Capitulo 10: un poco de paz.

"¿Ves cosas que en realidad no están allí, o hay cosas que no podemos ver y ahí están?"

Líue - suffer with me
 

Kybel

Mi cuerpo reside sentado en aquella cama. La charla con James y Danne era bastante inusual, pero me distrajo de mis problemas y lo mucho que me disgustaba la situación.

—Típico de capricornio. —dijo Danne, entre risas.

Entonces todo empezó a volverse preocupante. Miré de reojo al marco de la puerta y juro que vi un cuerpo pasando a toda velocidad. No pude distinguir quien era, solo vi aquella sombra pasando y mi corazón estremeciéndose del miedo.

—¿Vi-Vi-eron e-so? —pregunté tartamudeando. Giré mi cabeza a mi lado y vi a Danne atónita y temblorosa, mientras James permanecía con el ceño fruncido.

El ambiente se volvió tenso, mi piel se erizo y sentí mi realidad deformándose poco a poco.

—Rápido, —dijo James sosteniéndome de los hombros con fuerza, y halándome al suelo—. Hay que esconderse debajo de la cama.

Trague en seco. Desde el frío suelo siendo sostenida por los brazos de James podía visualizar el rostro de Danne. Ella permanecía inmóvil como si no estuviera escuchando. A mí me invadió la sensación de que nada era real y que yo era otra persona que aún no tenía el valor para etiquetarla según mis sospechas.

—Danne, escóndete. —le susurré.

Permanecía en el suelo sin moverme. Él se arrastró debajo de la cama con rapidez, pero de forma sigilosa. Los latidos de mi corazón se aceleraban. Desde ahí empecé a escuchar los pasos de unas botas en aquel piso acercándose cada vez más a la puerta. No sé en qué momento una humedad se hizo presente en mis mejillas y nublaron mi visión. James me tomó de las manos y trató de halarme debajo de la cama y después empecé a seguirle. Me arrastre por el piso debajo de aquella cama. Tropecé con algunos zapatos y sabanas regadas en el suelo. Podía escuchar a Danne hiperventilando en la cama sin poder moverse o hacer nada.

—Danne, ven por favor. —le susurré. Desde debajo de aquella cama saque mi mano y la hale por los tobillos, pero ella permanecía sin moverse.

Su cuerpo se volvió frío al tacto, como si estuviera...

—Ya me vio. —dijo en un susurro casi imperceptible.

Mi respiración se aceleró tanto que solo sé que James apretó sus manos contra mi boca con fuerza para evitar que nos escucharan. Sus manos dolían, hicieron bastante presión casi ahogándome para evitar que yo dijera algo y nos vieran allí. Los pasos se hicieron más veloces, más estridentes y más cercanos. Escuché un arma siendo cargada al otro lado de la habitación. Luego, los quejidos y gritos ahogados de alguna persona fuera de la habitación. ¿Quién es?

—Kybel, cuídate. —fue lo último que me dijo Danne antes de ponerse de pie y salir corriendo de la habitación.

Danne

Vi por el rabillo del ojo una sombra moverse. No pude moverme debido a la impresión. Kybel me insistió para que me escondiera, pero no pude hacerlo. Empecé a hiperventilarme y no pude detenerme, solo incremento y podía escuchar mi respiración tan alta que retumbaba en las paredes de mis oídos. Van a encontrarme si no me calmo. Escuché gritos ensordecedores y desesperados por auxilio. Desde ahí vi a mi hermano. No, no, no, Day no. Day estaba siendo ahorcada con las propias manos de la figura desconocida. Me levanté de aquella cama de inmediato al verlo en esa situación.

—Kybel, cuídate. —dije antes de ponerme de pie y salir corriendo.

Mis pasos se apresuraron por el marco de la pared. Visualice a Day siendo arrojado por una silueta masculina con un traje negro ceñido al cuerpo. Ese hijo de perra parecía adicto al gimnasio, su musculatura me hipnotizó y te juro que la pensé. Estás muerta. Pero Day era mi talón de Aquiles, mi único hermano o pariente de sangre, así que me encontré a mí misma golpeándole la espalda de manera inútil a aquel hombre.

—Bonita —se voltea y me susurra al oído. Mi corazón se aceleró y mi respiración, sus palabras me asquearon y me recordaron a aquella persona que me atacó cuando Amy murió. El, otra vez.

El tipo agarró con más fuerza a Day del cuello y volvió a voltearse, tan seguro, como si yo no fuese capaz de defenderme. Su espalda se arqueo y siguió siendo arrasada contra la pared, su poloche fue arrastrado contra la pared y empezó a rasgarse. Escuchaba sus quejas y sus lágrimas palpitar en mis oídos. Los quejidos de Day incrementan cada vez más. Se hizo raspones, abolladuras y heridas en toda su espalda. Sintió todo el ardor y dolor que le provocaba. El intentaba patalear mientras el aire no llegaba a sus pulmones. Le golpeó la cara pero fue en vano. Entonces, le pateó el trasero —literalmente— a aquel tipejo. Se volteó y sosteniendo a Day del cuello, y lo tiró al piso. Day empezó a rodar con todo su cuerpo magullado y adolorido. Me fijé en las cicatrices del rostro de mi hermano y las lágrimas.

Mi cuerpo intentó seguirlo y evitar aquel golpe que resonó por toda la habitación. Day se había golpeado la cabeza fuertemente por el impacto. La sangre empezó a correr por el piso, pero él aún estaba vivo.

—Mocoso, te voy a sacar de aquí. —le grité. Aquel hombre me sostuvo de la cintura y me elevo, me encontré pataleando sin éxito y mi cabeza siendo golpeada por la culata de una pistola.

Perdí la conciencia.

DAY

Permanecí tirado en el piso adolorido y ensangrentado por los golpes. Danne fue golpeada con la culata de una pistola por una nueva figura femenina con traje de negro ceñido al cuerpo. Se quedó ahí tirada a pocos centímetros de aquel hombre. Ella se había lastimado el cuerpo tras la caída.

La nueva figura femenina sostenía una pistola la cual me apuntó directo a la frente.

—Miss enigma está a la espera de esto—dijo aquella chica con una voz desconocida.

Aquel hombre permanecía sin moverse hasta que levantó con suavidad aquella máscara de calavera. Solo permitió ver una sonrisa maquiavélica, fría y con hoyuelos en su patético rostro. Yo sostenía mi cabeza ensangrentada. El ardor y el dolor era inexplicable, apenas podía moverme. Mi sangre estaba impregnada en la pared y en la cerámica.