La figura que emergió de las sombras era el propio hechicero malvado. Sonreía con malicia y sus ojos brillaban con energía oscura.
"¿Creen que pueden derrotarme con sus cristales y su amuleto de protección?" se burló. "Soy el dueño del bosque y nadie puede detenerme".
Los amigos se mantuvieron firmes, listos para enfrentar al hechicero. La persona más valiente dio un paso adelante y desafió al hechicero a un duelo de magia.
El hechicero aceptó y comenzó a lanzar hechizos oscuros. Pero los amigos se protegieron con el amuleto y contraatacaron con la energía de los cristales.
La batalla de magia fue intensa, con luces y sonidos que iluminaban el bosque. Pero al final, la energía de los cristales de la vida resultó ser demasiado poderosa para el hechicero.
Con un último hechizo, los amigos derrotaron al hechicero y liberaron el poder de la vida en el bosque. La naturaleza se regeneró y el bosque volvió a ser un lugar de paz y armonía.