada fugaz que comparten. Esa que no solo es inusual, sino que representa algo más.

—Estoy comenzando a pensar mal — digo viéndolos —, hablen o tendré que hacerme ideas.

Otra vez silencio.

—Bien, empezaré hacerme esas ideas — les digo en consecuencia —, o ambos buscan lugares privados para pelear o están convenciendo a los empleados de permanecer callados. ¿Estoy en lo correcto?

Silencio, otra vez.

—Con que no quieren cooperar — les digo caminando a la salida —, será mejor que le pregunte a Marina, tendrá muchas cosas que explicarme...

—No Nataly — me grita Kalia al instante, haciendo que mi hermano ponga los ojos en blanco.

—No acabas de delatar, felicidades — le dice mi hermano irónico.

—Qué más da, ya nos había descubierto — le respondió la chica de la misma manera.

Para evitar problemas me pongo entre ambos.

—Estoy muy decepcionada de ambos — los reprendo, Joseph cierra los ojos por un momento —, voy a querer al menos una explicación.

— No hay hermanita, solo odiamos las flexiones.

—Por favor, no crean que soy idiota... — pongo las manos en mis caderas.

—Nataly ese vocabulario — me reclama Kalia con las manos en los labios.

—Ay por favor pequeña, tengo más derecho que tú, soy mayor.

Joseph bufa.

—Por míseros cuatro años — se entromete mi hermano.

—Si, por míseros cuatro años tengo autoridad — me acerco a jalarle una oreja —, así que más te vale que te comportes o hablaré con Alfonso...

—¡Por favor no! — sueltan ambos a la vez desesperados.

—¿Qué es lo que quieres saber? — me preguntó una cabizbaja Kalia.

—Nada, solo que se disculpen el uno con el otro y que, si no se van a tratar de forma fraternal, al menos que se ignoren lo suficiente para no faltarse el respeto.

Ambos vuelven a compartir una mirada y suspiran, Joseph es el primero en disculparse.

Bien, por fin algo me sale bien.




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