Todo lo empiezo a ver distorsionado cuando detallo a profundidad el cuadro que esta ante mis ojos, un paisaje floral, al atardecer, y en medio de ello las siluetas de dos niñas corriendo por el campo.
Vamos, tú sabes lo que significa Reine.
No, no sé qué significa, no sé qué demonios significa esto. En definitiva, ya debo de estar perdiendo la razón…
¡Mierda!
Que me está pasando, Dios.
Mi cabeza me da vueltas, y como si la cosa empeorara empiezo tener varias imagines que me dejan aún más aturdida.
- ¡Es mi hija!
-No pensaste cuando hiciste eso, es mi hijo, él que está en juego. ¡Tú nieta!
-Eso, no es nada mío.
-Eso, como tú dices, es un bebe, por sus venas correrá mi sangre, sobre todo tuya, aunque te cueste aceptarlo, el parentesco jamás se ira.
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-No te puedes ir, ¡son tus hijas!
-Estarán mejor sin mí, lo sé.
-Como puedes decir eso, ellas jamás estarán mejor sin su madre.
-No insistas, por favor.
-Mami no te vayas por favor, me portare bien, ¡Lo prometo! -Lloraba una pequeña que salió corriendo.
-Cuida a las gemelas-Beso las cabezas de unas bebas en el cochecito- Cuídala a ella cuando nazca, no dejes que se cumpla.
-Luna…
Tenía los ojos apretados viendo todo con más claridad, siento como una ola de energía crece en mi interior revolviéndome el estómago.
-Respira, calma cariño, ya paso.
No puedo abrirlos, me niego hacerlo.
- ¿Qué es esto? -Dije tocando mi pecho, donde mi corazón latía rápido, tanto que dolía.
La cabeza me seguía dando vueltas, pero abro despacio mis parados al sentir picazón en ellos.
Mire alrededor, todos con la vista puesta en mí, me veían con preocupación, sin decir nada, solo observándome con cautela.
El sonido de un teléfono hizo que la desviaran. Cosa que agradezco. El cuadro que fue el causante de todo se encuentra en el piso, con unos adornos hecho añicos.
Yo hice esto, no estoy loca, es la primera vez que sucede esto y no estoy sola, la primera vez que alguien más presencia unos de estos ataques.
-Mierda…-La voz de Clare, con la vista en su celular nos hace verla, ella no es de las que maldice así porque sí.
-Hermana-Una voz que no he escuchado en mucho tiempo, hace que la pelirroja como arte de magia desaparezca.
Me quede en blanco al ver eso, un rubio castaño apareció de la nada rodeando por lo hombros a la castaña- ¿Qué paso?
-Aa-ron-Tartamudeo sin quitar la vista de su celular.
-Deja ver que tienes ahí-Hablo Zarah estirando su mano, el celular salió flotando de sus manos hasta llegar a las de ellas como si nada.
-Joder…-Su reacción fue igual.
Sin saber porque las palabras de Arael vinieron a mi mente.
Quiero salir de aquí, necesito aire.
-Esto es mucho para ella- Alcance a escuchar a Zarah con determinación- No esta lista.
Sentí el peso de sus miradas, el de todos- Zarah, eso no lo decides tú.
No sé quién fue la que hablo, de repente todo lo empecé a ver de cabezas, las voces las escucha lejos, y un hincón desgarrador en el cráneo me hizo llevarme las manos a la cabeza para apaciguar el dolor que causaba.
-Y no te refuto eso Andrea, pero su seguridad, eso sí lo decido yo-Esa voz, ¿De quién era?
El dolor incremento haciendo que mis cuerdas vocales liberaran un grito adolorido.
- ¡Ni se te ocurra!
- ¡Ayuda! ¡Por favor! -Pedía sin poder controlarlo.
-Es por su bien, no esta lista.
- ¡Clare! Ayúdame en esto…
-Tiene razón… No esta lista y nunca lo estará.
Un olor dulzón fue percibido por mis fosas nasales mientras me reventaba la cabeza. Las vueltas fueron constantes, no sé qué pudo ocurrir después, pero si percibí algo.
La oscuridad.
(…)
-Hea, cariño despierta-sentí como zarandean mi brazo.
- ¿Mmm? -abri mis ojos de a poco aturdida. Un dolor medio punzante llego a mi cabeza de inmediato cuando intente moverme. Parpadee para que mis ojos se acostumbren a la poca luz que había en la habitación, visualice a las personas sentadas junto a mí y eso solo intensifico el dolor.