-Mayida, ve al pozo y recoge un poco de agua – dice mi mamá gritando desde la cocina
-Voy- fui corriendo hacia la puerta, pero una mano me detuvo, era mi madre.
- Ten cuidado hija recuerda que afuera es peligroso y no quisiera que te pase nada, sabes mejor mando a tu hermano que se haga cargo, aún estas pequeña- réplica
- Mamá no me va a pasar nada, tengo ocho ,ya estoy grande- respondo tocando su mano
- Bien, tú ganas, pero no te tardes – se acerca a mi dándome un beso en la frente
Cuando llegué al pozo pude encontrar a mis amigos: Yerik, Alexei y Megan, todos teníamos la misma edad y nuestras madres eran mejores amigas a excepción de Yerik y Alexei, ellos eran hermanos.
-Miren quien decidió salir de su cueva, toma mi balde puedes llevarla – dice Yerik estirando su brazo con el balde de agua hacia mi dirección
- Gracias es muy amable de tu parte Yerik, pero si quieren puedo quedarme un rato, no creo que mi mamá se enoje- respondo
- La niña se revelo señores que tragedia, que mala influencia eres Yerik – dice Megan haciendo cara burlona
-Deja en paz a mi hermano Megan o sino le diré tu gran secreto a Yerik- esta vez habló Alexei en defensa a su hermano
-Cá-cállate – responde Megan sonrojada y casi gritando
Sin darme cuenta ya estaba oscureciendo, me había pasado el tiempo riendo con mis amigos y aún no le daba el agua a mi madre, sabía muy bien que iba a estar muy preocupada y recibiría un buen castigo por haberme quedado más de lo debido, sob-
-Oigan, ¿ese humo no viene de la aldea? - dice Yerik interrumpiendo mis pensamientos
De inmediato, volteo a ver que había mucho humo en la dirección de la aldea, no pude evitar llenarme de miedo y salí corriendo a ver a mi familia, cuando volteo hacia la dirección de mis amigos me percato que todos me siguen con el mismo miedo en sus rostros.
A llegar pude ver a toda la gente muerta y las aldeas destruidas o quemadas, corrí hacia la dirección de mi casa, pero esta estaba intacta de cierta manera me dio tranquilidad.
- ¡Mamá! ¿Dónde estás? - empecé a recorrer la cocina y la sala sin ningún rastro de mi familia, hasta llegar al baño, pude ver un charco de sangre en el piso y la vi, era mi madre que fue brutalmente asesinada y golpeada.
Sin darme cuenta, fui agarrada por atrás tapando mi boca, aunque patalee o intente gritar no podía librarme de sus brazos, hasta que escucho el disparo de una pistola, y hay lo vi era mi hermano.
- ¡Grimaldo! - me levante del piso y voy hacia su dirección con los ojos llorosos para abrazarlo.
-Tranquila ya paso, ya estoy aquí, yo te cuido, - dice recibiendo mi abrazo e intentando consolarme.
- ¡Mayida!, ¿estás bien? – veo como entra mi amiga agitada y al lado de ella estaba Yerik y Alexei, los tres estaban con los ojos rojos, significando que se habían quedado solos...
-Tenemos que huir – dice mi hermano, lo cual los tres solamente asentimos con la cabeza siguiéndolo, de inmediato se escuchó un disparo y lo último que puedo ver es como el cuerpo de mi hermano va cayendo hacia el suelo mirándome con una sonrisa.
- ¡Grimaldo! -me dirijo hacia mi hermano sin importar del peligro que estaba pasando.
-Tranquila voy a estar bien, debes ser fuerte a partir de ahora, lamentablemente yo ya no te podre cuidar, promete que serás fuerte y que jamaras dejaras de sonreír, promete que a pesar de todo jamás te esconderás– dice mi hermano con los ojos con lágrimas dándome un collar que tenía como adorno un rombo y dentro de él había palabras talladas en un idioma diferente.
- Lo prometo, te amo hermano- lo último que pude ver fue su sonrisa al escuchar esas palabras, no pude evitar llorar, pero un hombre me tiro del brazo y me empezó a llevar a una camioneta donde estaban mis amigos, de inmediato me percato que fui golpeada por otro hombre, lo último que pude ver fue a mis amigos gritando e implorándome que despierte…
Editado: 04.03.2021