Montaña Rusa.

Capítulo Tres.

Capítulo Tres.

30 de junio, 2014.

Miró a Kelly repasar sus notas mientras que Caleb y Stanley juegan a las cartas. Jade no ha regresado desde hace unas cuentas horas y Cheryl consigo dormir algo.

No hemos hecho absolutamente nada.

Nada.

En todo el sentido de la palabra, nos han tenido aquí todo un turno sin hacer nada. Muy bueno, bravo.

Solo nos han dado cosas que muy bien pueden hacer los enfermeros, ¡Somos cirujanos!

— ¿Que hacen ahí? ¡Párense!

Apenas Emma, la encargada de los residentes, entra al sótano donde pasábamos la mayoría de nuestro tiempo; todos nos paramos como si tuviéramos un cohete en el culo.

— Stevens y O'Conner van a ir y darle de alta a los pacientes, por favor pongan una linda sonrisa en su rostro — exige viendo a Kelly y Stanley — Ryan tu vas a encargarte del paciente de la habitación 5  -B — Cheryl se corriendo entusiasmada  hacia las escaleras — Lewis vas atender urgencias y Wildon irás a ver a la paciente de la habitación 58-C.

Tras decir esas palabras la doctora Vieira se va como si nada.

— ¡Al fin algo de acción! — suspira Caleb — pensé que toda la vida nos quedaríamos en este sótano.

— vas a entender urgencias.

— ¡Pero es acción, Kelly!

Suelto un suspiro exagerado y me voy dejándolos solos con su absurda discusión.

Camino a paso rápido hacia secretaria para que me den el expediente de la chica o chico.
Admito que estoy nerviosa, es mi primer paciente como tal.

— expediente de la habitación 58-C, por favor — pido a Stella.

Paso mi vista por toda la sala y me encuentro con los ojos de Kendall Flynn fijos en mi, pareciera que Chelsea le dijera algo y el solo asiente mientras me sonríe de lado.

Le devuelvo la sonrisa y tomo el expediente que me estaban dando.

— Edmun Parker — murmuró viendo — parkinson en sus primeros síntomas. Genial, parkinson.

Camino con rapidez hacia la habitación y encuentro a un señor de cuarenta años moviéndose sin controlarlo.

— buenos días señor Parker — sonrió al entrar a la habitación — soy la doctora Phoebe Wildon, yo seré quién lleve a cabo sus exámenes.

— no quiero exámenes, lindura — declara viéndome serio — solo quiero irme a casa. Estoy bi-bien.

Veo a la chica de unos quince años a su lado, supongo que es su hija.

— podrán irse a casa después de llevar a cabo todo los análisis — dejo el expediente a un lado y empiezo a ver cómo está su respiración y latidos. — ¿Ha pensando en la neurocirugía señor Parker?

Veo como arruga su frente mintras me ve. Algo que dice que lo a pensado, pero que no la hará.

— si, el otro doctor...

— el doctor Flynn — le recuerda su hija sonriendo de manera boba.

— si ese, me dijo cómo se llevaba a cabo y los riesgos que ella tenía. No quiero que jueguen con mi cerebro mientras estoy despierto.  — a medida que hablaba su voz iba aumentado de tono.

— lo entiendo señor Parker, pero creo que debería reconsiderarlo; si se somete a esta cirugía usted podría poder controlar sus movimientos. Por favor piénsalo — salgo de la habitación y me dirijo a la cafetería.

Iría por un café y luego buscaría información con Kendall.

¿Que podría salir mal?

***

— mi paciente se tragó las cabezas de las muñecas de su hija — murmura Cheryl asqueada —  ¡Son muchas dios santo!

— por lo menos tu no tuviste que suturar la entrepierna de un hombre — declara Caleb — ¿Cómo demonios le cayó un cuchillo en casi todo su pene?

Suelto una risa ante la imagen de un hombre con un cuchillo clavado en su entrepierna.

— Veo que estamos jugando a ¿Quien tiene el peor día? — murmura Kelly —  una paciente no se quiere ir porque dice tener una enfermedad. Está todo en su cabeza, todo está bien en ella.

Siento que alguien me observa y me renuevo incómoda en la silla, no me gusta que la gente me mire, me hace sentir insegura.
Paso mi vista por toda la terraza de la cafetería buscando a ver quien observa.

Volteó mi cuello y me encuentro a siete pares de ojos viéndome fijamente. Para mí sorpresa ninguno de ellos aparta la mirada, solo alzan su mano en un saludo que yo les correspondo.

— en ¿Quién tuvo un gran dia? Gana Phoebe. — declara Stan mientras juega con su jugo.

— ¿Bromeas? — vuelvo mi vista a ellos mientras clavo de manera Furios el tenedor en mi pollo a la plancha. — tengo un paciente que no quiere cirugía y su hija me está presionando.
¡Ella tiene solo quince años!

— ¿Cómo te presiona?

— me ha estado acosando desde que entre a esa habitación, me dijo que en unos meses son sus dulces dieciséis. Quiere que su padre baile con ella, no la culpo ¿Si? — suspiro mientras veo cómo Hollie, la hija del señor Parker, me ve por las ventanas, todos llevan su vista ahí y ella rápidamente corre hacia otro lado.



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En el texto hay: doctores, romance, amor

Editado: 17.07.2018

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