Moonlight Dance (pausada)

4. El inicio de muchas otras cosas.

Me despertó el ruido de algo impactando contra el suelo.  No era una sola cosa, eran varias. Corrí lo más rápido que pude a ver qué pasaba, mientras más me acercaba al lugar donde provenía el ruido escuchaba gritos.

-¿Cómo se enteró que estamos acá?- Gritaba papá.

-¿Te pensas que yo si se? Idiota- Le grito mamá.

-¿Cómo me llamaste, Renata?- Dijo papá con furia en la voz.

-Idiota. Así te llame, Christofer. Esos sos, un idiota.- Le respondió mamá. No sabía que tenía ese carácter- Te pensas yo soy igual de idiota que vos como para decirle donde vivimos?-

-Lo único inteligente que hiciste es darme una hija, después no servís para más nada-

Tenía ganas de llorar. Nunca había escuchado a mis papás hablarse así. No sabía que se llevaban tan mal. Tenían discusiones, pero no a ese nivel. Seguí escuchando a ver que más decían, pero todo se tornó más extraño de lo normal.

-Tenemos que decirle- Mamá rompió el silencio.

-Jamás. No le diremos una sola palabra- respondió papá.

-No hablo de eso. Hablo de lo otro. Esta por ponerse la luna y ella lo descubrirá- Dijo mamá con un deje de preocupación en su voz.

-No le diremos nada. ¿Sos sorda?-

-¿vos sos idiota o te pagan?- El sonido de un cachetazo retumbo

-A mí no me hablas así. No le vas a decir nada. Me escuchaste-

Si mama respondió algo no lo escuché. Me encerré en mi cuarto a llorar, en silencio. No podía dejar que me escucharan y decirles “oh, escuche toda su pelea”. La relación de mamá y papá se había tornado violenta, no voy a hacerme la tonta, la que no se nada y es la primera vez. Mamá tiene su carácter y eso chocaba con el de papá, el siempre espero que ella fuera más sumisa, pero mamá sacaba su lado salvaje de vez en cuando. Esa mezcla de personalidades chocaba y era explosiva, no recuerdo que se hayan dicho te amo alguna vez.

Una tormenta se desato mientras lloraba. Fuerte. Como si el cielo fuera a caerse. De golpe cayo un rayo tan fuerte que sentí como chocaba contra la tierra. Mi grito fue tal que de golpe se rompió la bombita de luz de mi velador.

-¿Qué pasó? ¿Por qué gritaste?- Habían entrado mis padres al cuarto.

-Nada, el rayo me asusto; y la bombita de mi velador exploto de golpe- Dije atónita. No sabía cómo mirarlos después de haber escuchado todo eso.

-La energía se habrá sobre cargado. No te preocupes hija, ahora te traigo otra bombita.- Dijo papá con dulzura. ¿Cómo podía hablarme así después de cómo le hablo a mamá? Nunca les dirigí la mirada.

 Después de eso no volvieron a hablarse, y yo no volví a hablarles. No podía verlos a la cara después de lo que pasó. Algo me estaban escondiendo, y era grande.

 

 Era el primer día de clases. Estaba súper emocionada, el uniforme de animadora había quedado mucho más hermoso de lo que habíamos pensado. Era, incluso mejor que el del año pasado.

Por ser el primer día podíamos usar nuestros uniformes de equipos, para mostrar cómo eran. Los que se integraban más tarde a los equipos se les mandaban a hacer los uniformes más adelante.

Me había hecho la típica coleta alta con el moño que llevaba los colores del equipo. Me encantaba como me quedaba el uniforme. Estaba súper emocionada, sentía que este año iba a ser mágico y genial. Además de que teníamos el baile de bienvenida que me mocionaba más por organizarlo. Salude a mis padres y me fui a buscar a las chicas.

El colegio estaba decorado con guirnaldas, globos y demás cosas. Admito que gran parte de la cuota, que no era nada barata, se iba a decoración del lugar. El uniforme de los chicos de Lacrosse era increíble, por primera vez puedo decir que hicieron algo bien.

-Al fin pueden hacer algo bien- Dijo Brenda cuando los vio.

-Esto se llama talento- dijo Stefano.

Entramos a la escuela saltando, gritando, tirando confeti por todos lados, os demás alumnos también tiraban confeti. En el primer día podemos hacer una “mini fiesta”, era una presentación de uniformes, por así decirlo. Nosotras siempre entrabamos a los hombros de algunos jugadores, tirando papelitos agitando pompones.

La mini fiesta de inicio de clases terminaba en el salón principal, donde todos nos juntábamos para los anuncios. Por suerte nuestra directora era simpática y nos dejaba hacer estas cosas el primer día. Nunca fue amargada, todos la queríamos por uno u otro motivo.

Los capitanes nos sentábamos junto con los demás maestro, teníamos que anunciar el tema de las prácticas, entrenamientos y las fechas de audiciones. Después avisaban cosas académicas o reglas nuevas que se van a implementar.

-Bienvenidos una vez más al Ever Moon School.- Dijo la directora. Siguió con su discurso de que somos todos una familia, que la normas, que demás cosas. Deje de escuchar en la mitad del discurso, siempre dice lo mismo.- y ahora los capitanes dirán los cronogramas deportivos.

Todos dijeron unas palabras alentadoras para que se unan a los equipos, que este va a ser un gran año lleno de victorias. Siempre los mismos discursos de aliento que decimos, llega un punto que no sabes que inventar, cuando ya dijiste todo. Franco fue el último en hablar y me cedió la palabra a mí, era la última en hablar.



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En el texto hay: fantasia, juvenil, romance

Editado: 07.08.2020

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