Moonlight Dance (pausada)

Efecto súper luna: Austin

En toda mi vida lo último que iba a imaginar era que mi mejor amigo sea un hombre lobo, Audry una bruja, Derek otro hombre lobo y que la mujer que consideraba como una segunda mamá era también una bruja.

Estábamos buscando a Audry por los pasillos de audio visual.

A pesar de que mantenía la postura, estaba muerto de miedo, pero no quería que nadie lo notara.

Estábamos siguiendo una sombra con Derek cuando de repente vimos una llama de color rosa oscuro.

Audry.

Audry envuelta en una enorme llama de color rosa oscuro sosteniendo un palo que apuntaba hacia un lobo del doble de su tamaño.

Tenía cientos de emociones mezcladas en este preciso momento. Temía por ella, pero a la vez estaba atónito, inmóvil.

La bestia corrió hacia ella, y ella hacia la bestia.

De un momento a otro la llama se apaga. El lobo estaba encima de ella. Sentía el miedo por todo mi cuerpo.

-Tiene mucha sangre.- Dije asustado. Sentía que las lágrimas caían sobre mis ojos.- ¿Estas bien?- Se me quebraba la voz.-

-Estoy bien. Eso creo.- Dijo con la respiración entre cortada.

-La sangre no viene de ella. Pero tiene un par de heridas.- Dije un poco más clamado.

-Estoy bien idiota, Mira si me voy a morir en tus brazos.- Dijo ella en broma. Eso me calmo más.

Nos abrazó con fuerza, pensé que iba a rompernos a los dos el medio.

-Hija.- Renatta estaba blanca como si hubiera visto un fantasma. Audry corrió a abrazarla a ella y a Brenda.

Derek me miraba sabiendo que, aunque no lo aparentara, sentí algo profundo por ella. No la amaba como él la amaba a ella. La quería como a una hermana, pero no lo demostraba.

Renatta, Chris y Audry estuvieron ahí para mi cuando mamá estaba enferma de cáncer.

Teníamos doce años cuando mamá enfermó. Papá me dejaba en lo de Audry cuando mamá tenía sesiones de quimio terapia. No le gustaba la idea de que la viera sufrir.

Ese mismo año mamá murió, y desde ese día algo en mí también.

Papá después de eso callo en una depresión y se volvió alcohólico. Siempre me gritaba y me decía que deje de llorar, que eso de débiles y estúpidos. Que mamá estaría decepcionada si me viera así.

Las palabras de papá me mataban cada vez hasta no dejar rastro de empatía o humanidad alguna, no a simple vista.

A los quince papá intento suicidarse. Sobredosis. Pero no lo logro, desde ese día él está en una clínica para tratar su depresión.

Audry siempre estuvo ahí. A pesar de todo me trata como si nada hubiera pasado, al igual que Stefano. Son los únicos que saben bien todo lo que paso.

A los demás les dije que papá vivía de viaje. Sé que a veces se enojan conmigo, y no los culpo.

Pero no puedo dejar morir a las únicas personas que fueron mis anclas por muchos años. Representaban mucho los dos para mí, y sabía que yo para ellos.

A pesar de pelarnos seguido Audry y Stef siempre me dejaban en claro que me querían.

Un día los dieciséis le confesé a Audry que la sentía como una hermana, y que por más que ella no me viera de esa forma, yo sí.

“Yo también te quiero como un hermano. Como un molesto hermano mayor” ese día un poco de mi humanidad volvió a mí. Después de mucho dolor, algo iba sanando poco a poco.

“Tú no eres mi amigo, eres un hermano. Igual que Franco” eso me había dicho Stefano un día.

Nos los culpaba en lo más mínimo por no decirme sus secretos, tendrá sus razones. A mí solo me importaba que estén bien. Y sabía que Stefano no lo estaba en este momento.

 

Estábamos enfrente de Stefano, y él estaba ahí. Viendo como presa a su propia madre.

Todo en mí se movía, de forma lenta y dolorosa. Sentía como ese día en el que mamá murió. Me sentía vulnerable y solo.

En mi cabeza no había nadie más en ese pasillo. Solo él y yo.

-Stef.- Dije en voz baja y acercándome a él.- Sé que puedes escucharme, sé que sabes que estamos aquí. Como también sé que muy en tu interior sabes que la persona que está en frente tuyo es tu mamá.

>> No sé qué es lo que pasa por tu cabeza en este momento, y un día me lo contaras. Pero en este momento necesito que me escuches. Esa persona que está ahí es tu mamá. La mujer que más amas en esta vida, y amaras por el resto de tu vida. Si le haces algo no te lo perdonaras, y eso lo sé.

>> Necesito que me escuches y solo escuches mi voz. La voz de tu hermano. Sé que está ahí ese chico que no mataría ni a una sola mosca en su vida. Ese chico que me dijo un día “eres como un hermano para mí. Igual que Franco”. Sé que esta hi y que no serias capaz de hacerle algo a tu mamá.

>> Sí me escuchas te pido que.- me quede sin habla.- Camines hacia atrás. Que me mires a los ojos, porque sé que me escuchas, hermano.- Las lágrimas se me caían a montones.- No es tu culpa, amigo. Y lo sabes.



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En el texto hay: fantasia, juvenil, romance

Editado: 07.08.2020

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