–No a dicho nada desde que Alexander se fue ¿estara bien?–pregunto con preocupación mel.
–Como quieres que esté...algunas veces no entiendo a las mujeres de tu tiempo. Tu hermna debería habérselo contado a jak, no tenía que a verse complicado la vida de esta forma, ahora solo empeoraran las cosas.
Mel se hacerco a el sentándose encima de sus rodillas–Rolf... tengo miedo, temo que todo esto acabe lastimando a cami. que por una parte me siento culpable...si hubiera roto esa maldita agenda...–no pudo acabar por el dolor que sentía ,se sentía culpable por todo y se odiaba por ello.
Rolf la rodea por la cintura y apoya su cabeza en su pecho mientras su mano descansa encima de la suya–No vuelvas a decir algo así...tu no eres la culpable de nada, mírame–le ordenó haciendo que está levantara la mirada hacia el, este le acaricia la cara besándole las dos mejillas–Esa agenda a la que tanto odias fue gracias a ella que nos conocimos y es gracias a ella que estamos juntos. Se que estás triste por tu hermana, pero creo que todo esto terminara bien...tienes que dejar que el destino haga su función.
Mel asiente llorando dejándose abrazan por su marido, Rolf tenia razón. Ella no tenía que meterse en eso, tenia que dejar que su hermna resolviera todo por ella misma, tenia que confiar en ella.
*****
–¡Jamas me casare contigo!–exclamo tirándole un Jarrón a la cabeza.
Colín lo esquivo sonriendo mientras se hacercaba con cara amenazante–Tú... maldita ramera ¿crees que soy imbécil? Sabía que querías esos documentos–le dijo mientras la arrinconaba contra la puerta–déjame decirte que caíste en tu estúpida trampa, hoy te casaras conmigo y no se hable más, ponte el maldito vestido.
Colín se juro para irse y Camila golpeó la mesa negando con la cabeza–jamas seré tuya...
Colín giro la cabeza sonríendo con frialdad–Pues entonces lo gastas por las malas...tampoco es que me importe tu opinión.
Diciendo esto salió dejándola destrozada, esta callo al suelo llorando. No sabía por qué le pasaba eso solo a ella, ese maldito hombre desde el principio sabía lo que está planeaba y ella como tlnta no se dio cuenta, tenia que hacer algo antes de que este la obligará a casarse con el ¿pero el qué? Como saldría de ese túnel oscuro sin salida, en el que se había metido ella misma. Se tapo la cara con las manos y hizo lo único que podia hacer en ese momento, llorar.
Pasados unos minutos oyó los golpes en la puerta–¿Ya estas lista? El jefe te quiere abajo dentro de cinco minutos o si no lo haremos a nuestro modo–le explico el hombre desde el otro lado de la puerta.
–Dile que bajare en cinco minutos–le contesto sin emoción alguna.
Se miro en el espejo, se odiaba, por ser una débil y no poder acabar con todo eso. Llevaba el vestido de novia y se iba a casar con el hombre que odiaba ¿acaso existía un castigo peor que ese?. Camino hacia la puerta, pero al querer abrirla oyó unos golpes en la ventana y al girarse se encontró con Alexander entrando por la ventana.
–¡Álex! ¿que estas haciendo aquí?–le pregunto mientras le ayudaba a entrar.
Alexander sonrió con ternura y la atrajo hacia sus brazos–¿Creiste que te dejaría en manos de ese asesino? Te sacaré de aquí y nadi te hará daño.
Esa promesa no hizo más que llorar a Camila, lloraba por que el hombre al que ella amaba y del que esperaba que hiciera lo que estaba haciendo Álex, sin más la había dejado. Sabía que ella lo había dejado crecer todo ese teatro que hizo...pero...por Dios, el te ia que aver pensado un poco del por qué se había comportado así, pero en vez de tenerlo a el, tenía el apoyo de ese hombre. Lo quería tanto, el era su hermano y dio las gracias a Dios por averlo puesto en su camino.
–Gracias... gracias por no abandonarme.
No le dio tiempo a este de responder ya que los golpes de la puerta se volvieron persistentes. Alexander le hizo una señal para que se callara y saco su espada para estar preparado para luchar, oyeron la voz de Colín y por lo visto no estaba nada contento.
–¡Abre esta maldita puerta o la echaré a abajo!–les amenazó golpeando la puerta.
Camila miro a Alexander sin saber que hacer, estaban rodeados. Todo eso era por su culpa, seguro que saldrían a Alexander por ser más en número, pero no iba a dejar que eso pasara. Ella no podría vivir con ese sentimiento de culpa ¿que tenia que hacer?.
Alexander la suejta del brazo trayéndola a la realidad,le señalo la ventana con la cabeza y le dio un pequeño empujón hacia ella–Debes irte, yo los voy a distraer ¡vamos!.
Esta negó con la cabeza aferrándose a sus brazos, no podía dejarlo ahí solo. Quiso gritar con todas sus fuerzas y sacar todo ese peso de encima, Alexander no tenía ni gun deber de protegerla, lo miro fijamente sin saber que decir o no decir, Solo quería que todo eso acabara.
–¡Vete ya!–el grito de Alexander la asustó haciendo que esta saliera por la ventana y corriera.
Alexander se giró hacia Colín y su cómplice, sonrió levantando su espada en alto. Camila se paró en seco a mitad de camino ¿que estaba haciendo? Estaba escapando mientras Alexander estaba luchando solo con esos asesinos sin corazón. Dirigió su mirada hacia la casa y apretando los puños volvió por donde vino, no pensaba dejar a su hermano solo ante la muerte.
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Donald abrió la puerta de una patada y miro furiso hacia Jak, no pensaba dejar que ese joven arruinará su vida de esa forma tan estúpida. Se puso delante de él para dejar todo claro de una vez.
–Debes admitirlo ya
–¿Admitir el que?–su voz sono cansada y distante.
–Que te equivocaste, se como te sientes. Te estás culpando por todo y cada una de las cosas que le pasaron a esa mujer, te apoye en todo, en cada una de tus decisiones pero...–el hombre hizo una pausa sentándose a su lado–Pero esta vez no lo estoy, si es verdad lo que dice Alexander. Esa mujer es un ángel que Dios te puso en tu oscuro camino, debes estar agradecido, levántate y protege lo que es tuyo ¿o la dejaras ir?.