¿Has estado aburrido?
Si la respuesta es no, déjame decirte que la suerte está de tu lado. Seguramente eres tan productivo que tu vida estará llena de éxitos, cumplirás tus sueños, te casarás el día de los enamorados y tendrás una escultura de hielo con forma de cisne, te verás bien como velita en el pastel de bodas, aunque a la mayoría de esas velas deberían encerrarlas bajo llave. En pocas palabras: no sufrirás lo que el resto de las personas.
Como la vida no es perfecta, a menos que seas Bill Gates y puedas comprar medio planeta, tengo una teoría: todos nacimos estrellados.
El aburrimiento es la primera señal, debería prestar atención en lugar de contar los pájaros colgados en el cableado. El profesor de matemáticas da un discurso apasionado, mi vista cae en un chicle masticado pegado bajo la paleta de un pupitre, hago una mueca de asco que se borra en segundos al identificar quién está ocupando ese asiento.
¡Qué casualidad!
Observo al chico sentado en la parte delantera del salón, yo soy más de los lugares de en medio, no me gusta que los maestros estanquen sus ojos de águila en mí y me hagan preguntas. Analizo su perfil recto, me pregunto si sus padres lo hicieron con una regla, al verlo solo puedo pensar: ¡benditos genes los del muchacho!
Es alto y está en forma, su cabello negro y sus ojos marrones son perfectos, tiene lunares regados en el rostro que hacen que parezca una deliciosa galleta con chispas de chocolate.
¡Ya sé hacia dónde se dirigen tus pensamientos! Y no, no es un cliché, él es un cúmulo de contradicciones. Usa lentes gruesos como los de un típico nerd, pero llega en motocicleta todas las mañanas. Es inteligente y hace la tarea, no obstante, se codea con los populares del instituto y va a las fiestas más geniales. No es mujeriego, sin embargo, ha tenido unas cuantas citas.
Suspiro con pesadez, no entiendo por qué no me mira, no es como si fuera horrible, sé que tengo lo mío. Nunca lo hace. ¿Tan ciego está que no se da cuenta de que me paso mirándolo la mitad de la clase? Quizá sus lentes necesitan aumento.
Solo hemos hablado una vez: iba caminando tranquilamente por el pasillo cuando ¡boom!, tropezamos. Cof, cof… Juro que no fue intencional. Le dije que tuviera cuidado, me lo agradeció. Por supuesto que nos shipeé toda la semana, ¡viva Shatalie!
Nunca volvió a pasar, pff.
Trazo una línea vertical que divide la hoja por la mitad. En el lado izquierdo escribo la palabra pros y en el otro lado, contras. El sujeto por analizar es llamado Shawn, jodidamente lindo y platónico, Price.
Pros:
1. Es atractivo, podría lamerlo como a un caramelo.
2. Lo obligaría a que hiciera mis tareas de matemáticas.
3. Puede que también haga otras tareas, incluso se puede convertir en mi esclavo.
4. Pasearíamos en su motocicleta.
5. Es amigable y carismático, así que no tendría que preocuparme por iniciar la conversación.
6. Sus ojos son tan bonitos que se me acelera el corazón.
Contras:
1. No tiene idea de que me gusta.
2. Sigue a Hannah Carson a todas partes (como perrito faldero).