8 años después…
Muchas cosas pasaron, Carmen conoció al amor de su vida un año después del nacimiento de Christopher, se casó, tiempo después tuvo una bella y linda niña negra por supuesto, niña a quien bautizo con el nombre de Elena, Matías estaba súper enojado al darse cuenta que su sirvienta había llamado a su hija como su difunta esposa, Elena murió de un paro cardiaco, cuando Christopher tenía dos años, unos meses antes de su muerte, Elena le dijo a Matías que no importara lo que sucediera, que nunca despidiera a Carmen, ya que Carmen le había prometido a Christopher que cuidaría de, el cómo su propio hijo, Christopher, creció en soledad, su única compañía era Carmen, su padre no lo dejaba salir porque aún era muy pequeño, y el no Salía con el por qué tenía mucho trabajo, Carmen se dio cuenta de ello y empezó a llevar con ella a Elena al trabajo, el primer día que Christopher conoció a Elena, fue …
-papa, papa, papa, papa - espera hijo estoy al teléfono, Carmen ven y cuida a Christopher, estaré en mi oficina, - haaa… - ¿qué sucede pequeño Christopher? – papa no tiene tiempo para jugar conmigo, - ¿quieres jugar afuera? – papa no me deja salir dice que es muy peligroso, - ¿porque dice eso? – dice que hay personas negras como tú que se roban los niños, - ¿cómo yo? – Sí, y que todas las personas de otro color que no sea el mío, son basura, - entiendo, - oye Christopher, papa ira a trabajar mañana ¿quieres que traiga a mi hija mañana? – ¿tienes una hija? – sí, y como se llama? – Elena, - como mi mama, - exacto, - y como es tu hija? – pues linda, tierna y es negra, - ¿ella es mala?, quieres averiguarlo, - si…
Al día siguiente Carmen se despedía del padre de Christopher en la puerta, mientras Matías se iba en su coche, Carmen, saco a Elena del armario de la limpieza, -Elena – si mama voy a presentarte a un niño, quiero que seas amable con el de acuerdo, - si mama, -ha y Elena, no lo toques – ¿por qué?, - si lo haces lo congelaras, y yo no podré hacer nada. Elena abraza a su mama, –mama no quiero que ese niño se congele, Carmen saco de su mandil un par de guantes y se los puso a Elena, -tranquila Elena, si llevas estos puestos todo el tiempo no pasara nada, - y que pasara si lo congelo mama si él… , - relájate sé que nada pasara, - ¿estas segura? –si Elena, sonrío y se colocó atrás de Carmen mientras caminaban hacia la sala, Christopher estaba sentado en el sofá leyendo su libro favorito el cual era la princesa y el sapo, -señorito Christopher, el niño miro como algo se escondía detrás de Carmen, - ¿es ella?. Él se levantó emocionado y se acercó un poco, Carmen miro a Elena quien tenía un poco de miedo ya que ni uno de los dos había visto antes a un niño o niña, - vamos Elena salde allí no te hará daño, el solo quiere conocerte, Elena se acercó un poco dando unos pasos frente a su madre, Christopher extendió su mano mientras decía,- soy Cristopher, es un gusto Elena, Elena retrocedió inmediatamente, Elena no sabía que eso era un saludo, - vamos Elena toma su mano, - pero mama, - no te preocupes, Carmen señalo su mano, lo que le quiso decir a Elena es que tenía sus guantes y así nada pasaría, Elena se acercó a Christopher, y tomo su mano y Christopher le regalo una gran sonrisa a Elena la cual la recibió con otra igual, - ¿quieres jugar Elena? – sí, pueden jugar afuera en el patio trasero, Carmen sabía que allí nadie podría ver a un niño blanco jugar con una niña de color, y no los dejaba ir al parque ya que eran muy jóvenes, y por qué en el parque había un letrero donde decía que se prohibía la entrada a las personas de color, - este mundo va de mal en peor, se decía Carmen así misma, mientras