Al día siguiente Maia se levantó con buen humor, aumentado por lo soleado del día. La salida del día anterior hizo que quisiera conocer más Seúl y le costará el querer levantarse para tomar sus clases, quería poder salir y disfrutar más del lugar como turista.
Esta idea la compartió con sus amigos quienes al igual que ella coincidieron con esa idea, pero todos estaban más preocupados por el concierto que eso les impedía seguir esa idea. Con esto ella asintió y creyó que debía de hacer lo mismo ayudándola a tomar más energía para ir a su clase.
Ya iba en camino cuando fue detenida por Andrew :
―¿Qué pasó? ― le preguntó Maia
―¿Ves que querías salir y disfrutar del día? ―le dijo en voz baja el chico.
―Si
―¿Qué tal si nos vamos, y disfrutamos del día juntos?
―¡¿Qué, estás loco?!―le dijo en voz alta la chica, provocando que los chicos que estaban enfrente de ellos voltearon a verlos. Ella sonrió y les dijo que no era nada. Y siguieron caminando, bajando más la voz Maia le dijo:
—Tenemos clase.
―Ya lo sé, pero coincido contigo en que el día está muy bonito para desperdiciarlo tomando clase ―dijo el chico—Vamos, hemos practicado mucho nos lo merecemos ¿no?
―Si, pero aún así no me siento cómoda faltando—declaró ella.
―Por una vez que lo hagas no pasará nada. A parte ¿cuándo vas a volver a salir?
―Cuando yo quiera ― mintió ella. Una parte de ella estaba apunto de aceptar, con solo la idea de que tal vez no pudiera salir otro día. Maia volteo a ver al cielo y se percató de lo hermoso que estaba, lleno de sol y unas cuantas nubes, esto provocó que la incitarón más a aceptar la proposición. Meditó algunos segundos hasta que dijo:
―Vamos―el chico sonrió y ambos chicos comenzaron a ir contra la corriente de los estudiantes que se dirigían a sus aulas.
En el camino casi se toparon con la maestra Yoon, pero ambos chicos lograron esquivarla al ponerse detrás de uno de los carros que había en el estacionamiento. Cuando no hubo nadie se dirigieron a la salida.
―¿Y cuál es tu plan? ― le preguntó Maia al chico una vez que estaban afuera.
― No lo sé, ¿a ti se te ocurre algo?
― Tampoco. Si quieres podemos sólo caminar por el momento―sugirió Maia.
― Ok― dijo él.
Así ambos chicos caminaron sin un rumbo en específico, de vez en cuando hablaban de algo, pero había muchos momentos en que estaban en silencio, pero esto no impidió que ambos disfrutaran del hermoso día que tenían. Caminaron hasta llegar a una calle que estaba rodeada por una muralla y en la cual había varios puestos, era un tipo bazar en donde vendían distintos productos. Se dedicaron a ver lo que había en cada uno de los puestos. Tras acabar decidieron comprar comida en uno de esos y se sentaron más adelante donde había una jardinera con bancas.
― Me dieron ganas de dormir― dijo Maia una vez que habían terminado de comer― ¿qué más quieres hacer?
―Vamos a pasear en bicicleta― dijo él, mientras pasaban enfrente de ellos dos chicos en bicicleta.
― Estaría bien pero ¿cómo le haríamos, si no tenemos bicicletas?
―Es verdad, pero podemos correr ― sugirió él
― No creo que sea una buena idea si acabamos de comer —dijo ella.
―No lo había pensado—aceptó él
―Tú fuiste quien sugirió saltarnos las clases ¿no tenías algo en mente?
―Ya sé, pero la verdad no lo pensé muy bien. Sólo te lo dije sin saber que íbamos hacer, aunque tú fuiste la primera en sugerir que querías salir.
—Si, pero yo lo dije solo por compartir una idea no creía que lo iba hacer realidad. Lo único que se me ocurre es sentarnos y que disfrutemos del día― sugirió ella. Él asintió y ambos chicos se quedaron en silencio mientras veían a su alrededor. Maia se sentía cómoda pero a la vez sintió que él estaba un poco incómodo,.
― ¿Estás bien? parece como si no te gustará el silencio ― se animó la chica a preguntarle.
―Perdón. No, es sólo que no se que podemos hablar ―dijo él un poco tímido.
―No te preocupes, ten―dijo ella dándole uno de sus audífonos. Este gesto lo hizo una vez que en su mente había regresado los recuerdos del día anterior. Así comenzaron a escuchar música, esta vez decidió poner la lista en la cual tenía más música actual, esperando que esta minimizará el silencio. A pesar que era prácticamente el mismo gesto que había tenido el día anterior no lo sentía igual, no sentía la magia que había experimentado junto a él chico lo único que hacía era recordar con una sonrisa ese momento.
Cuando acabó la canción que estaban escuchando el chico dijo:
―Oye está buena tu playlist.
―Lo sé —dijo orgullosa ella —me ha costado el crearla por algunos años.
―Yo también he estado creando las mías —dijo él, quien tomó su celular y mostró la suya y empezaron a conversar así acerca de la música haciendo que lo incómodo se relajara. Esto hizo que Maia concluyera que la mejor conversación que puedes tener es acerca de música, en especial con músicos. Después de hablar un buen rato volvieron a estar en silencio mientras la melodía de la canción sonaba calmando el ambiente a su alrededor, ella estaba entretenida viendo a su alrededor cuando él le dijo en una voz bajo.