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—Helena— la llamo Derick en apenas un susurro. Helena se separo rápidamente de mí, la vergüenza es palpable en su rostro, sus mejillas están teñidas de un color carmesí.
—¿Qué pasa pequeño?—le pregunto.
—Tuve una pesadilla.—se arrogó los ojos con los puños.
Se puso de pie y lo tomo en brazos. —¿Quieres contarme de que se trato?— le pregunto y se sentó en el sofá enfrente de mi, y coloco al pequeño sobre su regazo.
—Había... Un monstruo bajo mi cama—dijo Derick aún adormilado.
—Pero sabes que eso no es real. ¿Cierto?— asintió.
Helena se dedico hacerle mimos a su hermanito para que volviera a dormir.
La escena es tan tierna que olvide por completo que ella lleva el torso semi desnudo.
Derick se removió en sus brazos y se acurrucó aun más. — Te quiero Helena.
—Yo más mi amor— deposito un beso en la coronilla de su cabeza.
La lluvia luego de horas se hacerse presente decidió que ya era suficiente. Ayude a Helena la cual ya se colocó de nuevo su suéter, a llevar a Derick hasta su cama. Lo deposite sobre su cama y salimos al pasillo. La rescote de la pared, dejándola sorprendida.
—Tienes algo que me encanta.
—Eso es bueno ¿No?
Demasiado.
—Si— me separe de ella, ya es hora de irme tengo muchos documentos que autorizar mañana.—Debo irme.
Helena asintió y fuimos hasta la entrada, mire la hora en mi reloj, las una de la madrugada. Si alguien me ve salir de aquí a esta hora, podría malinterpretar aunque no me importa, ella me trae loco en todos los sentidos y aunque no le hemos puesto un nombre a esto no quiero que las cosas vayan rápidas, me quiero tomar mi tiempo con ella para todo.
—Respeto a lo de hace rato...
La escuche decir, no es necesario decir nada sobre eso, ambos somos adultos y eso fue la prueba de que ella me desea tanto como yo.
—Somos adultos ¿no?
Bajo la mirada algo apenada, la tome del mentón para que me mirara, su mirada refleja vergüenza, decepción pero ¿Por qué?
No dije nada simplemente la abrace, me encanta el calor y olor que emana su cuerpo. Fresas y frambuesas.
Quise unir mis labios con los de ella pero corrió el rostro.
—¿Sucede algo?
—No— dirigió su mirada hacia otro lado— Bueno, si sucede algo, somos adultos, estoy consciente de ello pero lo que no sé es que nombre ponerle a esto, a lo que he empezado a sentir por ti, a las ganas que tengo de que me beses, de estar cerca de ti...
Maldición que tierna, ella solo quiere ponerle nombre a lo que siente, mientras yo quiero conocerla, poco a poco, sin que tengamos que preocuparnos por un nombre.
—¿Quieres que le pongamos un nombre a esto?- tome sus manos— Yo solo quiero conocerte.-agregué para darme cuenta que la había jodido. Sus rostro fue de decepción profunda
—Buenas noches, Charles.— me abrió la puerta.
—No mal entiendas las cosas.—Trate de explicar pero fui interrumpido por ella.
—Es tarde y mañana trabajo temprano.
Hice una mueca y me encamine fuera de la residencia hasta mi auto, me introduje en este y como es de costumbre en mi pise el freno para perderme en las largas calles de Birmingham.
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K.R
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Editado: 05.05.2021