daba un fuerte suspiro, Elena jugó todo el día con Christopher pero al finalizar el día debía esconderse en el jardín, era la hora de ir a casa, Carmen se despedía del señor Matías, y recogía a Elena en el jardín, - ¿mama? – si Elena, - me divertí mucho hoy, - en serio, haber cuéntame que sucedió, mientras caminaban de la mano a casa Elena le contaba con mucha alegría las cosas que había hecho con Christopher, pero no era lo mismo con Christopher en casa,- padre, - que sucede, … Christopher le había prometido a Carmen no decirle nada a su padre de Elena, si no estaría en problemas y ya no podría ver Elena, - ¿puedes leerme un cuento? – tienes 8 años Christopher ya puedes leerlo tu solo, - si padre, lo siento, - ahora ve a dormir, - ¿padre? , - ¿porque tengo que estudiar en casa y no en la escuela como otros niños lo hacen?, - debes aprender a escribir y a leer, antes de ir a la escuela, por eso te educamos en casa, - si papa, - bueno estamos ya a mitad de año, es tarde para que vayas a la escuela, Christopher bajo la mirada sintiéndose un poco triste, Matías se levantó, y revolvió el cabello de su hijo – el año que viene iras a la escuela, -¿lo prometes?, - lo prometo, -ahora ve a dormir, - descansa padre,- descansa hijo, Christopher se arrodillo a un lado de su cama, y le pidió a dios mientras le contaba de su día a su madre, y de la promesa que había hecho con su padre, se acostó en su cama con mucha alegría, - buenas noches madre, buenas noches padre, buenas noches Carmen, y con sus últimas fuerzas a bostezo y dijo -buenas noches Elena, mientras que Elena, aún seguía despierta ayudándole a su madre en los que aceres del hogar, cuando ella fue a dormir su madre aun tenia trabajo que hacer, Elena también se arrodillo frente a dios y le conto de su día, y le que cuide de Christopher, y al igual que Christopher dijo buenas noches a todos… ya había pasado una semana que Elena iba todos los días a jugar con Christopher, mientras jugaban a explorar en el patio trasero de la casa Christopher le pregunta a Elena – Elena porque usas esos guantes, - Elena se quedó callada no sabía que responderle, - es para no congelarte, - ¡he! ya entiendo – Elena lo miro confundida, - ya vuelo espérame aquí, el pequeño fue a su cuarto muy contento y busco entre sus ropas unos guantes de fina tela de algodón suave color café caoba y los llevo donde estaba Elena, - eso fue rápido, -cierra los ojo, -¿¡he!? ¿por qué? –vamos solo ciérralos, - está bien, Christopher tomo la mano de Elena y puso lo guantes en ellas, ya puedes abrir los ojos, - son muy lindos – son tuyos te los obsequio, - pero … - sin excusas - gracias Christopher, nunca me habían regalado nada, dijo Elena dándole una linda y tierna sonrisa a Christopher quien sintió algo en su estómago, -¿Elena Cuántos años tienes? –cumpliré siete y tú? – yo cumpliré diez , -valla eres dos años mayor que yo, -¿sabes hacer matemáticas? – si aprendí con mi padre, pero… no se leer muy bien, y tampoco puedo escribir, -¿por qué no vas a la escuela? –yo… no tengo dinero como los otros niños, además la escuela para los niños como yo está muy lejos, y mis padres trabajan mucho así que no tienen tiempo, - ya veo –yo iré a la escuela el próximo año, - enserio, - eso significa que, Christopher la miro un poco decaída, - ¿qué sucede Elena? – quiere decir que y no jugaras más con migo , - no nada de eso, - pero en la escuelas hay más niños, y ellos jugarán con tigo y me olvidaras, Christopher extendió su mano y sobo la cabeza de Elena, - no hare eso te lo prometo, mientras Christopher se preguntaba que habrá dicho Elena con niños como yo, esas palabras no salían de su mente …