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5
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Ian no entró a la clase. Cecil marcó en su lista un asteristo que le indicaba una falta. Miro al grupo de jóvenes distribuidos en el aula. Los asientos de enfrente estaban vacíos y en la parte trasera del salón todos se refugiaban para no ser vistos a la perfección. Cecil sabía las estrategias de los adolescentes después de todo hace un tiempo fue una.
—Bien, antes de comenzar me presentaré —tomó un marcador para pizarra color verde y comenzó a escribir con una perfecta caligrafía cursiva su nombre.
<<Cecil Stone>>
—Seré su maestra durante lo que resta del año y espero logremos que todos entren a una buena universidad. Me gustaría que se presentaran.
— ¿Acaso estamos en preescolar?
Murmuró una chica de cabellos cortos y ojos almendrados. —Puedes comenzar tú.
La chica rodó los ojos y se puso de pie cuando Cecil le hizo la señal. —Soy Lesly Chacón.
No dijo nada más y se sentó de mala gana. Cecil no dijo nada y señaló al siguiente alumno. Así uno por uno dijo su nombre, alguno comento su edad y otras cosas que eran totalmente agenas a lo que Cecil quería saber.
Era un grupo pequeño pero peculiar. —Bien después de habernos presentado espero que me den la oportunidad de tratarlos y hagamos más amenas las clases, por el incidente de hoy quiero un ensayo de dos cuartillas sobre el libro ¿Quién se ha llevado mi queso? de Spencer J. Para mañana.
— ¿Quiere que leamos un libro en menos de un día?
Se quejó un chico que igualmente portaba una chaqueta como la de Ian. —Este libro debieron leerlo hace dos semanas con su otro profesor, sino lo hicieron no es mi problema.
Siguieron las quejas y protestas por parte de todos. Pero Cecil quería imponerse y no dejar que ese grupo de malcriados le faltará al respeto.
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6
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La jornada escolar término. Todos salieron como estampida de los salones y los maestros respiraron aliviados, Cecil recibió un par de visitas y consejos por parte de sus colegas para sobrellevar a los chicos.
Estaba agradecida por eso. Tomó sus cosas y salió en busca de su camioneta. Al llegar a ella miro con horror que alguien había hecho de las suyas.
Tenía basura encima y escrito "Miss Cecil apesta"
Miró hacia todos lados pero no había nadie "sospechoso" sólo algunos chismosos que miraban incrédulos la fechoría y otros se reían. Abrió la camioneta y metió sus cosas. Dio un portado y comenzó a quitar la basura.
Los recuerdos de su adolescencia golpeaban su mente. Parecía que la historia se repetía consecutivamente y que la sombra de esos días siempre estaría ligada a ella.
—Eres una mujigata cuatro ojos.
La chica lloraba mientras los demás la veían dentro del contenedor de basura. Sucia y humillada. La abeja reina seguida por sus lameculos molestaban a todos, pero la nerd de la clase era la víctima favorita.
—Apestas.
Cecil dio un brinco cuando sintió una mano en su hombro. Patrick le sonrió cálidamente y la ayudo con la basura —No te sientas única, a mí ya me han ponchado las llantas del auto.
Cecil rió. —Creo que ha sido Ian.
—Yo también, ese crío sólo sabe joder y gastar el dinero de su padre.
—Me odia. Lo he visto en su mirada hoy que lo enfrenté.
—Cecil los maestros nos enfermos al constante odio estudiantil. Ian odia a todo el que no se somete a sus caprichos de niño mimado, no veo la hora en que se largue a la universidad.
—Debe ser cómo es por alguna razón.
Patrick negó y apuntó a Cecil con la cáscara de una plátano —Cecil no busques justificar a un mimado como él, es un jodelon sólo porque le gusta, no hay trasfondo en esto.
Cecil no dijo nada más, pero ella era de las que aún creían que las personas actúan por un "algo" que todo tiene una razón de ser y que Ian Malone era como era porque algo en su vida le estaba afectando, así como a los demás chicos de su grupo.