como todas las tardes aquel día tomé el colectivo después de visitar a mi amigo como siempre, cada vez que subía a ese mismo colectivo lo veía ahí sentado, distraído, pensante y como siempre me sonrojaba de sólo verlo, no podía creer que siempre lo cruzaba y eso me generaba aún más ganas de poder conocerlo, pero lo veía tan distante, tan lejos ,como algo imposible, de igual manera no dejaba de ilusionarme, de pensarlo, quizás Suena algo tonto que alguien te pueda llegar a gustar tanto sin siquiera saber su nombre, cada viaje en el colectivo y tenerlo a dos o tres asientos de mí me generaba muchas ganas de por lo menos escuchar su voz o al menos poder rozar su piel, suena como algo tan lejano, pero como todas las personas tengo sueños e ilusiones. No digo que me haya ilusionado así tan rápido, es tan bueno tener y no perder las ganas de poder compartir con alguien, ¿es muy loco no? pero siempre estaba ahí como que el destino me daba una señal de poderlo ver y eso era una pequeña Esperanza, una luz en tanta oscuridad.
Tampoco era que pensaba todo el tiempo en él, aunque cada vez que lo veía sentía como esa sensación rara de querer abrazarlo, querer acurrucarme en su pecho, escuchar el latido de su corazón y sentir sus caricias recorriendo mi pelo, acariciando mi rostro, Diciéndome cosas al oído, Nunca es tarde para soñar me decía a mí mismo cada vez que lo veía, Nunca es tarde pero sentía un vacío tan inmenso al saber que quizás todo esto sólo sea una ilusión, un mal sueño donde él estaba presente y siempre podía contar con esa mirada, con esos ojos achinados detrás de esos lentes, esa barba tupida Qué es se entremezclaban con alguna que otra Cana, esos cachetes, lo veía tan tranquilo sentado Mirando por la ventanilla como todas las veces que me lo cruzaba, me daba curiosidad saber qué estará pensando verlo ahí tan concentrado en su pequeño mundo del cual quería ser parte, pero como todas las veces que lo veía, todas las veces la ilusión crecía y al mismo tiempo se desvanecía esas ganas de querer estar con él porque al bajar del colectivo sabía que era el único sitio donde me lo podía cruzar.
Todo en mi vida transcurría de una manera tan fatídica en algunos momentos y tan felices en otros, en ese momento sólo estaba concentrado en cumplir algunas metas personales y ni siquiera se me ha cruzado por la cabeza otra cosa más que él Cada vez que lo veía en el mismo colectivo. Muchas de esas veces también me he sentido estúpido porque quizás algún tipo de charla que surgiera y me sacaba la curiosidad o la duda de saber por lo menos como suena su voz, pero no, siempre parado en el fondo acobardado y temeroso de no ser correspondido y al bajar siempre giraba la cabeza para verlo por última vez ya que no sabía qué día volvería a subir al mismo colectivo y coincidir con él.
Una tarde cualquiera estando en casa y siempre prendido a todo eso de las redes sociales, esa vez incursionar en Facebook Dónde entraba para ver qué había pasado en el día, para enterarme de alguna que otra noticia y en eso vi su perfil no me atreví a hablarle, no me atreví a enviarle una solicitud de amistad, siempre temeroso, asustado por no ser correspondido, para mí era tan lejano la idea de poder si quiera ser su amigo y lo deje pasar una y otra vez. En alguna que otra oportunidad navegando en otra red social lo vi, en ese momento si me atreví a enviarle algún tipo de señal, algo que me confundió un poco fue que en Facebook lo había visto con un nombre y en esa red social lo había visto con otro, lo cual no me hizo mucho ruido Ya que en esa red social la mayoría de personas no utiliza su nombre real. Pasaron los minutos y no había respuesta si ya me había hecho a la idea de que nuevamente no iba a ser correspondido, no por las ganas de querer estar en pareja con alguien sino porque siempre lo veía y como siempre me gustaba y tenía ganas de poder conectar de alguna forma con él.
Siguieron pasando los minutos, yo seguía incursionando en esa red social, de repente un pequeño punto rojo apareció mostrándome que tenía un mensaje el cual no me lo esperaba, pero era un mensaje de él, al menos eso yo pensaba, había visto una foto de él y en ese momento mi corazón empezó a palpitar muy rápido, tuve que guardar calma para no quedar muy desesperado. Desde ese día empezamos a hablar, muy discretamente fui conociendo más de él, me había dicho que se llamaba Gonzalo y eso para mí ya fue algo maravilloso ya que eso era parte de las cosas que siempre quise saber, las horas pasaron y seguíamos hablando, de un momento para otro ya habíamos intercambiado WhatsApp y ahí la charla se tornó más privado, Yo me sentía muy contento no podía creer estar hablando con una persona que siempre veía en el colectivo, esa persona que había generado tantas ilusiones, tantos deseos y estar hablando con él era uno de los momentos más lindos porque siempre lo vi tan distante como algo que no iba a pasar, siempre sentí que no éramos del mismo palo Y eso era lo que me generaba distanciamiento.
Llevamos varios días hablando Siempre fue muy respetuoso, auténtico, sincero, yo en ciertas ocasiones malinterprete algunas cuestiones por el simple hecho de no querer ser alguien más para él, alguien con quien él sólo hablará para pasar el rato, Siempre quise sentir que era algo más que sólo un momento y él siempre me demostró lo contrario, sentía mucha confianza, como que ya lo conocía desde hace mucho tiempo y la realidad es que sí lo conocía pero nunca llegué entablar una conversación y ya llevamos varias semanas haciéndolo. Yo me sentía muy contento algo que me parecía imposible de a poco iba surgiendo, íbamos entablando una linda amistad.
una tarde recuerdo que me comenta que no se sentía bien, pues tenía algún tipo de dolor en una de sus piernas a lo cual yo muy predispuesto le ofrecí que podía ayudarlo, al principio fue en broma, pero al recibir su mensaje que decía si me gustaría, mi corazón empezó a palpitar muy rápido, me empezaron a sudar las manos, los nervios se apoderaron de mí sólo atiné a responder Ok, cuando en eso el responde a la tarde si podía, yo muy contento respondí si voy. Las horas se hicieron eternas, cuando fue el momento adecuado me bañé y me dispuse a ir.