Míster problemático

Capítulo 18

Allan dándome de mi propia medicina, eso jamás me lo esperé. Obvio, sabe que por eso no voy a revocar mi decisión. Me haría ver tonta e infantil, y no soy tan inmadura como si lo sigue siendo él; sin embargo, eso que puso en el acuerdo…

Cielos, no debo desgastarme pensando en ello, al fin de cuentas, es un juego para él, en el que solo quiere terminar enredándome.

―¿Estás segura, cariño de tu decisión? ―mamá pregunta por enésima vez desde que les comunicara mi decisión, y no deja de hacerlo.

Debe ser porque esta noche terminaremos con este circo nunca visto en la historia tradicional de nuestras familias.

―Ya te lo dije, querían que me decidiera por alguno de los dos y lo he hecho, ¿acaso estás inconforme con la decisión?

―No importa lo que piense, la decisión es tuya.

―¿Entonces cuál es el problema? Creí que me habías estado insinuando que pensara en Dennis, incluso en Alaska.

―Lo dije, lo sé, pero ahora no creo que sea una buena elección para ti.

―¿Prefieres que elija a Dariel?

―No he dicho eso.

―¿Y bien?

―Se trata de ti, cariño. Allan no tiene una buena reputación y me preocupa que eso pueda afectarte.

―Si lo dices por su prontuario como abogado de criminales supongo que solo exageran, además su cliente resultó inocente ―digo y de inmediato caigo en la cuenta de que lo estoy defendiendo.

Sacudo mi cabeza, conozco muy bien la raíz de la preocupación de mamá, y es que Alla en efecto ha estado actuando como abogado de gente relacionada con crímenes y mafia y a quienes ha librado de la cárcel, inclusive uno de sus clientes fue el hombre del club de moteros, y fue el caso que tuvo bastante repercusión en los medios que terminó dándolo a conocer como el sexi abogado. De eso hace tres años cuando se encontraba viviendo en Kansas.

¡Diantres!

―Tal vez, y solo espero que eso no te afecte.

―Mamá, Allan, hizo un trato con su padre, así que no volverá a mostrarse en esos tribunales. Después de nuestra boda, él formará parte del bufete de los Woods.

―Rezo por que sea así.

Mamá me hace poner los ojos en blanco. Tocan la puerta y es una de las empleadas para avisar que mi padre y mi hermano nos están esperando.

―Mejor vámonos, ya quiero acabar con esto ―digo tomando mi bolso, decido llevar el mismo que tenía esa noche que me cité para hacer los acuerdos con Allan.

Lo cierto es que esa es la razón por la que me enfrento a todo esto, y en medio de todo es como una salida si esto no funciona, por lo que mi madre se preocupa en vano. En cambio, con Dariel no creo que tuviera la misma oportunidad de escapar. Lo cierto es que incluso yo, tengo expectativas sobre como será mi convivencia con Allan, porque así nos pongamos reglas frente a los demás, todo debe parecer que nuestro matrimonio marcha a la perfección.

Papá ya nos espera en el auto, decidió no llevar chofer y conducir esta noche. Mamá sube a su lado y yo a la parte de atrás.

―Quiero que sepas que respetaremos tu decisión. Eres una chica inteligente y si te has inclinado por Allan es porque has decidido que es lo correcto.

―Papa…

Trato de intervenir, pero él levanta su mano para indicar que va a seguir hablando.

―Sin embargo, al menor error que cometa contigo, no dudaré en intervenir ―papá continúa y sé por qué lo dice.

En el pasado, Allan, se comportó como un idiota conmigo luego de que se anunciara mi compromiso con Albert.

―Vale, papá, le daré tu mensaje.

―No será necesario, se lo diré yo mismo. Y ahora prepárate porque Amadeus no estará muy contento con la decisión que has tomado.

«No lo dudo», digo para mis adentros.

Esta vez la reunión del compromiso se hará en el hotel Flawer Spring, el que administra Amadeus. Insistió en que fuera en sus terrenos y no dudo que sea porque cree que me inclinaré por ellos.

Al llegar al salón somos recibidos por Camelia, Amadeus y Dariel se encuentran teniendo una charla, por lo que ella se comporta como la anfitriona mientras aguardamos la llegada de Roland, Anabella y Allan.

Esta vez no asistirán mi hermana ni Arnie, porque lo harán cuando ya sea la cena donde Allan me coloque el anillo de compromiso que voy a mostrarle a mis amigas cuando les dé la noticia y empiece la cuenta regresiva para la boda.

Amadeus y Dariel aparecen un rato después qué cuando nos estamos tomando una copa y comiendo algunos aperitivos de lo que preparó Camelia para descrestarnos con parte del menú que brinda del hotel.

Quisiera que papá le diera la noticia a Amadeus ya, pero debemos esperar a que lleguen los demás invitados, algo que me exaspera un poco porque quiero que esto termine lo más pronto posible.

―Es extraño que Roland se demore, aunque no dudo que sea porque no puede controlar a su hijito rebelde ―comenta Amadeus.

Papá me mira de reojo y seguro para ver mi reacción a esas palabras. Tampoco lo dudo, y la verdad es que no quiero pensar que Allan nos jugará una broma.




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