Motivos

capitulo 9: sueño

                                                   

Nos encontramos a las 8:00hs de la mañana con Carlos mi primo, pensábamos ir a acampar, lo veníamos planeando desde hace mucho, pero no podíamos por temas de trabajo. Pero ese día teníamos todo organizado y cuando paso a buscarme subí las cosas al auto, tomé mi mochila y nos fuimos. 

Tomamos la ruta con destino a Ituzaingó teníamos ganas de conocer los esteros ya que mi papá nos contó las bellezas del lugar y las magníficas criaturas que habitan en él, teníamos tantas de ver por nuestros propios medios todo lo que esa reserva nos tenía preparado, Carlos había hablado con un guarda parques que es Amigó de él y nos dejaría pasar la noche en un lugar podríamos armar las carpas y estaríamos bien. 

Estábamos muy entusiasmados por llegar, todo marchaba bien, música, mates durante el viaje era solo el comienzo de esa gran aventura hacia los esteros que tanto habíamos planeado. 

Las horas iban pasando y sentíamos que cada vez el caminó se hacía más largo, mirábamos alrededor, podíamos apreciar lagunas y montes. En un momento Marcos ya preocupado frena y estaciona el auto a un costado, bajamos a estirar las piernas y aprovechar para llamar a José el guarda parques, pero Marcos nota que no tenía señal y yo me había quedado sin batería en el teléfono, un poco molestó Marcos dice que sigamos antes que anochezca, porque ya estaba empezando a ocultar el sol. Subimos al auto nuevamente, pero al intentar encenderlo este no respondía, un poco nervioso después de varios intentos pude notar que salía humo del motor, bajamos rápido algo no andaba bien, ninguno sabíamos nada de mecánica, pero algo del motor se quemó. 

Después de pensar que hacer sin auto, sin teléfonos para comunicarnos, lo único que se nos ocurrió fue emprender una caminata hasta algún lugar donde este alguien que nos pudiera ayudar. 

 Pusimos algo de comer, agua en la mochila y seguimos la ruta por la cual íbamos. Luego de unas horas caminando ya estábamos un poco cansados, sólo veíamos más lagunas y montes con variedades de árboles y la ruta que parecía no tener fin.  

Hasta que llegamos a un camino de tierra que se desviaba a un costado de la ruta principal, decidimos ir por ese lado dado que quizás nos lleve a algún pueblo o casa cercana, al menos eso pensábamos. 

Ese camino parecía un túnel por los grandes árboles a sus lados y al oscurecerse lo único que nos iluminaba era la luz de la luna que esa noche se veía muy grande y luminosa. 

En la mitad del camino Marcos dice que nos sentáramos a descansar un rato, tenía los pies hinchados con algunas ampollas al igual que yo, ambos estábamos muy cansados de caminar, nos sentamos y aprovechamos para tomar un poco de agua y también comer algo, mientras loa hacíamos Marcos volvió a intentar comunicarse con José pero no hubo caso, en ese momento yo le digo que me tome una foto después de todo estábamos viviendo una aventura no exactamente como lo planeamos pero una aventura al fin, Marcos se puso de pie para tomarme la foto, de repente note que su cara cambio, le pregunte que pasaba y me dijo que detrás de mi entre los arbusto vio unos enormes ojos rojos observándonos, al principio se asusta un poco pero la deba curiosidad ver de qué se trataba , de repente se me dijo que vayamos a ver que era y se mete al monte, yo no tuve más remedio que seguirlo, el por delante, yo detrás de  el sinceramente me daba un poco de  miedo pero tenía que ir con él. 

En un momento la luna dejo de iluminar como lo estaba haciendo, comenzó a resoplar una pequeña Briza , las hojas se empezaron a mover, y se escucha un fuerte ruido en frente de nosotros, Marcos pego un grito y se echó a correr muy fuerte, yo no entendí nada pero también grite del susto, pero cuando me di cuenta estaba totalmente solo, no vi más a Marcos al lado mío, no sabía qué hacer, no pude ver hacia donde se fue, a mi alrededor solo veía ramas secas, árboles caídos, el lugar se volvió aterrador, la luna ya no iluminaba pero seguí caminando, gritaba x mi primo pero no respondía, al principio pensé que me estaba jugando una broma y se las injeño para asustarme pero como si estaba cansado y con dolor de pies no sabía que pensar , además no sabía por qué corrió y hacia dónde. 

Esa pequeña aventura de repente se estaba convirtiendo en pesadilla, mientras caminaba en mi cabeza no dejaba de imaginarme cosas raras, eso solo me daba más miedo, pensaba que hacía yo sólo en medio del monte, Marcos donde estaba y que le había pasado, sólo seguía caminando hasta que en un momento me tropiezo con una rama y caigo al suelo, al levantar la mirada lo único que pude ver a lo lejos era un enorme perro de ojos rojos, pelo enmarañado, sucio, con dientes enormes y afilados, muy raro nunca vi algo así, eso no podía ser un perro de eso estaba seguro, del susto me levante lo más rápido que pude ,comencé a correr sin mirar atrás, sentía que perseguía ,no sabía que era mientras corría gritaba el nombre de Marcos ,de un momento a otro comencé a rezar y decía que todo era por culpa del auto y que nada de eso estaría pasando si hubiéramos elegido ir s Itatí soy una persona  muy creyente y solo rezaba y corría lo más rápido posible hasta que volví a tropezar esta vez mi caída fue muy fuerte sentí como mi cara choca contra el suelo pero no me importó el dolor, ni el golpe, lo único que me importaba era la cosa con forma de perro que venía detrás de mí, no quise levantarme quede tendido esperando que pasaría, el miedo se apoderó totalmente de mí, temblaba, los ojos se me llenaban de lágrimas no sabía que iba a pasarme, no sabía nada de Marcos, tenía mucho miedo, por mi mente pasaban miles de cosas , nuestros planes con mi mi primó no se harían realidad, tanto que queríamos ver, aprender en ese lugar y todo estaba por terminar, nuestro sueño de conocer los esteros estaba por  terminar en ese momento esa noche, sólo pedía a Dios, a la virgencita que no me pase nada, no quería levantarme, cada vez lloraba más del  miedo, no sabía si esa cosa estaba cerca, sentía que sería el final  de todo. Me puse de rodillas lentamente como pude, sentía el crujir de las hojas secas, alguien se acercaba de tras mío, sentí una fuerte respiración en la nuca y el gruñido de algo enorme detrás, fue el poder momento y el más aterrador de mi vida, no quería ver, cerré los ojos y di un último suspiró, me di cuenta en ese instante que era mi fin. 




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