8 DE MARZO

Pst, pst. ¡Sí, te hablo a ti! A esa mujer que tuvo una infancia feliz; a la que sufrió abandono, maltrato o abuso sexual; a la que trabaja en el campo, en el hogar, en la maquiladora o en la panadería; a la profesionista que luce impecable aún en esos días; a la estudiante; a la que se desvive por sus hijos y a la que tuvo que dejarlos; a la que disfruta a su manera; a la que intentó quitarse la vida; a la que sangra pero no muere; a la que abandonó sus sueños; a la que aún no encuentra su habilidad; a la que decidió no ser madre; a la que tiene orgasmos y a la que no; a la fitness y a la gordita; a la que comete error tras error; a la que ríe a carcajadas; a la malhablada; a la soñadora; a la que sonríe aunque esté triste; a la que ha tenido que soportar tocamientos, silbidos y palabras vulgares dentro o fuera de su casa; a la perezosa; a las desaparecidas; a la dependiente emocional; a la que está sanando; a la tóxica; a la que aprendió a ser feliz; a la que se cae y se levanta; a las que lucharon para que hoy sea libre; a la que empina el codo; a la rápida y furiosa que iba al volante y saqué la lengua cuando me enseñó el dedo; a mis hijas; a mi abuela, tías y primas; a mis preciosas amigas y a todas las que faltan... Las abrazo con el alma.

Adriloch