Frunciendo el ceño Spero responde:
-Spero: -¿y por qué tendríamos que confiar en ti?-
-Elfo: -¡bueno, yo no veo que tengan más opciones! ¿O me equivoco?, así que les recomiendo cooperar antes de que muera su amiga-, entonces, qué dicen, ¿tenemos un trato?
Spero, aunque renuente asiente con la cabeza.
-Spero: -y ¿qué es lo que quieres a cambio?-
-Elfo: ¡A TI!.... -Señalando a Spero-, No te diré por qué ni para qué, sólo te deseo a ti.
-Spero: ¡¿Queè?! ¡Nunca! ¡¿QUIÈN TE HAS CREÍDO?!
-Elfo: ¡Qué idiotas son las brujas!
-Pacem alarmada le dice a su hermana: -¡Spero, nuestra hermana se está debilitando cada vez más!...no reacciona, creo que está muriendo-
Al escuchar a su hermana, Spero mira fijamente a los ojos al Elfo y dice: -Acepto con una condición, dime tu nombre...-
-Elfo: -Jajajajajaja, acepto tú condición. Mi nombre es Umbra-.
El duende despierta y Umbra lo agarra por el cuello diciéndole: -¡Miserable!, te dije muy claramente que si te veía por mis terrenos te mataría, así que no sirve que pidas piedad, tù solito te sentenciaste-,-apretando su mano poco a poco-
Spero lo ve y corre hacia donde está Umbra con el duende -¡NO LO MATES!-
Umbra se voltea y la mira con ojos de animal salvaje como si quisiera matarla-¡¿acaso te importa esta porquería?!
-SÌ-,-dijo bajando la mirada-
Umbra abre sus grandes ojos rojos y la mira sorprendido. Tomó un respiro y aflojó su mano y le entregó el duende a Spero.
-toma, has lo que quieras,- le dice volteando la cara.
Spero lo agarra y se lo lleva a la ninfa del árbol la cual se hace presente poco a poco ante ellos, de un color verde manzana alta delgada con corteza en sus piernas y un par de ramas que hacían de cuernos en su cabeza llena de flores de varios colores y formas, con grandes ojos cafés.
-gracias- con una voz tenue la ninfa se dirige a Spero.
El duende trata de soltarse de las manos de Spero, ella lo mira a los ojos y le dice: -¡si vuelves a molestarla, él te matara!, -señalando a Umbra-, quien se estaba colocando los guantes, a lo que el duende le dijo:
-¡Malditos! cuando logre escapar, la ninfa será mía-
La hermosa mano de la ninfa tocó la cabeza del duende borrándole la memoria. El duende se desmayó de inmediato
-Él no será más una molestia para mí- Vita desapareció con una sonrisa en su rostro.
Spero deja descansar al duende en otro árbol cercano y va a revisar cómo sigue Vis y Pacem.
Al pasar unas horas, escondidas dentro de la ninfa se dan cuenta de que Vis no reacciona...
-Pacem: -hermana ¿tienes algunas raíces energéticas?-
-Spero: -¡No! Hace mucho que ya no se consiguen. ¡Oye Umbra! ¿Sabes de algo que sirva?
-Umbra: -bueno dicen que las hojas de una ninfa sirven para este tipo de cosas-.
-Vita: -¡Cierto! Yo podría ayudarte, pero al estar tan débil, no tendrá efecto-.
-Umbra: -como no podremos salir hasta que ella despierte, iré a ver que consigo-.
Como una sombra se desvaneció en el bosque...
Luego de un rato vuelve Umbra, mientras las hermanas mojan la cabeza de Vis, para refrescarla ya que estaba comenzando a tener fiebre.
-Esto servirá-, -dice Umbra sosteniendo con su mano el cuello un ave del paraíso-
Sin guantes se puede apreciar sus uñas afiladas grisáceas que comienzan a desplumar al animal. Con un puño de plumas que le da a Pacem le dice: -colócaselas en la cara y en el pecho-...
Pacem tomó las plumas y una por una las colocó en varios lugares de su rostro y cuerpo. De ellas emanaba un olor muy dulce casi embriagador, coloco un poco en la frente, nariz y boca de Vis, la que enseguida se despierta con una terrible migraña.
-Vis: -¡auch! ¿Qué pasò? No recuerdo nada-.
-Spero: -bueno lo mejor será que no recuerdes nada-.
-Vis: -¿y qué se supone que significa eso?-
-Spero: -¡nada!... será mejor que vayamos a dormir, mañana será un largo día.
-Vis: -¡mmm!.... Ya... y ¿quién es ése?-, -Señalando al elfo que las observa-
-Pacem: -al parecer alguien que nos ayudará. Mañana te cuento los detalles.
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Editado: 05.06.2018