Misma sangre

Capítulo 13: Sábado

Hoy tenía que ser como esos días tan bonitos, cuando tu familia te despierta cantándote una bella canción y no puedes contener las lágrimas de la emoción y después encontrarte con todos tus amigos felicitándote por la etapa que representa este cambio de edad. Ser mayor de edad no es fácil, implica muchas responsabilidades, pero también genera cierta independencia.

Mariam jamás imagino que su cumpleaños estaría bañado en sangre. Claro que no esperaba una fiesta, o algo realmente llamativo, para ella ese día, significaba libertad. Y sabía que para Marial también, eran casi libres.

O, mejor dicho, hace días que eran libres. Pero hoy no sería como esperaba, su madre apenas había dormido algunas pocas horas. Y Marial escuetamente les informó todo lo que había realizado en su salida con los oficiales.

Si algo había rondado su cabeza, era que el velorio se haría hoy. El cadáver en cualquier momento llegaría.

Lentamente, se levantó de la cama. A pesar de todo, había dormido muy poco y continuaba luciendo fatal. No esperaba esto para hoy. Empero, tampoco había nada que pudiera hacer.

Revisó el celular que tenía, y encontró algunos mensajes de felicitaciones de algunos amigos del colegio, y por supuesto, un mensaje de Sam. Optó por no leer ni responder ninguno. Salió de su habitación y se encontró con Marial, bastante arreglada, luciendo un bonito vestido crema, maquillada de forma espectacular, con el cabello bastante bien peinado y con un perfume bastante agradable.

─ ¡Feliz cumpleaños hermanita! ─ Marial se acercó a paso acelerado y le dio un fuerte abrazo. Mariam se sintió un poquito mejor.

─ Gracias, hermana. No esperaba esta situación, pero agradezco que estes aquí conmigo.

─ Es algo que hemos esperado con mucha ilusión. Somos libres, podemos irnos ahora mismo.

─ ¿Irnos? ─ Mariam, no entendía nada.

─ Sí, no tenemos nada que hacer aquí. Vámonos. Se que lo que hemos ahorrado no es mucho, pero puede servirnos para algo. Yo puedo trabajar, mientras terminas el colegio. Y después vemos que hacemos…ya verás que todo saldrá bien.

─ Marial…no podemos irnos…ese hombre ya no esta aquí. No es necesario marcharnos. Además, mamá no creo que quiera abandonar la casa…

─ Mariam, solo tu y yo. Juntas. Vámonos. Vámonos ahora mismo.

─ No Marial, no pienso dejar sola a mamá. Lo que dices es completamente inhumano, no entiendo tu recurrente rechazo hacia ella. Mamá siempre nos ha protegido de la mejor forma que ha podido. No es justo la actitud que tienes con ella.

─ ¿Justo? ¡Justo! ¡No tienes idea de a quién defiendes con tanto ahínco! ¡Esa mujer no es mi madre! ¡Nunca lo será! ─ Gritó Marial desesperada, sus ojos se llenaron de lágrimas y parecía romperse de dolor…

─ Marial, hermana, por favor, no te alteres, y tampoco digas todo eso de mamá…

─ ¡No! Por supuesto que no. Me ha hecho tanto daño…no imaginas cuanto la odio.

─ ¡Marial basta! ¡Estas actuando horrible! ¡Te desconozco! ─ Mariam corrió hasta el baño y prefirió encerrarse ahí hasta que todo terminara. ¿Por qué su hermana decía todo eso justo hoy? ¿Por qué?

[***]

A pesar de todo, ambas hermanas habían hecho las pases. E incluso Marial había sugerido celebrar el cumpleaños con una pequeña salida. Antes de que llegase el cuerpo. Aún era muy temprano, casi las siete de la mañana, convencer a su madre había sido muy complicado, pero había aceptado. Las tres lo necesitaban.

La funeraria les había indicado que se acercarían a las diez de la mañana. Aprovecharían para comer fuera antes de regresar. Cuando se aproximaron a la puerta, Marial les señaló un bonito auto estacionado, aunque ella no tenía licencia, se había comprometido a manejar, irían a una zona con mínima presencia policial así que no había problemas, porque Marial aún no tenía licencia.

En cuanto al auto, este había sido alquilado, solo por hoy, así que podían aprovecharlo. Mariam quería protestar, pero finalmente desistió, su hermana parecía estar esforzándose para redimirse por todo lo que había dicho.

Mariam y su madre vestían de negro por completo, mientras Marial continuaba con su bonito vestido crema. Algo que en un principio molestó a su madre, quien esperaba que sus hijas vistieran de negro totalmente.

Ambas se acomodaron en los asientes de atrás. Y antes de Marial subiera, ella les mencionó que había olvidado algo importante en casa y debía regresar.

Mariam se acurrucó junto a su madre. Ambas esperaban por Marial, escuchando una suave melodía que ella había encendido. En cierto momento Mariam fue consciente del sonido insistente de su celular y de cómo sus párpados se cerraban lentamente. El cansancio definitivamente estaba haciendo mella en ella. Y se quedó profundamente dormida.

[***]

Sentir todo tu cuerpo amordazado, es sin duda, algo demasiado horrible. Ese tipo de pesadillas, a veces son tan reales que pueden estremecer todo tu cuerpo y aterrorizar tu mente hasta embotarla y encerrarte en un círculo de terror.

Mariam despertó asustada por el sueño tan realista que estaba teniendo. Sin embargo, sentir esa extraña tela sobre sus ojos paralizaron su corazón. Un cosquilleó recurrió por toda su columna.



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En el texto hay: asesinatos, familia, venganza

Editado: 17.06.2022

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