Mis 5 Chicos (m5c #1)

Parte 13

—Hazlo

— No

— Haz lo que tienes que hacer, pero Joder solo Hazlo

—¿ Por qué? ¿Por qué tengo que hacerlo? 

— Porque sencillamente, es lo que quieres..

 

****

 

¿Ya lo puedo decir? Bueno, crisis, nerviosos, caos, miedos, verdades, mentiras. Todo todo, es lo que siento ahora. 

 

«Sabras de mí pequeña Madison» Louis, Louis Parker, es él es uno de los secuestradores de esa noche. ¿Cómo pude haber confiado en él? ¿Cómo? ¿Cómo no pude haber  visto que era uno de ellos?

 

Tienes recuerdos nublados de esa noche...

 

Si, si los tengo, pero yo, jamás olvido una cara, es imposible que no lo haya reconocido. Quizás por los pasa montañas, pero ni sus ojos. 

 

Debo decir que no debí confiar en él, dejarlo ir a casa, ¿Que me besará? Y.. ¿Todo lo de la disco que fue? ¿Mentira? 

 

Estoy justo ahora, en la sala de espera de la oficina del que será mi nuevo psicólogo, estoy nerviosa, si que lo estoy, contar mis cosas no es algo que me guste, así sea para alguien que me va a "ayudar". No me gusta, es mi código.

 

Nunca digas demás, nunca confíes en nadie. 

 

Pero claro eso ya lo rompí con mi antiguo terapeuta, y ahora con éste.

 

Juego con mis dedos, mientras espero mi turno. Estoy sola, otra vez, como todas las veces a las que vengo a este tipo de cosas. No es algo que me moleste, pero bueno, son cosas a las que me gustaría que mis padres me acompañaran ¿no?. Pero en fin, nunca es así, tal vez por eso. Todo soy yo, todo me sale mal. 

 

—Lester— dice una señorita detrás del mostrador, mientras arregla sus lentes de pasta

 

Alzo mi mano para que me noté, y en su rostro, se forma una cara extraña que no logro decifrar.

 

¿Shock? ¿Deja vu?. Aunque, ahora que la veo bien, le reconozco de un sitio...

 

Salimos de nuestra conversación con miradas y dice carraspeando su garganta —: Es su turno — dice

 

Me levantó de la silla, con un miedo profundo, y un nudo en la garganta.

 

Tocó la puerta escuchó un "Pase" y entro. 

 

Miro todo a mi alrededor, cortinas grises, cuadros neutros, un sillón negro, una super biblioteca (es lo único que me gusta). 

 

—Buenas Tardes — digo observando la silla que está al revés hacia la ventana, dicho esto la silla gira y quedó frente a frente con quién será mi nuevo Psicólogo.

 

Shock, nerviosos, el nudo en la garganta se hizo más y más grande en mi, no me sale nada que decir. Siento ¿Nostalgia? ¿Miedo? ¿Pena?.

 

De todas las personas que creí poder ver aquí, está es la última. Cabe resaltar, que todo me sale al revés. 

 

¿Querés saber quién es? Mi abuelo Nico. 

 

Ese viejo con cabellera blanca, ojos medio grises como papá, altura media. Mirada profunda y penetrante, como la que puso justo frente a mí. 

 

—¿Abuelo? —dije. Salió más en balbuceo que pregunta.

 

—¿Samantha? — completo él. Con su cara ceñuda de la duda, ¿Es que nadie sabía que él era mi terapeuta? ¿Nadie pregunto? ¿O que?

 

—¿Que haces aquí?— pregunto

 

—Trabajo— respondió — ¿Tu eres mi nueva paciente? — indagó — ¿Tú eres Abigail Lester? 

 

Si, soy yo, me registre con mi segundo nombre y apellido, o sea el de mamá. Así nadie sabría que soy yo, la hija de Mike Madison, pero bueno, solo con ver mi cara me reconocen.

 

Ahora recuerdo de dónde es la chica de afuera, es la asistente del abuelo. Nicole, ella siempre fue buena conmigo, ella tuvo un amorío con Will, pero Will cuál perro, la engañó. ¿Clásico no? Pues si.

 

—Si..— dije en tono bajo en pena.

 

—No debes hacer eso —recalco molesto— ¿Dónde están tus padres?

 

—No están — dije con simpleza— No vinieron, otra vez —agregue. Su ceño se frunció, en un tono que sabía que esto le molestaba.

 

Todos sabían que yo no estaba bien, pero pareciera que los únicos que no lo entienden son mis padres... 

 

Bueno, también influye el hecho, que ellos creen que son pesadillas, pero es más que eso, el insomnio, náuseas y los medicamentos. Son cosas que ellos, ni nadie saben.

 

—Esto es increíble —dice mientras se levanta de su silla y se acerca a mi. Coloca ambas manos en mi rostro— Sea, lo que sea que suceda. Aquí estoy y siempre lo estaré. ¿Lo sabes no? 

 

Solo asentí, pareciera que, más le importo a mi abuelo, que a los demás

 

—Ahora bien, ¿Por qué estás en busca de un terapeuta? ¿Estás bien?— pregunto y yo solo negué con la cabeza, las palabras perdieron la función en mí — Ven 

 

Dijo tomando mi mano, saliendo de su oficina, nos detuvimos frente el escritorio de Nicole. Ella me vió y sonrió, pero no con alegría, sino como con pena

 

—Nicole, quita todas mis citas de hoy— empezó y yo solo lo miré con rareza — Hoy tengo una cita con mi paciente

 

—Abuelo no, no es necesario —le detuve soltandome de su agarre 

 

—Si, si lo es—dijo me miró a mí, y luego a Nicole—. Por favor

 

—Claro señor— dijo con su voz dulce Nicole —. Hola Madie—se dirigió a mi esta vez, de esa forma que solo la familia sabe. 

 

—Hola Nil— dije sonriendo— ¿Cómo estás?— indague como toda educada que soy

 

—Bien, ¿Y tú?— pregunto y luego ví, que se arrepintió de ello

 

—Tranquila—le aseguré— Estoy bien

 

—Si bueno, eso lo sabré ahora— interrumpió abuelo— Vamos.

 

***

 

Estamos en la cafetería del centro comercial del consultorio donde trabaja abuelo. Llegamos hace como cinco minutos, yo solo miro todo a mi alrededor, y él solo me ve, como si tratará de decifrarme. No quiero hablar, no quiero explicar, no quiero nada.



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En el texto hay: realidad, suspence, romance +18

Editado: 04.06.2021

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