Anteriormente...
El autobús avanzó y desde la ventana un camión de bomberos pasó rápidamente con la cirena de emergencia puesta.
—¿Tan rápido?—. Jack mirando por la ventana trasera logra ver una nube de humo negro saliendo hacia arriba en la dirección de su casa.
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Por cierto, me llamo Helie—. Ella se acerca para poder cubrirlo con su paraguas— te estás mojando mucho—.
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—¿Cómo va ella?—. Preguntó un hombre tapado por la escuridad de la habitación.
—Logró convencerlo de que la siga—. Respondió otro hombre posicionándose frente a él.
—Sigue vigilandolos por ahora, luego tendrás un trabajo que hacer—. El hombre se da la vuelta saliendo por una puerta hacia un pasillo.
Mientras tanto en otro lugar, Jack y Helie habían llegado a su destino.
—Esta es... Mi chozita—. Rió un poco al decir eso abriendo la puerta de una cafetería.
—¿Vives en una cafetería?—. Preguntó Jack viendo por dentro que en efecto, era una cafetería.
—Se podría decir que sí—. Sonriente entra saludando a una mujer que estaba atendiendo y a un hombre que también atendía. Esos dos daban el mismo aire que Helie para Jack, peligro.
—¿Te quedarás ahí todo el día?—. Pregunto la chica viendo atentamente a Jack que no se movía de la puerta.
Este solo guardó silencio y entró viendo también varios clientes [¿una fachada?].
—Ellos son Matías y Claurel—. Habló una vez más Helie viéndolo con una sonrisa.
—Un gusto... Soy Jack—. El se limitó a responder de forma sencilla.
Helie le dio una palmada en la espalda algo fuerte— estás muy tenso, te dije que no haría nada, no deberías desconfiar de una chica que ofrece su ayuda—. Ella lo dijo mientras hacía un puchero y fruncía el ceño levemente.
—No hagas eso—. Dijo el un poco molesto por el golpe [su mano... Me dio fuerte para tener manos pequeñas y... Lindas... Creo] Jack se quedó mirandola de arriba hacia abajo con cara seria.
—¿Qué tanto miras?—. Cuestionó la mujer detrás de la barra con una sonrisa, que daba miedo.
—Nada... —. El apartó la mirada y sudó frío [¿donde me metí...?].
—Bueno, bueno, acompáñame—. Helie lo tomó de la camisa y se lo llevó por otra puerta que estaba a un lado de la barra.
Jack no tenía más alternativa, cualquier opción que tomase lo llevaría a algo peligroso, pero era mejor esto que andar solo y ser perseguido por la policía y algo más. Detrás de la puerta había un pasillo con cuatro puertas más.
—Estás son las habitaciones—. Dijo Helie caminando hasta el fondo y señalando una puerta— esta es para ti—.
—Oye... ¿Ustedes quiénes son?—. Preguntó Jack viéndola a los ojos, y ella simplemente sonrío.
—No puedo decirte eso, pero ya te dije, confía—.
—No puedo confiar en personas que no conozco de nada—. Respondió el frunciendo levemente el ceño.
—Si quisiera hacerte algo, ya lo habría hecho, solo piénsalo... Estás solo aquí con una asesina profesional... —. Helie cambio su sonrisa a una algo atemotizante y cambiar su mirada a una fría y amenazante.
Jack retrocedió un paso y colocó sus manos en sus bolsillos apunto de sacar algo.
—Pero no quiero hacerte nada malo—. Cambió la atmósfera volviendo a sonreír viéndolo entretenida.
[entiendo porque mis instintos me mantenían alerta...] pasó saliva— supongo... Que tienes un punto, pudiste matarme antes varias veces—.
—Exacto, como te dije en el autobús, estoy para protegerte—. Recalcó girando la perilla abriendo la puerta.
—¿Protegerme de qué? Se cuidarme solo—. Jack se tranquilizó y aclaró viendo como ella entraba— ¿no era esta mi habitación?—. La siguió dentro.
—Lo es, pero también es la mía, ven para explicarte algo—. Se sentó en una cama pequeña en medio de la habitación.
—¿Tuya? Pero eso...—. Jack se sienta un una silla de un pequeño escritorio que había.
—Lo importante es que hay personas, que están contra nosotros—. Se quita las zapatillas y sube a la cama sentándose con las piernas cruzadas— ellos también son asesinos, buscan algo de nosotros, nos intentan dar caza—.
Jack se sorprendió por eso pensando si creerlo o no— ¿que buscan?—. Preguntó curioso de saber de que se trata.
—Ni siquiera yo lo sé, solo el jefe sabe de eso, para no arriesgarse a que uno de nosotros lo delate—. Ella se quedó viendo a la puerta con la mirada perdida en sus pensamientos.
—Me cuesta creerlo—. Mencionó Jack mordiendo la uña de su pulgar viéndola, notando que pensaba mucho— ¿estás bien?—.
Ella lo miró y lentamente volvió a sonreír como lo hacía— parece que si tienes un lindo corazón ¿eh?—. Levanto levemente una ceja.
Por alguna razón se irritó al oír ese comentario— cállate, no es eso—. Se levantó de la silla mirandola— ¿qué haremos ahora?—.
—Descansar—. Se río dejando caer su cuerpo hacia atrás, acostandose.
—¿Es en serio?—. Jack se pareció irritarse más y va hasta donde ella— si esos tipos de verdad nos persiguen debemos ir a un lugar menos concurrido—. Menciona viéndola ahí acostada.
—Eso es muy obvio, una fachada es mejor, además son las... Tres de la tarde, dudo que hayas comido en todo este rato—. Cerrando los ojos le aclaró y el chico pelinegro se tocó la panza, era cierto, tenía hambre.
El no dijo nada y se quedó pensando [no tengo nada de experiencia... Y muero de hambre, odio cuando esta chica tiene razón] se le queda viendo con ojos entrecerrados.
—¿Ves? Tengo razón, vamos a comer algo—. Ella abrió los ojos y se levantó, le quitó la mochila y la puso a un lado otra vez llevándolo de la camisa, lo que hacía molestar a Jack, pero tampoco podía hacerle algo o se arrepentiría.
—Me molestas...—. Dijo el caminando a regañadientes.
—En el fondo te agrado mucho, lo sé—. Se río y lo llevó a la cocina de la cafetería que estaba al otro lado.
Editado: 03.08.2020