Morado y Verde

Capitulo 10

Sentada en el suelo de mi habitación, con las luces tenues evitando que la oscuridad abarcara la habitación o más bien mi oscuridad, sequé un par de lágrimas en silencio. No deseaba que mis padres me oyeran llorar en el silencio del cuarto o tendría que dar muchas explicaciones y no tenías ganas de ello.

No sabía bien porqué lloraba o tal vez sí lo sabía. Muy en lo profundo y en lo más cercano a la superficie, lo sabía.

No lloraba por mí, lo hacía por Devon. Por la vida, por lo injusto que es para algunos, por lo doloroso que podía llegar a ser.

¿Cuántas veces hemos sido tan felices que no hemos reparado en nuestro alrededor? Mientras algunos sonríen y son felices, otros lloran. Mientras unos se ven al espejo y pueden sonreírse así mismos, otros no pueden siquiera verse sin sentir asco y mientras muchos están rodeados de amigos que los apoyarán y con los que se divertirán, otros están siendo golpeados y burlados por algunos de esos grupos de amigos.

¿Por qué a las personas de buen corazón les sucedía lo malo?

Jamás lo entendería.

Al parecer la vida tiene a sus favoritos.

El recuerdo de lo que su mirada expresaba, estrujó mi pecho.

Presioné mi cabeza contra la pared y cerré mis ojos, recordando lo que sucedió hoy.

— No tienes que responder si no lo deseas — Dijo Devon al ser testigo de como luchaba internamente por responder.

— ¿Por qué asumes que alguien me hace daño?

Devon dejó salir una risa sarcástica — ¿Es en serio, Tessa? — Mordí mi labio inferior — ¿O quieres que te recuerde lo que sucedió hace unos días en los baños?

Acaricié el tronco bajo de mi — Yo me equivoqué de baños, es todo.

Él bufó, luciendo molesto y entrecerrando los ojos en mi dirección.

— Supongamos que lo que dices es cierto y que yo te creo... — Rodé los ojos con cansancio — ¿Qué hay de tu... — Carraspeó incómodo — cuerpo?

— ¿Qué sucede con él?

Me observó — Estabas golpeada, Tessa.

Así, crudo y directo fue como lo dijo.

Suspiré — Suelo ser muy torpe y...

— Tessa.

Negué un poco molesta —¿Por qué te importa?

— ¿Por qué no debería? — Respondió con otra pregunta — Te sorprendería lo mucho que me interesa.

Lo observé confusa pero él solo desvió la mirada.

— Ni siquiera me conoces o debo recordarte que hasta hace poco éramos solo conocidos, de hecho eso somos — Exclamé apartando la mirada — Creo que jamás has reparado en mí. Solo me conoces como la chica de los colores pero ni siquiera sabías mi nombre, hasta ese día en la entrada del colegio... — Agregué sintiendo la confusión recorrerme — ¿Y ahora usas de excusa nuestro trabajo para poder saciar tu curiosidad?

Devon presionó los puños a sus lados — ¿Eso crees que hago? ¿Crees que soy tan ruin como para usar el trabajo de excusa? — Cuestionó más molesto que incrédulo — Yo no soy así y detesto que la gente suponga cosas de mí sin conocerme.

Tenía un punto, lo estaba juzgando sin conocerlo aun. ¿No era eso lo que yo tanto odiaba?

No era tan diferente al resto después de todo.

— Lo siento — Me disculpé en un susurro — No te conozco y ya estuve juzgándote, lo lamento — Devon viró su rostro y clavó sus ojos chocolates en mí, inquietándome — ¿Qué?

Él sonrió y negó desviando la mirada.

— ¿Creo que es hora de que responda algunas preguntas no crees? — Cuestionó luego de unos segundos — Aunque no olvido que sigues sin responder, te daré una pausa.

Asentí — ¿Cuál es tu canción favorita? — Devon rio ante mi patética pregunta, lo que logró que lo observara molesta — Son mis preguntas, no tienes derecho a cuestionarlas.

Elevó sus manos divertido — No lo hago — Y volvió a reír. Apreté mis puños con molestia pero no pude evitar que una sonrisa tirara de mis labios.

Su risa era graciosa.

— Brother de Kodaline — Respondió sin sonreír, esta vez.

— No la he oído — Comenté — ¿Tienes hermanos?

Suspiró y asintió — Dos. Jamie y Maxine — Rascó su mejilla — Jamie es el mayor, tiene veinte y está en la facultad y Maxine es la más pequeña, tiene trece — Apretó los labios — Yo soy el del medio.

— ¿Qué edad tienes?

Sonrió — Diecisiete.

— Como yo.

— Como tú.

Asentí y pensé unos segundos en vano, porque, sabía cual era mi siguiente pregunta.

— ¿Por qué te importa tanto saber quien me hace daño?

Hizo silencio por unos minutos y luego giró su cuerpo hasta dejarlo frente a mí, y me observó por unos segundos, como si dudara en hablar.

— Te contaré algo importante de mí ¿Puedo confiar en ti? — Asentí con seguridad — No es algo sencillo de contar pero debo hacerlo.

— Si duele, sabes que no es necesario. Yo tampoco respondí, así que, sería justo.

— No. Lo haré.

Asentí, guardando silencio.

— Cuando tenía trece, mi padre nos abandonó. Jamie era muy apegado a él, hacían casi todo juntos —Comenzó a relatar con la mirada fija en sus piernas — Pero un día él solo se marchó, dejando a mi madre con un gran vacío y a Jamie destruido. Maxine era pequeña, tenía nueve años y no entendía muy bien que ocurría y mamá no quiso que supiera en totalidad la verdad. Al menos hasta que fuera un poco más grande... — Suspiró con lentitud — Luego de eso, comencé a notar que mi hermano comenzaba a actuar raro. Se volvió más callado, más solitario y casi no tenía amigos. No me importaba mucho a esa edad, yo tenía a mis amigos y me "divertía" con ellos, por lo que, lo dejé pasar...

Jamás creí ver a Devon en esa situación. Estaba vulnerable y desolado, estaba triste.




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