¡mírame, Jhen!

Capítulo 15

Me dejo pasar y pude ver el desorden de todo el lugar. No dije nada al respecto.

-Siéntate.

Lo hice y jugué con mis manos hasta que ella se sentó en frente mío.

-¿Qué quieres exactamente Jhen?

-Quiero devolverle su vida a Annabelle.

-¿Qué?-entrecerró los ojos-¿Estas segura? ¿Sabes las consecuencias que pasaras cuando hagas eso?

-No...

-Jhen un alma que ha poseído un cuerpo solo tiene dos salidas. Una a seguir penando con las cadenas de los pecados y la otra...

-¿Puedo morir?-pregunte sin miedo.

-Tu alma puede dejar de existir para siempre.

A la mente se me vino el pensamiento de Damien y como actuaria con eso. No podría vivir si algo me pasara, sin embargo yo no podría hacerlo si Annabelle perdiera lo poco que le quedaba.

-Lo haré, solo dime que tengo que hacer.

 

***

 

5 de Julio del 2018

 

-Trato hecho-murmuré dándole la mano a Pséftis.

Por su sonrisa ella no sabía nada y ese era el plan. Soltó mi mano y la mire lo más inexpresiva posible.

-Te veré en ocho días en la laguna.

-Estaré ahí.

-Sin ningún juego Jhen, de lo contrario deambularas otras vidas más con el riesgo de morir de nuevo. No lo olvides, solo yo puedo darte vida. Eres mi creación.

Asentí y ella se alejó con una sonrisa.

La primera parte estaba hecha.

-Engaña a Pséftis y hazle creer que la ayudaremos-había dicho la abuela.  

-Pero ella sabrá que la estoy engañando. Además al hacer el pacto no puedo romperlo.

-Si hay una manera. Cuando hagas el trato, estrecha su mano y di: Trato hecho. Esas palabras tienen doble sentido. Pueden significar que el trato ya ha expirado y eso puedes aplicarlo. Así que por nada del mundo digas: Tenemos un trato, si no estarás condenando tu vida.

-Bien.

-Segunda parte: Engaña a Damien y hazle creer que ese día tienes una sorpresa para él. Lo encerraras en la casa de madera que esta junto a la laguna.

-Y por último trae el espejo.

Cuando tenía en mente que hacer. Solo pude caminar en la laguna y soltar lágrimas.

-Lo siento Damien-dije a la nada-Lo siento tanto.

Y no solo me disculpaba por el pasado, si no por lo que iba a hacer.

Si antes lo había condenado a muerte, esta sería la segunda vez.

 

 

 




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