Lo sé, ayer no he escrito nada...¡rompí mí récord de constancia! Que mal...pero bueno, ya me parecía que estaba durando demasiado.
En fin, hasta ahora he estado escribiendo fragmentos de mi vida, y cuanto más pasan los días he estado viajando en recuerdos y en situaciones vividas e incluso he tenido varios déjà vu. No sé si te acuerdas, pero hace no mucho he comentado acerca de una terrible pesadilla...la cual pensé que era por Andrés, pero parece que es más profundo, además, ni siquiera me visitó Andrés, no todavia.
Bueno, en fin, últimamente me he estado despertando (desde la primera vez que lo soñé) con la misma pesadilla que te mencioné, ya es cansador, no he estado durmiendo bien, pero, esa no es la peor parte, porque también he estado recordando demasiadas cosas. Cada vez me duele más la cabeza, es parecido a un dolor agudo. Siento que todos los recuerdos que permanecieron borrosos e incluso aquellos que ni sabia de su existencia, se estan volviendo de a poco cada vez más lúcidos. Mi cabeza parece hacerse añicos con cada recuerdo que recobro, y al igual que mi mente, mis sentimientos se caen a pedazos.
Es como si hubiera derribado el primer dominó de toda una estructura conectada, siento que con cada palabra, con todas estas letras que estoy escribiendo, se estuvieran cayendo, incluso ahora lo están haciendo. Una a una, lentamente las cerraduras y prohibiciones que yo misma me he impuesto se están derribando, todo ante mí.
Pareciera que en realidad no conocia mi propia vida, me siento una completa extraña cada vez que me miro al espejo...ahora que estoy sabiendo la verdad...no, yo siempre la supe, simplemente no lo queria ver.
Mirando atrás, todo lo que he escrito pareciera un prólogo. Incluso puedo notar lo mucho que me costó escribir y describir cada situación, es como si lo hubiera redactado apropósito de un forma muy desordenada.
Pero todo es cierto, lo que escribí hasta ahora era lo que originalmente recordaba, en el momento que terminaba de escribir, era hasta donde mi memoria me permitía. Simplemente, me parecía demasiado borroso o incluso censurado, algo como la figura de mí tío yacido en el suelo, con los ojos abiertos y sin ninguna respiración, su expresión facial parecía haberse petrificado, no se movía nada. Tampoco podía recordar el olor que irradiaba la orina y la defecación lo cual indicaba que él ya había fallecido. O incluso el sonido de las sirenas y la ambulancia que parecian estar cada vez más cerca, resonaban como un fondo, mientras mí padre no paraba de llorar y gritar al teléfono. También el hecho de que, cuando establecieron su hora de fallecimiento, mi padre fue a buscar a mi madre y a mi hermano al departamanto en el cual ella vivía, y ese fue el momento que me quedé sola en la casa. En aquel instante, lo único que mi yo pasado pudo hacer, fue observarlo desde la terraza, el cuerpo muerto de mí tío, tapado con una sábana blanca.