Mis 5 Chicos (m5c #1)

Parte 21

Esa confesión me tomó por sorpresa. No lo esperaba. ¿Ahora sí estaba siendo sincero conmigo? 

 

Me separé un poco de él, en estado de shock. 

 

— ¿Qué? — pregunté, al cabo de unos segundos.

 

— Si te oculte algo.  —suspiró. — El día del secuestro, ellos no escaparon. Uno murió, le disparé. 

 

¿Qué? Estoy no podía ser cierto. 

 

Mi papá, un asesino. 

 

Hasta decir la frase no quedaba bien. 

 

No puedo creerlo y tampoco lo haré. Él es una gran persona, no la haría daño a nadie.

 

Si, pero intento pegarte. 

 

Pero no lo hizo. 

 

¿Ahora lo defiendes tú?

 

Cierto. ¿Ahora lo defendía yo? 

 

¿Por qué? 

 

Después de todo, esto también podría resultar un mentira más. ¿verdad?

 

—¿Es otra mentira? —dudé, pero no estaba enojada. 

 

Era como si, una parte de mí esperara con ansias que él dijera. Si, es otra mentira. Realmente lo esperaba, lo necesitaba. 

 

Pero no recibí esa respuesta.

 

—No lo es. — siseó demasiado bajo. 

 

Mierda. Era cierto.

 

—Pero, ¿Cómo? —  solté. —¿Qué sucedió?

 

Suspiró y se alejó un poco de mí. Y tomar esa distancia fue algo que agradecí. 

 

Mentalmente, se había creado un círculo una guía o algo que me decía. Aléjate. No te acerques. Ten distancia.

 

Porque, realmente, la persona que tenía al frente ya no lo podía ver cómo mi padre. 

Ya no lo vería de esa forma, no por mucho tiempo más. Realmente, está era una parte que no conocía de él. 

 

Y realmente, me asustaba. Y mucho.

 

— Uno de ellos, el de rulos. Grito con frenesí. ¿Qué haces? Ve por ella. Y como el otro reaccionó, él trato de salir pero lo impedi. Forcejeamos y mi arma de disparó. — pausó. —No era algo que esperaba o sentía con ganas de hacer. 

 

El chico de rulos.

 

Louis. O quien decía ser. 

 

El otro se opuso. 

 

Theo. 

 

Dudé, si realmente él no quería hacerme daño. Pero, ¿Me ha había secuestrado no? Si me hizo daño. 

 

Y luego, la pelea con Louis momentos antes a qué mi padre llegará. No había tomado el tiempo suficiente para pensar con claridad lo que pasó esos días. 

 

Mi Cumpleaños fue un fiasco. Un perdida de tiempo y dinero. Mi madre había depositado muchas esperanzas, para que, yo disfrutará de ese día. 

Y no fue así. Mi ambición, mi necesidad y terquedad por saber que sucedía con Ray me llevo a eso. 

 

Si yo no hubiese salido al balcón, nada hubiese pasado. Theo no me hubiese secuestrado. 

Pero no, yo tenía que ser terca. Y ahora que sabía, que le pasa a Ray, no sé que hacer. 

 

Trataría de que todo fuese normalmente, como había venido siendo siempre. Pero, no lo sé. 

 

¿Y si él no quiere? Y si, ¿De la nada me empieza a tratar indiferente? Yo no sé controlar este tipo de situaciones, no podría. Me desvaneceria ahí, a sus pies. 

 

¿Por qué me importaba tanto este tema? 

 

Me cuestioné muchas veces si, aunque fuese la más mínima. Si yo sentía algo hace Ray. Pero no podía pensar, o pisar más allá de los parámetros de que él era mi amigo. Y así lo seguiré viendo siempre así.

 

Luego, la beneficencia, más allá de que haya sido "Un éxito" y que pudiéramos recolectar lo suficiente y ayudar a Brillo de Luz. Para mí, no fue algo que me gustase recordar. De hecho, quisiera bloquearlo de mi mente.

 

Mi vida es un caos, ¿La de todos será así? ¿O solo la mía? ¿El TLP tendría la culpa? Tal vez, y yo soy la que de crea estás películas. 

 

—¿Todos lo..saben? — pregunté. no podía creer esto. 

 

Negó con la cabeza cabizbajo. —: Ellos salieron tras de tí, y yo me quedé solo con ellos. Paso y entre en pánico, admito que no fue algo maduro huir. Porque yo no quise hacerlo, pero huí y me arrepiento. 

 

Realmente, se le veía afligido. ¿Cómo pudo ocultarlo por semanas?.

 

— Si realmente todo fue como me estás diciendo. No fue tú culpa. Y aunque, sé escuché mal esto. Nadie puede enterarse de lo sucedido. — tomé sus manos y lo miré.  — Aunque odie con mucho frenesí las mentiras, te guardaré el secreto. Confía en mí. 

 

Me miró dubativo unos instantes y asintió. Le dejé en claro que todo estaría bien. Y que subiría a ver el estado de mi madre. 

 

En cuanto estuve planta arriba. Voté todo el aire que mis pulmones pudieron retener. Me mentalice, que, mientras nadie supiera de lo sucedido. Todo estaría bien. Todos lo estaríamos. 

 

O eso creía creer yo..

 

Me acerqué a la habitación de mi madre. Toqué y un débil pero, ágil pasé entro en mis oídos me adentre. 

 

Mire toda la habitación, ya no tenía ese aire de paz y amor. Ahora era como si, esto fuese el cuarto al que nadie entra por miedo a que fuese a salir. 

 

La mire, estaba débil pero aún así, mantenía esa sonrisa. ¿Cómo podía pasarle esto a ella?

 

Más importante aún. ¿Por qué no lo notamos antes? 

 

Cerré la puerta tras de mí y me acerqué a la cama, sin incomodarla demasiado me coloque a su lado. 

 

La mire durante unos segundos sin saber que decir o hacer. Verla de esa forma dolía, y mucho. 

 

No sé porque las enfermedades tienen qué llegar a joderle la vida a todos. 

 

A ella, una mujer fuerte, valiente y vanidosa. Alguien que a pesar de las adversidades nunca quita su sonrisa. 

 

Cómo ahora.

 

— Hola. — me saludó y una nube inesperada de tos, la invadió. 

 

— Hola. — sonreí y tomé su mano.  — ¿Cómo estás? — pregunté, no por formalidades. Si no porque quería contarle las cosas. 



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En el texto hay: realidad, suspence, romance +18

Editado: 04.06.2021

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