Moonlight Serenade

Un viaje sentimental (Sentimental journey) Tercera parte

Minutos después el guía los llevó al templo y les explicó cada una de las construcciones. Cuando acabó de hablar les dieron tiempo para que recorrieran el lugar por sí solos y que tomaran fotografías antes de subir a la punta de la montaña.

Durante su recorrido estuvo el grupo de chicos junto a Maia, tomando fotos y disfrutando de las edificaciones antiguas. Después de casi una hora se les guió al grupo de chicos y profesores a la punta de la montaña en donde pudieron observar todo el paisaje que se encontraba a los pies de esta. Al rato de haber llegado es que decidieron que era suficiente el tiempo que habían estado ahí y tomaron el camino de regreso.

Al llegar  donde estaba el camión todos estaban cansados, tanto que la mayoría se quedaron dormidos a pesar que el recorrido fue de quince minutos desde el estacionamiento hasta el restaurante al que iban a comer, lugar el cual se encontraba en una ciudad cercana de la montaña que habían ido y en donde se podía ver el mar.

—Bueno chicos, vamos a detenernos para comer y disfrutar un poco del mar—Dijo la maestra Yoon una vez que se detuvo el camión. Con esta instrucción todos se pararon y comenzaron a descender, debajo del camión los chicos podían escuchar las olas del mar rompiéndose en la arena y sintieron más calor de lo que hacía en la zona montañosa.

—Por aquí chicos— los guió la maestra Yoon, quien fue seguida por el grupo de estudiantes dentro del restaurante.

—Siéntense donde quieran, hoy este lugar está apartado para nosotros— continuó diciendo la maestra. Así que cada quien, por grupos, se sentaron en el piso ya que las mesas estaban casi al ras de este.

Maia y el grupo de seis chicos se sentaron juntos en una sola mesa como siempre, después de acomodarse empezaron a llevarles en bandejas, estilo cafetería, el almuerzo el cual contenía arroz y otros pequeños guisados coreanos que todavía no habían probado. Durante la comida se escuchaba mucho ruido de chicos platicando mezclado con el sonido de las bandejas y cubiertos. Con el paso del tiempo se empezó a escuchar más ruido siendo la señal que la mayoría de los chicos había acabado de comer, con esto fue cuando de nuevo la maestra se levantó y les dijo:

—Bueno ya que todos terminaron les vamos a dar una hora y media libre para que se despejen y conozcan la zona. Si quieren ir a la playa que está cerca, pueden hacerlo, pero no pueden meterse al mar a nadar ya que no queremos que haya un accidente, así que diviértanse y nos vemos en donde dejamos el camión. Por favor sean puntuales— Con esto fue que los chicos y chicas comenzaron a levantarse y salían del lugar. Maia y sus amigos hicieron lo mismo y se levantaron dirigiéndose a la playa, que estaba a menos de treinta metros de ahí.

Cuando llegaron a la playa podían ver como las olas golpeaban algunas rocas que habían ahí. La arena a diferencia de la que Maia conocía no era muy fina y estaba llena de piedras pequeñas, a pesar de esto el grupo de chicos decidió quitarse los zapatos y los calcetines para poder meter los pies al agua. El agua estaba tan fría que provocó que varios de ellos se quejaran con un grito, eso hizo que entonces empezarán a mojarse unos con otros ya que nadie quería ser mojado por el agua tan fría.

Maia por un momento jugó y molesto a sus amigos pero después de unos minutos solo se detuvo a observarlos ya que empezó a recordar la última vez que había estado en una playa, había pasado casi un año y ese recuerdo no le era muy agradable, poco a poco su cuerpo comenzó a recordar también ese día y empezó a experimentar la misma sensación de pánico y angustia que vino acompañado de un mareo horrible conjunto a náuseas, esto hizo que la chica se detuviera ya que al igual sus piernas perdieron fuerzas y la hicieron caer, junto a todo esto el sentimiento que la invadía las imágenes de ella y un grupo de personas corriendo al mar y entrando en el provocaron que se desconectará del lugar en el que estaba.

No supo cuánto duró y solo fue interrumpido cuando los chicos y chicas se acercaron a ver si algo estaba mal. Al verla tan pálida uno de ellos decidió ayudarla a levantarse y la llevaron con urgencia hacia donde estaban los profesores, quienes al verlos acercarse socorrieron a los chicos y sentaron a Maia en una banca para ver si mejoraba, le llevaron un poco de agua donde se calmó. 

Cuando la chica comenzó a recobrar un poco la conciencia de donde estaba pudo ver a los profesores hablando entre ellos y buscando ayuda, el único que estaba estático y la observaba era el maestro Choi quien no parecía tan preocupado sino más bien su mirada notaba curiosidad. La chica por unos instantes quiso saber qué era lo que él pensaba pero al no sentirse bien dejó de lado este pensamiento y prefirió recostar su cabeza en la mesa, esta acción hizo que se sintiera mejor dejando atrás todos los síntomas que había presentado. Siguió así durante un tiempo hasta que fue interrumpida por alguien, quién le preguntó:

—¿Cómo se siente?— Dijo una voz femenina, la chica se levantó al escuchar esa pregunta y vio que era la maestra Yoon.

—mucho mejor, gracias—Respondió la chica.

—se nota, se veía muy pálida, ¿Quiere que la llevemos al doctor?

—no, estoy mejor creo que pudo ser el calor—mintió ella

—ok es lo que también pienso que pasó, si quiere puede subirse al camión y descansar ahí que está más fresco. Profesor Choi ¿puede acompañar a su alumna?— le dijo la maestra dirigiéndose hacia él.




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